BIOMECÁNICA
- 2. f.
Estudio
de
la
aplicación
de
las
leyes
de
la
mecánica
a
la
estructura
y
el
movimiento
de
los seres
vivos.
Dice
el reglamento de competiciones de marcha nórdica de la Federación
de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) que “La Marcha Nórdica
consiste en andar con unos bastones especialmente diseñados para el
desarrollo de esta actividad física, con el objetivo de optimizar
el esfuerzo físico realizado en el movimiento biomecánico de
nuestro cuerpo al andar”. A
continuación añade que “En la marcha nórdica no se puede
correr, se debe mantener en todo momento al menos un pie y un bastón
en contacto con el suelo utilizando los bastones activamente, sin
arrastrarlos, efectuando la técnica diagonal que consiste en
el apoyo en todo momento de cada bastón en acción con el pie
contrario.”
En
mi ya lejana formación como profesor de educación física, tuve el
“placer” de realizar varios estudios biomecánicos, nada
sencillos y exigentes de conocimientos y experiencia, por lo que
nunca he estado seguro de que esta definición haya llegado en toda
su profundidad a la mayoría de la audiencia potencialmente
interesada. Incluso me saltan dudas de que los mismos que la
escribieron estén convencidos de lo que dicen, cuando unas cuantas
páginas más adelante recogen lo siguiente: “5.8 - La pierna
atrasada deberá ir estirada totalmente antes de que el pie pierda el
contacto con el suelo” y “5.10 - El gesto técnico de la marcha
nórdica no permite la oscilación de la cadera en el plano frontal y
su flexión excesiva.”
Hoy
voy a tratar de poner un poco en román paladino lo anterior,
acudiendo a explicaciones algo más accesibles a no iniciados para
tratar de aclarar la biomecánica de la marcha, algo que yo incluyo
en el comienzo de cada uno de mis cursos de iniciación, con un
nombre algo menos esotérico: andar de forma natural y completa. Lo
haré, apoyándome en un artículo publicado por la Revista
Iberoaméricana de Fisioterapia y kinesiología, en enero de 1999,
descomponiendo el paso en cuatro fases o tiempos, y usando un mínimo
de referencias anatómicas, normalmente entre paréntesis para
facilitar la lectura a los más legos en la materia.
Pero
dado que esto he de hacerlo por escrito y a distancia, no me queda
más remedio que acudir a la ayuda de los planos utilizados en
anatomía para referenciar descripciones y movimientos. Se
trata, como podéis ver en la figura adjunta, de los planos
transversal, frontal y sagital. El plano transversal divide
al cuerpo en dos partes, superior e inferior, mientras que el frontal
lo divide en
anterior y posterior. Al plano
que
discurre centralmente en el cuerpo
y
a su vez forma en igual medida a las zonas izquierda y derecha se le
llama plano
medio
sagital.
La
primera
fase,
de la marcha
humana (impulso),
se
caracteriza porque el miembro inferior más
atrasado
se inclina hacia delante por una extensión
de cadera
(rotación
en el plano transversal y
oscilación
en el plano frontal
por la sinergia que se establece con los músculos abdominales y
espinales del lado contrario),
la
rodilla se flexiona,
para
una mayor eficacia de
los músculos de
la cara posterior del muslo (tríceps
sural y glúteo mayor) mientras
que la articulación pierna-pie
(tibiotarsiana)
se flexiona plantarmente
(hiperextensión
dorsal del pie).
En
la
segunda
fase
(oscilación
de
la pierna retrasada),
el pie que al
final de la
fase anterior sólo apoyaba con el dedo gordo (por
eso gastamos tanto
la
punta de las zapatillas) se
despega del suelo, la
rodilla y la cadera se flexionan
y
todo el miembro inferior se desplaza en el plano sagital,
adelantándose al resto del cuerpo, siendo el miembro inferior
contrario
el que sostiene la totalidad del peso corporal.
En
esta fase hay
una
flexión conjugada de cadera, rodilla y flexión dorsal del tobillo,
tanto mayor cuanto más accidentado sea el terreno y la longitud del
paso para evitar el choque del pie contra el suelo.
En
el plano frontal, a nivel de la
cadera, desciende
la espina ilíaca del miembro oscilante,
con la consiguiente inclinación inversa de caderas
y hombros
(líneas
pélvica y escapular),
de tal manera que al inicio de esta fase el centro de gravedad se
traslada al lado sustentador para producirse al final de la misma un
reequilibrio de dichas líneas y una centralización del centro de
gravedad sobre la línea de progresión. Asimismo, la cadera
continúa su giro hasta
conseguir
una
rotación anterior máxima en
el plano tansversal.
La
tercera
fase (de
impacto del talón),
el miembro inferior oscilante toca el suelo por medio del talón,
recibiendo parte del peso del cuerpo. Durante esta fase el miembro
inferior ha de medir, frenar y regular la progresión hacia delante.
Tras
el primer contacto, se
observa una flexión plantar rápida (llevada
a cabo por el músculo tríceps sural),
que toma control de frenado y sitúa toda la planta en contacto con
el suelo. En la rodilla,
que en el momento del impacto
se encuentra prácticamente en extensión completa, se produce una
ligera flexión amortiguadora. Los
movimientos a nivel de la cadera durante esta fase son menos
evidentes.
En
la
cuarta
fase
(equilibrio),
el miembro inferior apoyado soporta todo el peso del cuerpo a la vez
que mantiene el equilibrio en los tres planos y permite la traslación
corporal hacia delante. Durante esta fase (el miembro inferior
contrario se encontraría en la fase de oscilación, por
lo que podemos referenciar el texto a la figura anterior)
se observa una flexión
de la
cadera en el plano frontal hacia
el miembro oscilante
(controlada
especialmente por el músculo glúteo mediano);
dicha inclinación pélvica es compensada (como en fases anteriores)
por una oblicuidad inversa de la cintura escapular, siendo la máxima
divergencia de ambas líneas (escapular-pélvica) en el momento en
que el miembro inferior oscilante cruza la vertical, para
restablecerse su paralelismo al final de este apoyo unilateral.
Asimismo, y contraria a esta inclinación, se produce en
el plano transversal
una nueva rotación de la pelvis hacia atrás que se verá compensada
por una rotación inversa del tronco.
De
todo lo anterior se deduce que en la marcha nórdica, como en
cualquier otro tipo de marcha, el “estiramiento total de la pierna”
al final de la fase de impulso no llega a ser tal, y las “caderas
oscilan en el plano frontal”, necesariamente
(a
no ser que andemos como las Muñecas de Famosa).
Lo de la
“flexión excesiva”
es
algo que no debería figurar en ningún reglamento que se precie de
tal. Si hay un límite que se supone que no debería ser rebasado,
éste
ha de ser medible, observable y bien definido, para que tanto
árbitros como competidores sepan dónde está.
Siempre
practico marcha nórdica con música, y es curioso que la primera
selección de canciones que me cargué en mi MP3 para mi práctica
diaria, hace ya más de 10 años, comienza con aquella “Mueve tus
caderas” de Burning. En mis cursos de iniciación siempre animo a
mis alumnos a hacerlo, a mover las caderas sin inhibiciones, como
colofón a una buena técnica.
El movimiento de contra-rotación de caderas y hombros es la mejor
forma de mover las más de 50 articulaciones de nuestra columna
vertebral, y es uno de los principales logros de la marcha nórdica.
Muy pocos deportes consiguen esto. No permitamos que no
lo birlen con
reglamentaciones poco meditadas.
De
manera que, ¡andando! Saca tus bastones del paragüero y dales
biomecánica … y mueve tus caderas, cuando todo vaya mal … o
bien.