viernes, 29 de junio de 2018

II Máximum Revolcadores 2018

La pedanía moratallera de Inazares acoge por 2º vez una prueba de carácter deportiva y social, con el fin de promover las carreras de montaña y el ejercicio físico.  Las pruebas se celebrarán el domingo 9 de septiembre a partir de las 09:00 horas, con salida y meta en la Plaza de Inazares, y se desarrollará por las tierras altas de la sierra de Moratalla, incluyendo una prueba no competitiva de marcha nórdica (Nordic Walking – Senderismo) con 15,5 km de recorrido, altura máxima 1500m, altura mínima 1195m, desnivel acumulado 995 m y desnivel positivo 500 m.

Hasta aquí todo bien.  El año pasado participé y este año repetiría, y os la recomendaría, si no fuese por lo siguiente:

Cuota Federados: Senderistas y corredores con ficha federativa de atletismo (FAMU o RFEA), triatlón (FTRM) y ciclismo (FCRM). 
Cuota General (No Federados): Montaña (FMRM o FEDME), Senderistas y corredores.

La diferencia entre "federados" y "no federados" es de 3€, que suele ser lo que le cuesta a la organización sacar un seguro individual de día para los que no cuentan con la cobertura de una licencia federativa.  Ahora bien, la tarjeta federativa de montaña, tanto de la FMRM como de la FEDME, cubren la práctica de la marcha nórdica, por lo que no le encuentro explicación racional a esta discriminación.

Desde aquí hago un llamamiento a los organizadores y a la FMRM para que corrijan este desaguisado.

Quedo a la espera de noticias de unos u otros ... y sigo sacando mis bastones del paragüero todas las mañanas, tempranito.

miércoles, 27 de junio de 2018

MARCHA NÓRDICA ¿DEPORTE PARA MAYORES?


La cuestión, tal como está planteada en el título de la entrada, sólo tiene una respuesta: . Sin embargo, lo que pretendo aquí es matizarla y examinar, aunque sea someramente, el porqué de este hecho.

Efectivamente, un deporte en el que la mayoría de los competidores, y de los que cada año se inician en el mismo, están por encima del medio siglo, es sin duda un deporte apto para gente mayor, sin que eso quiera decir que no sea también adecuado para otros segmentos de población.

Tal como reza el lema de este blog, la marcha nórdica es un deporte “PARA TODOS Y PARA TODO”. Cómo he dicho en múltiples ocasiones y foros, no se me ocurre un deporte que por racional, equilibrado y completo, parezca más adecuado para el desarrollo físico de un cuerpo en formación, y sigo esperando, tras diversos intentos y decepciones personales, que aparezca en nuestro entorno alguien que dé con la clave para “vender” este precioso producto a niños y adolescentes.

Que la marcha nórdica es ideal como entrenamiento cruzado para ciclistas, tenistas, golfistas, y otros muchos deportes, es algo que se va imponiendo día a día, dentro y fuera de nuestras fronteras. Lo completo de esta práctica deportiva, lo equilibrado de su técnica, y su racional progresividad, lo convierten en un deporte ideal, no sólo para los esquiadores de fondo durante la etapa estival, sino también, para todos aquellos deportes que, como los citados en la frase anterior, adolecen de una excesiva lateralidad en su práctica, o de posturas forzadas de la columna vertebral, mantenidas en el tiempo.

También una buena técnica de marcha nórdica permite a quien la practica disfrutar mucho más de otros deportes, tales como el senderismo, el montañismo o las carreras por montaña. Los bastones, utilizados con la técnica adecuada, son ya insustituibles para corredores de ultrafondo y trail, y esta técnica está empezando a marcar una diferencia entre los practicantes de estos deportes que la han conseguido y el resto del pelotón. Y la técnica a que me refiero, no es otra que la de la marcha nórdica; naturalmente, adaptada al entorno en que se utilice.

Pero, si la marcha nórdica es un deporte para todos, ¿por qué hay tanta gente mayor en nuestro deporte?

Yo encuadraría las razones en los cuatro apartados siguientes:

  1. Culturales. Desde antiguo, el uso de bastones ha estado asociado a la edad avanzada. La pérdida de movilidad articular y equilibrio con la edad siempre se ha tratado de compensar con el uso de estos instrumentos. Esto sigue siendo cierto: la utilización de bastones, opcional en otros momentos de la vida, es una indudable ayuda/necesidad en la tercera edad, permitiéndo a los miembros de este grupo alargar su tiempo de ejercicio, tanto en la práctica diaria como en la edad. No es de extrañar, por tanto, que mucha gente joven perciba la marcha nórdica como un deporte para mayores y, así, muchas veces me he encontrado con atletas jóvenes que, tras asistir a una sesión de iniciación, reconocen los indudables beneficios del correcto uso de los bastones, pero se resisten a utilizarlos, aduciendo que “todavía son jóvenes”, “aparcando” la marcha nórdica para cuando las lesiones les obliguen a dejar su deporte actual.
  2. Preocupación por la salud. Es este un problema de baja prioridad para la gente joven. Sin embargo, con el paso de los años, la salud va escalando peldaños en nuestras preocupaciones y, si somos consecuentes, en nuestras prioridades. La marcha nórdica, con sus múltiples, reconocidos y bien documentados, beneficios para la salud, viene a ocupar un lugar cada vez más destacado entre las opciones que se nos presentan a las personas de edad, tanto más cuanto que la técnica es simple, el equipo barato, y se puede practicar en cualquier lugar y momento.
  3. Disponibilidad de tiempo. La marcha nórdica, con ser un ejercicio tan racional y equilibrado, permite realizar sesiones de práctica deportiva más largas que, por ejemplo, la carrera. Yo he estado corriendo durante 45 años: no hay otro deporte que me permita, en media hora, tres veces a la semana, conseguir la sensación de haber trabajado físicamente, suficientemente, para conseguir un aceptable mantenimiento. Y media hora, tres veces a la semana (más otra media de calentamiento, vuelta a la calma y ducha), es todo lo que yo le podía detraer de mis obligaciones familiares, al margen de una vida profesional bastante exigente. Sin embargo, con los hijos emancipados, y menos exigencias profesionales (es decir, cumpliendo añitos), vamos disponiendo de más tiempo libre para hacer un deporte más racional, menos peligroso, … más adecuado a nuestra edad (siempre volvemos a lo mismo).
  4. Problemas para practicar otros deportes. Con la edad se nos van limitando las posibilidades de practicar diversos deportes. A lo largo de los años yo he practicado tenis, equitación, esgrima, baloncesto, carrera, natación, wind surfing, montañismo, … pero la dificultad del lugar, la pérdida de reflejos y otras limitaciones físicas, las lesiones, etc, han ido reduciendo la panoplia de posibilidades que se me ofrecían. Por ceñirme a dos de los más practicados por gente mayor, el tenis tiene el problema añadido de que necesitas más gente para practicarlo, y el paso de los años te va reduciendo la lista de colegas; y el golf nunca ha sido una opción: ni siquiera ahora dispongo del tiempo que requiere. Y eso sin hablar de lugares de prácica, tiempos de desplazamiento, epicondilitis y epitrocleitis. En este entorno, la marcha nórdica se nos va destacando como una opción muy válida; para mí, la que más.
Tal como digo en mis anuncios de cursos de iniciación: “La marcha nórdica es un nuevo concepto de movimiento en el que los bastones, utilizando una técnica adecuada, no sólo minimizan lesiones y repercusiones negativas de la marcha sobre columna y articulaciones inferiores, sino que, además, movilizan los músculos del torso y extremidades superiores, convirtiendo este ejercicio, junto con el esquí de fondo, del que procede, en el más completo y equilibrado de los conocidos, trabajando activamente más del 90% de los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo. La marcha nórdica proporciona salud: corrige la postura y ayuda a prevenir/corregir problemas de columna y articulares, aumenta la oxigenación general, mejora la circulación y la producción de endorfinas, quema grasas, aumenta la autoestima … apta para toda edad y condición física, desde niños y gente con movilidad limitada hasta deportistas de élite, que se puede practicar en cualquier lugar y momento.”

Pero tengas la edad que tengas, si tienes unos bastones en el paragüero, sácalos y dales marcha, aunque sólo sea para comprobar si lo que digo en el párrafo anterior es cierto... y que con 90 años sigamos viéndonos por ahí con nuestros bastones.

domingo, 24 de junio de 2018

EVANGELISMO Y MARCHA NÓRDICA


Bien que nada tenga que ver el Juan Bautista que hoy se celebra (felicidades a todos) con el autor del Evangelio de San Juan, el hecho es que la misa de hoy me a vuelto a llevar a un tema que siempre me ha apasionado, el de la marcha nórdica, sus valores y la forma de propagarla.

Nuestro diccionario restringe el uso de la palabra evangelista al ámbito religioso, y poco más, obviando una acepción bien extendida en el mundo empresarial actual, el marketing del evangelismo. Hace ya años que la empresa dónde trabaja una de mis hijas la nombró “revenue evangelist”, para la propagación e implantación de una nueva política de ventas, y ahí empezó mi interés por este tema.

Investigando un poco sobre el asunto, descubrí que Guy Kawasaki, un directivo de Apple Computer, introdujo el evangelismo en esta empresa y en l1991 publicó su libro “Vendiendo tu Sueño: Cómo promover tu producto, compañía o ideas -y marcar una diferencia- mediante el Evangelismo”, al que define como la forma más avanzada de publicidad boca a boca, en la cual una compañía desarrolla y cultiva clientes que creen tan firmemente en un producto o servicio en particular que se sienten en la libertad de convencer a otros de comprarlo y usarlo. Los clientes se convierten así en “vendedores” voluntarios que actúan en nombre de la compañía.

Inmediatamente caí en la cuenta de que, de manera totalmente impensada, esta forma de marketing era la que más impacto estaba teniendo el la propagación de la marcha nórdica, que yo me había propuesto, y comencé a autotitularme “evangelista de la marcha nórdica” y a asignar este divisa a muchos de mis alumnos y otros compañeros que, de forma más o menos desinteresada, actuaban como verdaderos evangelistas en la divulgación de nuestro deporte.

Si nos fijamos en las condiciones dictadas por el señor Kawasaki para el establecimiento de un plan de evangelismo, y hacemos una comparación con la marcha nórdica (mis comentarios entre paréntesis), entenderemos el porqué:

  1. Crear una causa. El primer punto es crear algo grandioso que valga la pena evangelizar. Debe ser un producto o servicio que mejore la vida de las personas (tal como la marcha nórdica), y debe representar algo inmaterial, desafiar el status quo (como el de otros deportes pre-existentes) que le dé un poder diferenciador.
  2. Amar la causa. Ser un evangelista es más que un título: es un estilo de vida. Un evangelista ve más que un producto y lo ve como una buena forma de propagar buenas nuevas (seguro que vosotros mismos os reconocéis aquí hablando de la marcha nórdica, y seguro que reconocéis a muchos otros en este aspecto).
  3. Buscar por agnósticos, ignorar a los ateos. Un buen evangelista puede usualmente saber si una persona está interesada o no en un producto en cinco minutos. Si no están interesados se corta la comunicación totalmente. No lidiar con personas que al final no creerán en tu causa (como decía El Gallo, “lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible”; Sir Bertrand Russell lo remedaba diciendo que “la felicidad estriba en no intentar lo imposible, pero intentar lo posible con todas tus fuerzas”; esto es así para todo, incluida la propagación de la marcha nórdica).
  4. Deja que la gente pruebe la causa. Es esencial dejar que las personas por sí mismas descubran las bondades del producto y lo pongan a prueba (ojo aquí con “vender” una idea apresurada o incompleta de la marcha nórdica que consiga todo lo contrario de lo que nos proponemos: los “bautismos” o cursos de iniciación incompletos me han demostrado que alejan mucha gente de la marcha nórdica al no permitirles ver todas sus ventajas; “déjalo, voy mejor sin los bastones”).
  5. Aprende a dar una demostración. Un evangelista que no puede demostrar su producto es un mal evangelista. Tiene que aprender a acelerar el pulso y la llama de la creencia en las personas, de lo contrario, mejor que no entre a esta área de marketing (un evangelista de marcha nórdica debe esforzarse por desarrollar una buena técnica antes de lanzarse al mundo de la demostración, pero el convencimiento de las bondades de su práctica habitual es una extraordinaria herramienta promocional).
Pero seas evangelista de la marcha nórdica, o no, lo principal es que sientas “en tus carnes” los beneficios de una práctica habitual, y para eso, hay que sacar los bastones del paragüero, cada día (ahora tempranito, que ya hace calor).