Se menciona con frecuencia,
demasiada para mi gusto, la prohibición de hacer marcha atlética en las
competiciones de marcha nórdica. En los
párrafos que siguen pretendo tratar de averiguar cuáles son las razones de esta
prohibición, si es que las hay, exponer mi punto de vista sobre las mismas y
analizar someramente la aplicación de la técnica de la marcha atlética a la
marcha nórdica de competición.
Cuando me planteé iniciarme en el
mundo de la marcha nórdica competitiva, desde mi tranquila práctica de ALFA, me
pregunté qué técnica debería utilizar para aumentar mi velocidad, respetando
las reglas generalmente admitidas de estas competiciones, a saber, tener
siempre al menos un pie y un bastón en el suelo, y que codo y mano rebasen la
vertical de la pelvis, adelante y atrás, en cada paso.
La respuesta, clara para mí, fue la técnica de la marcha
atlética; hasta dónde yo sé, la que actualmente permite caminar a mayor
velocidad. En ella, los marchadores
tienen que mantener siempre al menos un pie en contacto con el suelo
(obviamente, lo del bastón lo tendría que adaptar yo). En la marcha atlética,
también existe una regla que obliga a los marchadores a tener recta la pierna
que avanza, (es decir, no doblada por la rodilla) desde el momento del primer
contacto con el suelo hasta que se halle en posición vertical. Entiendo que esta regla fue introducida para
obligar a entrar de talón a los marchadores, con la intención de evitar una
carrera difícil de detectar a simple vista por los jueces.
Así pues, si la técnica de la marcha atlética obliga a
“marchar” en lugar de correr, y permite hacerlo a la mayor velocidad posible,
¿por qué no utilizarla para marchar con bastones en competiciones?
El Reglamento de Marcha Nórdica
en Competición de la Federación Francesa
de Atletismo, dice que “Correr y la técnica de la marcha atlética (extensión
completa de la rodilla adelante) están prohibidos”, sin que se dé razón alguna
para esta última prohibición. El reglamento italiano, aunque no menciona
específicamente la marcha atlética, dice que “No se admite la evidente rotación
de la pelvis”, probablemente en relación con la obvia rotación de caderas
utilizada en la marcha atlética y, por cierto, en cualquier otra marcha en que
se quiera conseguir una amplitud de paso medianamente aceptable, como explicaré
más adelante. Queda al avieso lector,
sea juez o participante, la interpretación del término “evidente” o la
conveniencia de escayolarse la cadera para participar en estas competiciones.
El Reglamento de Competiciones de
Marcha Nórdica de la Federación Andaluza
de Montaña dedica los capítulos 6 y 7 (copia literal traducida de los capítulos
8 y 9 del Reglamento de Marcha Nórdica Competitiva de la Federación Balear
de Montañismo y Escalada) a explicar “La diferencia entre la marcha nórdica
competitiva y la marcha atlética con bastones”.
El capítulo 6, sólo tiene dos líneas para presentar el capítulo 7 “¿Qué
es la marcha nórdica competitiva?”. En
éste, el segundo párrafo dice que “En la Marcha Nórdica
Competitiva se prohíbe: … y la marcha atlética, ya que esta última da mucha
ventaja sobre los demás marchadores y además es considerada como una
infracción.” Creo que aquí está la clave
del asunto que nos ocupa: un marchador que tenga una buena técnica de marcha
atlética e incorpore los bastones a su marcha, dentro de los más estrictos
preceptos de la marcha nórdica competitiva, tendría un potencial
extraordinariamente superior a otros que escogiesen cualquier otra forma de
marchar. Pero, ¿es esa razón para vetar
esa técnica? Esto sería algo parecido a
prohibir en las carreras de velocidad correr de metatarso, para evitar que los
que corren talón-planta sean siempre derrotados, o no permitir que los
saltadores de altura utilicen la técnica Fosbury, para no restar posibilidades
a los saltadores que utilizan el rodillo ventral. En cuanto a la última parte de la
prohibición, en ningún momento se explica por qué esta técnica se considera una
infracción. Esta fórmula se parece peligrosamente a lo que dicen los que no tienen más recursos
argumentativos: “y además, lo digo yo, y
punto”.
Una vez averiguadas las
sesudas “razones” de la aversión de ciertos reglamentos de marcha nórdica
competitiva hacia la marcha atlética, veamos en qué consiste esta técnica y
cómo podemos aprovecharla para la marcha nórdica de competición. En la figura de
la izquierda[M1]
se puede observar, descompuesto en tiempos, el movimiento de un paso completo
de un marchador atlético, desde que su pierna derecha pasa de la vertical,
hasta que vuelve a recuperarla. Si nos
fijamos en las dos últimas figuras de la segunda línea, las que muestran al
marchador en el momento inmediatamente anterior a la toma de contacto del talón
con el suelo y en el instante de dicha toma de contacto, observaremos una
posición ideal para un competidor de marcha nórdica, con codo y mano izquierdos
por delante de la perpendicular de la pelvis, mientras que los derechos superan
esta línea por detrás de la misma. Sin
embargo, observamos que ambos brazos están demasiado doblados. En esa posición, el bastón tendría que ser
muy largo para que llegase al suelo y la mano no podría pasar de la cadera al
completar la impulsión con ese brazo. Sin
embargo, si con el mismo movimiento de brazos, las manos se mantienen a la
altura de la cadera y el antebrazo se extiende al frente, en lugar de hacia
arriba, el bastón podrá ser de la altura reglamentaria y la mano retrasada
podrá abrirse para rebasar la vertical de la pelvis al completar su impulsión,
sin necesidad de modificar la técnica de la marcha atlética en ninguna otra
manera; si nos fijamos, pocos defectos podemos achacar a las imágenes
restantes, desde el punto de vista de la marcha nórdica; sólo le faltan los
bastones.
En la figura de la derecha he
modificado los antebrazos de los dos marchadores comentados en la figura anterior
en los términos antes apuntados. Ahora tenemos al mismo marchador atlético, que
ha adelantado un poco el braceo adelante (la actitud de chocar la mano con
alguien que viene de frente, como se dice en la técnica ALFA), con lo que el
bastón izquierdo entra en contacto con el suelo en el momento y lugar más
conveniente y con la inclinación adecuada.
El codo y la mano derechos, completando la impulsión con el bastón del
mismo lado y coincidiendo con la extensión completa de la pierna de izquierda,
están por detrás de la vertical de la pelvis.
Naturalmente, semejante amplitud de paso no se puede lograr sin la
necesaria (y saludable) rotación de la cintura pélvica (cadera),
contrabalanceada por la correspondiente contra-rotación de la línea de la
cintura escapular (hombros), lo que, aparte de permitir el máximo
aprovechamiento y adaptación de los esfuerzos de los trenes superior e
inferior, proporciona un agradable y saludable trabajo a nivel de todas las
articulaciones de la columna.
Naturalmente, esta técnica exige
un esfuerzo extraordinario para asimilar primero la técnica de la marcha
atlética, algo que yo no había practicado más que de pasada en mi ya lejano
curso de entrenador nacional de atletismo.
Asimismo, exige una buena técnica de marcha nórdica, antes de intentar
conjugar las dos simultáneamente. No
digo que sea fácil, pero el resultado es extraordinario y garantiza al que lo
consiga las mayores velocidades en competiciones de marcha nórdica, con una
técnica perfecta y perfectamente reglamentaria, si obviamos prohibiciones
irracionales y, por otro lado, poco comprobables: ¿quién o basándose en qué,
sería capaz de juzgar que el marchador con bastones de la figura anterior está
haciendo marcha atlética?
Curiosamente, los jueces podrían
aducir que un marchador está utilizando la marcha atlética por la forma
característica de su deambular, lanzando la pierna desde la cadera, cosa buena,
como hemos visto, con un ritmo (que los profanos llaman despectivamente “saltitos”)
conveniente para hacer coincidir el momento de la máxima extensión/impulsión de
una pierna, con el aterrizaje del talón del pie contrario, en una zancada
amplia que permita la mayor velocidad, siempre sin tiempo de suspensión, por
supuesto, para no caer en la carrera.
La rotación de la cadera, que
lanza la pierna, es necesaria para una amplitud de paso conveniente. En una persona de altura media (1,70), un paso
sin adelantar la cadera de la pierna que se lanza al frente no iría más allá de
los 30 cm .
La rotación de la cadera permite a esa
misma persona dar un paso de hasta 80 cm . En
una cadencia de 160 pasos por minuto (ppm), con esta amplitud un marchador haría
entre 7,5 y 8 km/h ,
aceptable para empezar a competir en marcha nórdica. El aumento de velocidad tendría que venir de
la mano de una mayor amplitud en el paso, una mayor cadencia, o una combinación
de ambas, dependiendo de capacidades, gustos y morfología de cada marchador. El marchador nórdico dispone de un plus
añadido sobre el atlético: sus bastones. Su uso correcto, adaptado a la técnica
descrita, puede ampliar la amplitud de la zancada, al tiempo que disminuye el
esfuerzo requerido de las extremidades inferiores, ayudando al marchador a
mantener el ritmo. En un video lateral,
la cabeza de este marchador sigue una línea recta, sin altibajos, que algunos
describen como una sensación de deslizamiento.
A 160 ppm el marchador tiene que
llevar un ritmo para acompasar la máxima impulsión de una pierna con el aterrizaje
del talón de la otra, al tiempo que se apoya el bastón contrario. La falta de ritmo, basado en una técnica bien
ejecutada, lleva al tristemente frecuente espectáculo de los dos bastones en el
aire (sólo tengo 13 fotos de la competición de Urnieta, pero 7 de ellas muestran
a un competidor o competidora con los dos bastones en el aire). Cuando no hay ritmo, el marchador que quiere
ir rápido, tiende a bajar el centro de gravedad (pierna doblada, prohibida por
la marcha atlética), lo que le lleva a apoyar los bastones a la altura o
incluso por detrás del pie retrasado, lo cual, indefectiblemente, le llevará a una
prematura falta de soporte en su impulso sobre ese bastón y lo tendrá que
recuperar antes de apoyar el otro, encontrándose así con los dos bastones en el
aire.
En fin, mi recomendación para los
que quieran experimentar esto de la marcha nórdica competitiva es que adquieran
una buena técnica diagonal (da igual de qué escuela), que asimilen la técnica
de la marcha atlética y que la apoyen con sus bastones, sacándoles el máximo
rendimiento. Que ninguna escuela, ni
ningún gurú nos impida hacer un uso racional de nuestros bastones y disfrutar
de ellos. Y esperemos que esta
racionalidad llegue también a las mentes de los que hagan futuros reglamentos
de marcha nórdica competitiva.
[M1]Figuras
de un artículo de Luis Alberto Berlanga de la Pascua
(España) sobre Marcha Atlética, publicado por EFDeportes.com, Revista
Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 161, Octubre de 2011.