La
cuestión, tal como está planteada en el título de la entrada, sólo
tiene una respuesta: SÍ. Sin embargo, lo que pretendo aquí
es matizarla y examinar, aunque sea someramente, el porqué de este
hecho.
Efectivamente,
un deporte en el que la mayoría de los competidores, y de los que
cada año se inician en el mismo, están por encima del medio siglo,
es sin duda un deporte apto para gente mayor, sin que eso quiera
decir que no sea también adecuado para otros segmentos de población.
Tal
como reza el lema de este blog, la marcha nórdica es un deporte
“PARA TODOS Y PARA TODO”. Cómo he dicho en múltiples ocasiones
y foros, no se me ocurre un deporte que por racional, equilibrado y
completo, parezca más adecuado para el desarrollo físico de un
cuerpo en formación, y sigo esperando, tras diversos intentos y
decepciones personales, que aparezca en nuestro entorno alguien que
dé con la clave para “vender” este precioso producto a niños y
adolescentes.
Que
la marcha nórdica es ideal como entrenamiento cruzado para
ciclistas, tenistas, golfistas, y otros muchos deportes, es algo que
se va imponiendo día a día, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Lo completo de esta práctica deportiva, lo equilibrado de su
técnica, y su racional progresividad, lo convierten en un deporte
ideal, no sólo para los esquiadores de fondo durante la etapa
estival, sino también, para todos aquellos deportes que, como los
citados en la frase anterior, adolecen de una excesiva lateralidad en
su práctica, o de posturas forzadas de la columna vertebral,
mantenidas en el tiempo.
También
una buena técnica de marcha nórdica permite a quien la practica
disfrutar mucho más de otros deportes, tales como el senderismo, el
montañismo o las carreras por montaña. Los bastones, utilizados
con la técnica adecuada, son ya insustituibles para corredores de
ultrafondo y trail, y esta técnica está empezando a marcar una
diferencia entre los practicantes de estos deportes que la han
conseguido y el resto del pelotón. Y la técnica a que me refiero,
no es otra que la de la marcha nórdica; naturalmente, adaptada al
entorno en que se utilice.
Pero,
si la marcha nórdica es un deporte para todos, ¿por qué hay
tanta gente mayor en nuestro deporte?
Yo
encuadraría las razones en los cuatro apartados siguientes:
-
Culturales. Desde antiguo,
el uso de bastones ha estado asociado a la edad avanzada. La
pérdida de movilidad articular y equilibrio con la edad siempre se
ha tratado de compensar con el uso de estos instrumentos. Esto
sigue siendo cierto: la utilización de bastones, opcional en otros
momentos de la vida, es una indudable ayuda/necesidad en la tercera
edad, permitiéndo a los miembros de este grupo alargar su tiempo de
ejercicio, tanto en la práctica diaria como en la edad. No es de
extrañar, por tanto, que mucha gente joven perciba la marcha
nórdica como un deporte para mayores y, así, muchas veces me he
encontrado con atletas jóvenes que, tras asistir a una sesión de
iniciación, reconocen los indudables beneficios del correcto uso de
los bastones, pero se resisten a utilizarlos, aduciendo que “todavía
son jóvenes”, “aparcando” la marcha nórdica para cuando las
lesiones les obliguen a dejar su deporte actual.
-
Preocupación por la salud.
Es este un problema de baja prioridad para la gente joven. Sin
embargo, con el paso de los años, la salud va escalando peldaños
en nuestras preocupaciones y, si somos consecuentes, en nuestras
prioridades. La marcha nórdica, con sus múltiples, reconocidos y
bien documentados, beneficios para la salud, viene a ocupar un lugar
cada vez más destacado entre las opciones que se nos presentan a
las personas de edad, tanto más cuanto que la técnica es simple,
el equipo barato, y se puede practicar en cualquier lugar y momento.
-
Disponibilidad de tiempo.
La marcha nórdica, con ser un ejercicio tan racional y equilibrado,
permite realizar sesiones de práctica deportiva más largas que,
por ejemplo, la carrera. Yo he estado corriendo durante 45 años:
no hay otro deporte que me permita, en media hora, tres veces a la
semana, conseguir la sensación de haber trabajado físicamente,
suficientemente, para conseguir un aceptable mantenimiento. Y media
hora, tres veces a la semana (más otra media de calentamiento,
vuelta a la calma y ducha), es todo lo que yo le podía detraer de
mis obligaciones familiares, al margen de una vida profesional
bastante exigente. Sin embargo, con los hijos emancipados, y menos
exigencias profesionales (es decir, cumpliendo añitos), vamos
disponiendo de más tiempo libre para hacer un deporte más
racional, menos peligroso, … más adecuado a nuestra edad (siempre
volvemos a lo mismo).
-
Problemas para practicar otros
deportes. Con la edad se nos van limitando las posibilidades de
practicar diversos deportes. A lo largo de los años yo he
practicado tenis, equitación, esgrima, baloncesto, carrera,
natación, wind surfing, montañismo, … pero la dificultad del
lugar, la pérdida de reflejos y otras limitaciones físicas, las
lesiones, etc, han ido reduciendo la panoplia de posibilidades que
se me ofrecían. Por ceñirme a dos de los más practicados por
gente mayor, el tenis tiene el problema añadido de que necesitas
más gente para practicarlo, y el paso de los años te va reduciendo
la lista de colegas; y el golf nunca ha sido una opción: ni
siquiera ahora dispongo del tiempo que requiere. Y eso sin hablar
de lugares de prácica, tiempos de desplazamiento, epicondilitis y
epitrocleitis. En este entorno, la marcha nórdica se nos va
destacando como una opción muy válida; para mí, la que más.
Tal
como digo en mis anuncios de cursos de iniciación: “La
marcha nórdica es un nuevo concepto de movimiento en el que los
bastones, utilizando una técnica adecuada, no sólo minimizan
lesiones y repercusiones negativas de la marcha sobre columna y
articulaciones inferiores, sino que, además, movilizan los músculos
del torso y extremidades superiores, convirtiendo este ejercicio,
junto con el esquí de fondo, del que procede, en el más completo y
equilibrado de los conocidos, trabajando activamente más del 90% de
los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo. La marcha nórdica
proporciona salud: corrige la postura y ayuda a prevenir/corregir
problemas de columna y
articulares, aumenta la oxigenación general, mejora la circulación
y la producción de endorfinas, quema grasas, aumenta la autoestima …
apta
para toda edad y condición física, desde niños y gente con
movilidad limitada hasta deportistas de élite, que se puede
practicar en cualquier lugar y momento.”
Pero tengas la edad que tengas, si
tienes unos bastones en el paragüero, sácalos y dales marcha,
aunque sólo sea para comprobar si lo que digo en el párrafo
anterior es cierto... y que con 90 años sigamos viéndonos por ahí con nuestros bastones.