Aunque
solemos utilizar de forma genérica el término “marcha nórdica”
para referirnos a cualquier desplazamiento en el que utilizamos un
par de bastones, con una cierta técnica, se trata de una
simplificación de una mala traducción del nombre inicialmente
utilizado en inglés (nordic walking) para designar este nuevo
concepto de movimiento, cuando éste comenzó a tener carta de
naturaleza propia, hace ahora un cuarto de siglo.
No
voy a repetir aquí lo que ya he tratado ampliamente en una anterior
entrada
http://nordicartagena.blogspot.com/2020/02/mi-vision-de-la-marcha-nordica-i.html,
y en otra anterior,
relacionada
desde
ésta.
Baste, para el fin que hoy me propongo, decir que la marcha nórdica
no es más que una de las modalidades de desplazamiento sin
deslizamiento del ejercicio nórdico, junto con la caminata nórdica
y la carrera nórdica, que es el título de la entrada de hoy.
Parafraseando
mi definición favorita de marcha nórdica, podemos decir que la
carrera nórdica consiste en correr de forma natural y completa,
utilizando dos bastones con una técnica que nos permita sacarles el
máximo partido.
Es decir, correr como si no llevásemos bastones, pero aprovechando
continuamente
todas
sus posibilidades para hacer un ejercicio completo y con el mejor
apoyo a nuestro desplazamiento.
Como
en la caminata nórdica, normalmente utilizada para aprender la
técnica, la carrera nórdica aprovecha el movimiento natural de los
brazos para que cada bastón acompañe, en todo momento, la acción
del pie contrario. Así, se apoya en el suelo en el mismo momento
que el pie contrario, y abandona el
suelo,
para apoyar
el paso siguiente,
al mismo tiempo que dicho pie (técnica diagonal o alternativa). En
ocasiones, por terreno de montaña, la técnica simultánea (o de
doble bastón) puede resultar muy conveniente para salvar obstáculos
o fuertes pendientes, tanto de subida
como de bajada. En
la entrada
http://nordicartagena.blogspot.com/2020/03/mi-vision-de-la-marcha-nordica-ii.html
de este blog se incluye una
explicación somera de las técnicas citadas, y enlaces a
descripciones más detalladas de las mismas.
Una
buena técnica en el uso de los bastones (normalmente desarrollada
sobre
la práctica de
la caminata nórdica) nos permitirá involucrar
todos los músculos y articulaciones de torso y tren superior en
apoyo al tren inferior, único actor en la carrera ordinaria, sin
bastones. De esta manera conseguiremos realizar un ejercicio
completo, en el que la columna vertebral va a ser la principal
beneficiaria, algo que notaremos por la ausencia de molestias y
lesiones, sobre todo cervicales y lumbares.
Pero
en este ejercicio completo, también hay otros beneficiarios
evidentes: todas las articulaciones de nuestras piernas. La carrera
nórdica también va a poner de manifiesto sus muchas ventajas en la
ausencia de molestias y lesiones en caderas, tobillos y, sobre todo,
rodillas, las principales afectadas por los excesos de la carrera
ordinaria, sin bastones.
Aparte
de los beneficios físicos mencionados, la carrera nórdica aporta un
plus de seguridad y eficacia a nuestro desplazamiento:
- El que en todo momento tengamos, en lugar del apoyo simple de un pie, el apoyo doble de pie y bastón, mejora enormemente nuestra estabilidad y equilibrio (algo muy de agradecer en terreno montañoso o irregular, y a medida que cumplimos años), previniendo sensiblemente esguinces y caídas.
- El impulso (o la retención en las bajadas) simultáneo de pierna y brazo, supone un apreciable incremento de la eficacia de nuestro desplazamiento.
En
terreno abrupto, o de montaña, con desniveles de bajada superiores
al 30%. la posibilidad de disociar el movimiento de los bastones del
movimiento
de
las piernas, nos lleva a una técnica alternativa muy característica,
descrita en una entrada anterior de este blog
http://nordicartagena.blogspot.com/2019/10/nordicartagena-2019-3-tecnica-con.html
en la que la condición sine qua non es
que en todo momento haya al menos un bastón en
contacto con
en el suelo.
La
carrera nórdica nos permite una mayor variedad en el ejercicio
nórdico realizado, una mejor adaptación a las características del
terreno o al ritmo de la música que llevemos, una intensificación
de nuestro esfuerzo (cuando queramos y podamos) y, en definitiva, una
superación de normas y preceptos que, a veces, nos encorsetan
demasiado y nos hacen
que perdamos de vista que nuestro ejercicio, aparte de sano y
deportivo, debe ser, sobre todo, lúdico, divertido.
Si,
como yo, has sido corredor muchos años, no te costará mucho adaptar
tu técnica de caminata y marcha nórdica a la carrera. Una vez que
te acostumbras a la nueva seguridad que te proporciona la correcta
utilización de los bastones, éstos pasan a formar parte de tu
mecanismo natural de movimiento: te sientes cómodo y seguro. Si no
has corrido nunca, puede llevar algo más de tiempo, pero es
factible. Como todo cambio, exige un período de acomodación para
incorporar los bastones en tu carrera natural. Mi recomendación es
que lo hagas poco a poco, empezando por unos cuantos minutos y
aumentando lenta y progresivamente la cantidad de tiempo dedicado
cada día a esta modalidad.
La
carrera nórdica es una opción más de nuestra práctica habitual de
ejercicio nórdico. Yo la hago
a diario, combinada con caminata y marcha nórdica, en función de mi
estado de ánimo, de mi estado físico, del terreno por el que me
muevo y de la música que me acompañe.
Y,
ya sabes, caminando, marchando o corriendo, lo importante es que
saques los bastones del paragüero … ¡cada día!
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