En
el video del enlace https://youtu.be/jF2tDTwFC_s, Javier Ramos, asesor del área de marcha nórdica
de la FEDME habla de los aspectos sancionables en las competiciones
de marcha nórdica, así como de la mecánica utilizada para su
sanción. El video, aunque no soluciona los problemas de
indefinición y léxico farragoso del reglamento, supone una buena
ayuda para árbitros y competidores, y es una pena que no se haya
publicado dos años antes. Lástima que no explique cómo medir la
“excesiva flexión de la cadera”, pero nada es perfecto.
Especialmente
gráfica es la segunda parte del video, dedicada a explicar con
ejemplos de marchadores que exageran los errores para su fácil
identificación. En todo, excepto en el error 10, en el que el
marchador no flexiona la cadera, sino que más bien parece que oscila
los hombros, contribuyendo más, si cabe, a la falta de comprensión
del punto en cuestión.
En
fin, lo dicho, un buen video, muy recomendable, por el que cabe
felicitar a su autor. Él no es culpable del estado actual del
reglamento, ni de que éste no se aplique como debería. Por eso,
tras ver el video, se me ocurren algunas preguntas para los
responsables de la FEDME:
- ¿Por qué las competiciones oficiales de marcha nórdica no se realizan sobre recorridos como los que utilizan los demostradores en este vídeo? Es decir, ¿por qué la FEDME autoriza recorridos que no son adecuados para hacer una técnica correcta? Y a los competidores, ¿alguien recuerda una sola competición oficial en la que todo el recorrido permitiese la realización de una técnica diagonal correcta? El paso por las plazas empedradas de los pueblos, los desniveles superiores al 30%, las sendas estrechas, repletas de piedras sueltas, son muy bonitas y bucólicas, pero nada adecuadas para competiciones de marcha nórdica. Y, ¡ojo!, no critico aquí a quienes proponen estos recorridos, que seguro que tienen muy buenas razones para ello, sino a quienes los aprueban.
- El Artículo 14.1, como gran parte del reglamento, es poco claro, pero de una cuidada lectura se colige que el itinerario se debe hacer a pie, con bastones, aplicando la técnica, y que su trazado se revisará con suficiente antelación para garantizar su calidad y añade que el tipo de terreno, anchura, desnivel, etc. será en todo momento el “adecuado para la práctica de la marcha nórdica con buena técnica” (la intención no es mala, pero “adecuado” me sabe a poco en un reglamento ¿no os parece?). El artículo 15.2. establece que los árbitros deberán inspeccionar el itinerario con el fin de asegurarse que se está cumpliendo con el reglamento y la normativa. ¿Por qué no se hace todo esto?
- Dada la importancia de la técnica, ¿por qué la FEDME, y las federaciones autonómicas, permiten competiciones en las que el diseño de los circuitos y/o el número de árbitros disponibles no asegura una observación continua de todos los competidores, a lo largo de toda la competición? Lo del árbitro en bicicleta es una anécdota, o una broma de mal gusto; nos va a permitir el dudoso seguimiento de un competidor, arriesgando la integridad física del árbitro, y dejando sin supervisión al resto de los competidores. Mala gestión del personal.
- El sistema actual de tarjetas es tan complicado y farragoso en el reglamento, que ha exigido una reciente “explicación técnica” por parte de la FEDME que, por cierto, no sé si habrá llegado a todos los competidores, por lo que les recomiendo que vean el video adjunto con atención. ¿Cuándo se decidirá la FEDME a mirar cómo lo hacen los que llevan más de cien años organizando y arbitrando competiciones de marcha? Y de paso, nos ha costado dos años que la marcha atlética no figure entre las faltas graves sancionadas por el reglamento … ¿cuántos más nos va a costar dejar de decir vaguedades sobre la “flexión de cadera”? O dicho de otra manera, ¿cuándo se nos va a quitar el miedo a que un marchador atlético aprenda a utilizar los bastones y veamos auténtica marcha nórdica en nuestras competiciones?
Finalmente,
no quiero acabar hoy sin aclarar que los árbitros no son los malos
de la película: hacen lo que pueden, dadas las circunstancias
(lease, un pobre reglamento y un número insuficiente). En todo caso, sólo se les puede
reprochar que se atrevan a arbitrar con semejante herramienta y condiciones, y que,
al menos en lo que respecta a la homologación de itinerarios (que es
su responsabilidad) hagan la vista gorda y les valga todo. Esperemos
que no haya problemas graves y que nadie les exija nunca
responsabilidad por un accidente que podría haberse evitado.
En
cualquier caso, los competidores, al inscribirse para una prueba,
asumen el riesgo que implica un recorrido que no sea adecuado para
una competición, por lo que les aconsejo que exijan cualquier
aclaración que estimen necesaria para valorar y decidir si creen que deben competir o
no.
Y mientras tanto, no dejéis de sacar vuestros bastones del
paragüero, todos los días. Ésto, y no las competiciones, es lo que realmente importa ... creo yo.
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