El examen de los excelentes
videos de Urnieta y del campeonato de Francia de marcha nórdica (MN), en los
que se aprecian numerosas violaciones del reglamento por parte de participantes,
muchos de los cuales es posible que ni siquiera fueran amonestados por los
jueces, vuelve a poner sobre la mesa el delicado asunto del enjuiciamiento y
sentencia de la técnica de los competidores de MN. Se trata de un asunto intrincado, pero que
exige una solución, si queremos que las competiciones de MN progresen y acaben
instaurándose como un incentivo capital en la promoción de este deporte.
A mi entender, lo primero que
necesitamos es un reglamento claro. Las
reglas básicas de 1) al menos un pie y un
bastón siempre en contacto con el suelo, 2) codo y mano sobrepasando la cadera
(por delante y por detrás) en cada paso, y 3) el movimiento de un competidor no
debe poner en peligro la marcha de otros competidores, generalmente
aceptadas, deben ir acompañadas de “indicadores” que ayuden a los jueces a
detectar a simple vista posibles infracciones, merecedoras de amonestaciones.
Sin duda, la experiencia (que hoy
no tenemos) irá dando pautas que faciliten la acción de dichos jueces. De momento, yo tengo claro que si un
competidor no apoya los bastones al mismo tiempo que tocan los talones el
suelo, o los apoya a la altura o incluso por detrás del pie retrasado, esos
bastones acabarán indefectible y simultáneamente en el aire. De forma similar, me resulta obvio que un
participante con el centro de gravedad demasiado bajo (culopato), acabará
incurriendo en este defecto, que le llevará a infringir la primera de las
reglas generales apuntadas en el párrafo anterior.
También parece claro que los
corredores que no sujetan el bastón (mano semiabierta) en el momento de “clavar”,
no lo están utilizando correctamente. Es
decir, lo llevan de adorno (lo que trata de impedir la regla básica 2 anterior),
con el agravante de que la falta de agarre facilita el rebote del bastón en el
suelo y multiplica las posibilidades de que interfiera con su propia marcha o
con la de otros marchadores, con el consiguiente riesgo de caída y lesión (lo
que vulnera la regla 3 anterior).
De forma similar, el cruce de las
manos por delante del cuerpo de un competidor, no sólo muestra una técnica poco
eficaz, sino que, además, implica una separación exagerada de las puntas de los
bastones con respecto a la trayectoria de los pies de dicho competidor,
poniendo así en peligro la progresión y la seguridad de otros competidores
(regla 3 anterior).
Como dije, la experiencia de
jueces irá dictando otros indicadores que deben facilitar su actuación en
futuras competiciones. La formación concienzuda,
consensuada y reglada de dichos jueces, sobre la base de instructores y
competidores duchos, recogiendo toda esta experiencia, dará, a su debido
tiempo, frutos que permitan enjuiciar y sentenciar con menos dudas y, por
tanto, mayor equidad y decisión, la técnica de los participantes en las
competiciones de MN.
Pero siempre habrá dudas. Quiero decir, siempre que fiemos todo a la
percepción del ojo humano, a simple vista.
Estoy seguro de que los jueces de Urnieta y Francia hicieron lo que
pudieron, pero la verdad es que, a simple vista, y si encima su experiencia no
era demasiada, tampoco podían estar seguros de mucho.
Repasando los vídeos, a mí me
costó ponerlos a cámara lenta y detenerlos repetidamente para observar sin
dudas la mayoría de las infracciones. No
existe un ojo humano capaz de cazar dos bastones al vuelo en esa décima de
segundo que coinciden fuera del suelo. El
juez avezado, podrá intuir que esto sucede, pero siempre le quedará la duda. Y atreverse a amonestar o descalificar con
dudas, es difícil, en una persona sensata, … y Dios nos libre de jueces
insensatos.
En llegados a este punto, insisto
en algo que he defendido con anterioridad:
¿por qué no utilizar medios técnicos disponibles en el mercado para
apoyar la toma de decisión de los jueces?
El arbitraje de la marcha nórdica
competitiva (MNC) bebe en las fuentes del único deporte parecido: la marcha atlética
de competición. En este sentido, al
hablar de que los jueces deben decidir “a simple vista”, no hacen más que
copiar del reglamento de marcha atlética, esa marcha, por otro lado, tan denostada
en otros lugares de los reglamentos actuales de MNC. Pero, como he dicho en otras ocasiones, la
marcha atlética tiene una buena razón para no cambiar esta norma: vistos a cámara
lenta, todos los marchadores atléticos tienen un tiempo de vuelo, en el que los
dos pies están en el aire, al menos en los momentos más álgidos de las
competiciones. Si ahora los jueces de
esta disciplina deportiva comenzasen a utilizar cámaras de video, no se volvería
a batir un record en varios siglos. No
hay deporte que soporte semejante prueba.
Por eso, y es una opinión personal, la marcha atlética jamás se apoyará
en medios técnicos para enjuiciar a los marchadores.
Sin embargo, la MNC es un deporte que está
naciendo y debe utilizar todos los medios que el momento actual pone a su
alcance para asegurar la imparcialidad y justicia de las decisiones de sus
jueces. Nosotros todavía no tenemos
records (los que hay no parecen fiables y, hasta dónde hemos visto, no tenemos
ninguna seguridad de que se hayan obtenido respetando las reglas básicas
mencionadas).
En un circuito de, digamos, 2 km, en el que se dispute una
prueba de 10 km
de MNC, podría haber entre dos y cuatro jueces que dotados de cámaras
videofotográficas, pasasen material grabado “sospechoso” a uno o dos jueces
principales que examinasen este material en sus ordenadores y decidiesen, con
pruebas gráficas, la descalificación de infractores.
Con una buena cobertura
telefónica del recorrido de la prueba, los jueces de pista podrían incluso
enviar las imágenes tomadas con teléfonos móviles a una dirección de correo
electrónico en la que otros jueces las analizasen y remitiesen, con el juicio
correspondiente, al juez principal de la prueba.
Yo no digo que estas sean las
soluciones. Yo no soy técnico en
transmisiones. Pero seguro que con la
tecnología actual todo esto es posible, y rápido, y puede que incluso otras
cosas que mi ignorancia en la materia pasa por alto. Lo que sí digo, es que deberíamos aprovechar
las competiciones que se están haciendo en España, para intentar probar estas
ayudas. La decisión seguirá siendo del
juez principal, pero estará mucho mejor apoyada que con el simple parecer de
una observación a simple vista de un juez de dudosa experiencia