domingo, 31 de diciembre de 2023

NUEVO CURSO DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA EN CARTAGENA

 

El domingo, 14 de enero, de 09.00 a 13.00, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 1º de este año, 103º en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras junto al Parque de la Rosa, frente al EuroSpar de la prolongación de Juan Fernández https://www.google.es/maps/dir//37.6215857,-0.9910311/@37.621471,-0.9910955,17z/data=!4m2!4m1!3e2?entry=ttu. Tras esta sesión, podrás mejorar sensiblemente tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, al tiempo que adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN antes del 13 de enero.

El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de senderismo o de marcha nórdica, da igual. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para que puedas hacer el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.

Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,

José Antonio Pérez González (Piri) -

659657981 (nordicartagena@outlook.com).

martes, 12 de diciembre de 2023

SALUD, DEPORTE Y EDAD

 

En la sociedad actual, dónde la actividad física laboral cada día es menor y el tiempo libre y la jubilación temprana aumentan día a día, el deporte, necesariamente, va ocupando un espacio cada vez mayor, y más justificado.

A lo largo de la vida de una persona, la actividad deportiva suele formar parte de sus rutinas, compartiendo el tiempo libre que sus demandas prioritarias, familiares y laborales, le van dejando. De esta manera, el deporte va incrustándose en su vida, hasta hacerse imprescindible, de manera que, cuando por alguna causa nos vemos obligados a no practicarlo durante un tiempo, nos deja un vacío que intentamos recuperar a mayor brevedad.

Con el paso de los años, es normal que tangamos que dejar de practicar una actividad deportiva que ha formado parte de nuestra vida, bien por pérdida de aptitudes (equilibrio, reflejos) o por falta de instalaciones adecuadas o por perder acceso al medio en el que la practicábamos. En tales circunstancias, procuramos sustituir la actividad negada por otra susceptible de mantener nuestro cuerpo en condiciones lo más semejantes posible a las anteriores.

Cuando cesa nuestra vida laboral, y la familia requiere menos de nuestra atención, muchas veces el deporte se convierte en una de las pocas actividades que nos restan. En este momento que, además, suele coincidir con un incremento de los estragos de la edad sobre nuestro organismo, es fácil que nos agarremos a ese viejo compañero de fatigas, el deporte, con ansias renovadas, viendo a menudo en él un bálsamo para todos nuestros males.

Sin duda, el deporte es un bálsamo para nuestro cuerpo y nuestra alma … siempre que la práctica deportiva habitual sea racional y no nos dediquemos a ella como si no hubiera un mañana, convirtiéndose así en un mal añadido a los que los años nos traen.

Todos conocemos a alguien (a veces lo vemos en nuestro propio espejo) que, encontrándose todavía relativamente bien, una vez alcanzada la jubilación, dobla o triplica su volumen habitual de ejercicio, o intenta gestas claramente exageradas, o incluso batir marcas, absolutas o personales. Desgraciadamente, la cruda realidad nos suele devolver los pies al suelo, en forma de lesiones, cada vez más difíciles de recuperar, o irreversibles.

La vida de cada persona transcurre en un continuo equilibrio entre capacidades y exigencias. Durante la primera parte, digamos hasta los 40 años, la línea de nuestras capacidades va ascendiendo, al tiempo que suben las exigencias a las que nos vemos sometidos. Después, aquella comienza a declinar, sí o sí, mientras que continuamos demandándonos más y más. El retiro viene como una necesidad que no siempre comprendemos bien. Una oportunidad relajarnos, de cambiar nuestras actividades a otras que nos exijan menos, más acordes con nuestras capacidades, ayudadas por la gran experiencia acumulada. El equilibrio mencionado se nos torna más inestable, fiado a una serie de rutinas de cuyo mantenimiento diario depende y de las que, por tanto, debemos procurar prescindir lo menos posible.

En lo que se refiere a la actividad física, todo lo dicho en el párrafo anterior cobra una actualidad sangrante. Cumple, por tanto, adaptarla en cada caso a las capacidades reales de cada individuo … no a las que él se crea que aún conserva.

Remedando aquellas publicaciones de los años 70 relativas al sexo, ¿deporte después de los 60? Por supuesto que sí, pero con cabeza, que para eso se supone que somos seres racionales. Y ¿cómo sé qué debo y qué no debo hacer? Bueno, cada quién tiene que dar su respuesta a esta cuestión, pero en términos generales yo diría que no debemos hacer nada que:

1. Nos cause dolor. La práctica deportiva no tiene que ser dolorosa. El dolor es una luz roja que nuestro cuerpo utiliza para avisarnos de que estamos haciendo algo mal, porque no estemos utilizando el equipo adecuado, porque lo estemos haciendo con una intensidad para la que (ya) no estamos preparados o porque el volumen de actividad realizada exceda (ya) nuestra capacidad.

2. Nos agote. Segunda luz de aviso de que dispone nuestro organismo para avisarnos de que nos estamos excediendo. Volvamos a niveles en los que la práctica deportiva, en lugar de ser agotadora, era placentera y, por tanto, invitaba a mantenerla y repetirla.

3. No podamos repetir al día siguiente. Cualquier actividad exagerada que me deje en un estado que me impida volver a realizarla mañana, me está privando de un ejercicio sano y racional que debo procurar no perder ni un sólo día, porque a estas edades, todo lo que hoy pueda mover y no lo mueva, igual mañana ya no puedo moverlo.

La práctica habitual de la marcha nórdica, lejos de competiciones, desafíos y quedadas multitudinarias, nos asegura un deporte racional, adaptable a cualquier edad y condición física. De manera que, a sacar los bastones del paragüero. y a disfrutar con ellos.

lunes, 11 de diciembre de 2023

MI VISIÓN DE LA MARCHA NÓRDICA - MARCHA NÓRDICA Y COMPETICIÓN

 La mayoría de los practicantes de marcha nórdica llegan a este deporte bien orientados, buscando la salud que otros antes encontraron en él, y que ellos mismos habían perdido por la practica poco sensata de otro deporte menos saludable, o por la ausencia absoluta de actividad deportiva habitual.

Las competiciones pueden tener, sin duda, un efecto llamada para la práctica de cualquier deporte. No sé por qué razón el ser humano sigue compitiendo. Quizá sea una reminiscencia genética de aquellos tiempos en los que el que llegaba primero comía y se reproducía en exclusiva, o con precedencia sobre los demás, o puede que sea un entrenamiento para otras situaciones de nuestra vida. No lo sé, la verdad. Pero sí sé que en la marcha nórdica, las competiciones producen contadas alegrías y dos efectos inmediatos no deseados a la mayoría de participantes: el falseamiento de la técnica (algo fundamental para la marcha nórdica y sus benéficos efectos) y las lesiones (que normalmente no suelen abundar en la practica racional habitual de este deporte).

Sigo pensando, y cada vez estoy más convencido de ello, que la competición no le hace ningún bien a la marcha nórdica, ni a los que la practican. A lo largo de los 15 años de mi relación con ese deporte, mi pensamiento al respecto de la competición a evolucionado, desde entregado organizador y competidor, hasta la situación actual (ver más en el enlace http://nordicartagena.blogspot.com/2019/03/las-competiciones-no-hacen-la-marcha.html). El único efecto "beneficioso" que se esperaba de las competiciones de marcha nórdica: el atraer gente joven a este deporte, no se ha materializado en la práctica, tal como demuestran las listas de inscritos en competiciones, mientras que se estimula con estas oportunidades la participación de personas de edad (la media de los practicantes – y competidores - de marcha nórdica en España está sobre los 55 años), que han acudido mayoritariamente a la marcha nórdica por su bien merecida fama de deporte saludable, en competiciones que les apartan de la práctica deportiva sana, técnica y racional, con el peligro de ocasionarles lesiones de más difícil recuperación a medida que se cumplen años.

Y si pienso que la competición, en general, no aporta nada positivo a la marcha nórdica, ni a los nordimarchadores, creo que las competiciones de este deporte en la montaña son una verdadera insensatez, tanto por el incremento exponencial de la dificultad para su arbitraje, con un reglamento que no proporciona herramientas adecuadas para enjuiciar la técnica en este entorno, como por la mayor probabilidad de lesiones debido a la especial exigencia del terreno. La marcha nórdica, no competitiva, es muy adecuada y recomendable en montaña, dedicando la mayor atención del practicante a priorizar la prevención de lesiones en tan exigente entorno, con una técnica bien depurada y adaptada al mismo.

No obstante todo lo expuesto, mi dedicación a este deporte y mi lealtad a los que lo practican, me obliga a procurar que, mientras persista la competición, las condiciones en que ésta se lleva a cabo, y el reglamento por el que se rijan, sean lo más justos y racionales posible. Es lo que humildemente sigo intentando desde mi blog http://nordicartagena.blogspot.com/ .

Como árbitro nacional y regional de competiciones (aunque me niegue a arbitrar con un reglamento tan defectuoso) cada año me solían pedir desde la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) comentarios para la revisión del reglamento, y cada año, religiosamente, los recopilaba y los mandaba (no sé si la pandemia o la autosuficiencia de la FEDME ha hecho que esta sana costumbre se pierda). En el enlace siguiente podéis ver los comentarios remitidos para la última revisión que me los pidieron http://nordicartagena.blogspot.com/2019/08/propuesta-de-cambios-al-reglamento-de.html). Aunque algunas de mis propuestas acabaran viéndose reflejadas en la nueva edición, estoy sinceramente convencido de que la FEDME y los responsables de marcha nórdica a nivel nacional y regional siguen sin comprender el valor diferencial de este deporte, pero, aparte de eso, admitiendo que tenga que haber competiciones, siguen sin entender que la base de este deporte es la técnica, y el reglamento actual persiste en no proporcionar a los árbitros los medios necesarios para asegurar que ésta se observa durante las competiciones: ni el reglamento da pautas mesurables y adecuadas para la observación de la técnica, ni los circuitos (tanto en su longitud como en el firme o en su pendiente) están reglados y acordes a los requisitos técnicos de este deporte, ni el número y preparación de los árbitros designados para cada prueba es suficiente para asegurar un arbitraje justo para todos.

Las competiciones de marcha nórdica se han convertido, además, desde mi punto de vista, en terreno abonado para ex-competidores de running, que bien por falta de resultados en tan disputado entorno, o bien como consecuencia de lesiones producidas por dichas competiciones, han recalado en este, para ellos más asequible, mundo de las competiciones de marcha nórdica, con unas extraordinarias condiciones físicas para la carrera y la marcha rápida, pero sin suficiente dominio del manejo activo de los bastones, esencial para la práctica de la marcha nórdica, haciendo podio con una técnica más bien escasa (por decir algo), que ni el reglamento ni los árbitros actuales son capaces de corregir. Una pequeña muestra de lo que digo se puede ver en el enlace siguiente http://nordicartagena.blogspot.com/2019/06/utilizacion-activa-de-los-bastones.html.

domingo, 3 de diciembre de 2023

NUEVO CURSO DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA EN CARTAGENA

 


El domingo, 17 de diciembre, de 09.00 a 13.00, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 10º y último de este año, 10 en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras junto al Parque de la Rosa, frente al EuroSpar de la prolongación de Juan Fernández https://www.google.es/maps/dir//37.6215857,-0.9910311/@37.621471,-0.9910955,17z/data=!4m2!4m1!3e2?entry=ttu.

 Tras esta sesión, podrás mejorar sensiblemente tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN antes del 16 de diciembre.

El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de senderismo o de marcha nórdica, da igual. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para que puedas hacer el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.

Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,


José Antonio Pérez González (Piri) -

659657981 (nordicartagena@outlook.com).

sábado, 2 de diciembre de 2023

MI VISIÓN DE LA MARCHA NÓRDICA - EQUIPO PARA LA MARCHA NÓRDICA

Con frecuencia ensalzamos, entre las muchas bondades de la marcha nórdica, la simplicidad del equipo necesario para su práctica, refiriéndonos con esto a lo que la diferencia del resto de deportes: los bastones. Sin embargo, con ser la pieza más importante del equipo del nordimarchador, en condiciones normales hay otros muchos elementos que pueden jugar un papel importante para que la práctica de la marcha nórdica sea una experiencia plenamente agradable y provechosa.

Se trata en realidad de equipación general para deportistas que, en la mayoría de las ocasiones, ya forma parte del guardarropa del nuevo nordimarchador, de ahí que no se la considere parte primordial, y mucho menos diferencial, de este deporte. Sin embargo, cabe reflexionar sobre las características más adecuadas de estas prendas para la práctica de la marcha nórdica, y eso es lo que me propongo en este apartado.

Empezando por los bastones, mucho se ha hablado de ellos en múltiples foros: de un tramo, ajustables en altura, con suelta rápida o de dragonera ajustable, de aluminio, de fibra de carbono … Este asunto suele ser el primer quebradero de cabeza de quién se plantea iniciarse en la marcha nórdica, y opiniones hay de todos los colores, y para todos los gustos. Yo, como practicante y docente de este deporte desde hace 15 años, voy a decir lo que pienso, fruto de esa experiencia, sin intención de entrar en diatribas.

Actualmente, a causa de mi curiosidad innata y de mi necesidad de conocer el material de mi oficio, tengo una docena de pares de bastones diferentes pero, al final, tras probarlos y compararlos todos, sólo utilizo de forma habitual unos: de aluminio 7075, ajustables en altura, tres tramos (que entran en todas mis maletas), con fiador de bucle de cinta (de los de “senderismo”), con sistema de amortiguación y punta de carburo de tungsteno (WIDIA). Estos bastones me sirven para todo, desde mis cursos de iniciación, pasando por mi práctica habitual, hasta mis salidas de alta montaña. Se trata de los Forclaz MT500 Antichoc, de Decathlon, por 24,99€ cada bastón. Yo les quito la cubierta de espuma de la empuñadura, para que el agarre sea menos ergonómico y me facilite la operación de “agarrar y soltar” a cada paso. Estos bastones te permiten experimentar con diferentes longitudes, no te sueles romper carpianos o metacarpianos si te caes con ellos, no vibran demasiado, son cómodos de usar y transportar, los puedes utilizar con guantes finos (de ciclismo) o gruesos (para la nieve), muy duraderos (yo diría que eternos) … y baratos, a pesar de haber doblado su precio en los últimos años (¡se ve que hay demanda!. Los Forclaz MT500 (16,99€), también están bien, pero llevan abrazadera externa que se puede enganchar en matorrales y carecen de sistema de amortiguación que, para alguien que los utilice mucho y no tenga codos de acero (como yo), es bastante recomendable.

Si tenéis intención de participar en competiciones de marcha nórdica, algo que no os recomiendo, como veréis más adelante, este tipo de bastones no es admitido por el actual reglamento de competiciones, a pesar de que permite aplicar la técnica correcta sin ningún problema (una de las múltiples incongruencias de este reglamento), de manera que tendréis que optar por lo que (erróneamente) se conoce como bastón típico de marcha nórdica (que los esquiadores ya venían utilizando) con fiador de tipo guantelete. En este caso, os aconsejo que tenga sistema de suelta rápida, que sean de duraluminio (los de carbono son demasiado livianos y demasiado caros), que no sean de un solo tramo, que no vayáis al monte con ellos y que no os gastéis más de 50€.

Tan importantes como los bastones son las zapatillas. De running o trail (las que llaman de marcha nórdica, de momento, no son muy buenas), muy flexibles y transpirables, pero con un buen tacón, capaz de absorber el impacto de la toma de contacto con el suelo con la pierna hiperextendida … y cambiarlas con la frecuencia necesaria. La utilización de zapatillas con la suela gastada es, además de peligrosa, contraproducente desde el punto de vista de la seguridad, de las lesiones y de la eficacia en la impulsión. Mis preferidas, tras pasar por diferentes marcas y modelos, son las Saucony Excursion y las Atom de Fluchos (en la actualidad utilizo ambos modelos, alternando su uso). Son polivalentes (monte y urbanas), con malla hidrófuga y muy duraderas, especialmente en la punta, que suele ser el “talón de Aquiles” de las zapatillas de running usadas para marcha nórdica.

Y que sería de unas buenas zapatillas sin unos buenos calcetines. El dinero mejor gastado de un marchador o senderista es el invertido en calcetines. Evacuación de sudor, anti-bambollas, secado rápido, con refuerzo/acolchado en zona de roce … lo mejor, para tus pies. Los calcetines baratos duran la décima parte que estos, te hacen sufrir y al final, te salen mucho más caros. Yo me equipo desde hace años en la sección de montaña del Decathlon, dónde tienes para elegir, con una excelente relación calidad/precio. 1

Los guantes son imprescindibles para mí, aunque hay quienes prefieren aplicarse cremas anti-rozaduras. Con una media de dos horas diarias de marcha nórdica, y manos de pianista (decía mi madre … que no hay más que una), yo busco guantes con buena protección a la altura de las articulaciones proximales de pulgares e índices, dónde se produce el mayor rozamiento. Los guantes cortos de ciclista se me quedan demasiado cortos y me molestan los refuerzos en las palmas de las manos. Mi solución: compro guantes largos de ciclista, sin refuerzos palmares y, si es necesario, les corto los dedos “al gusto”. A veces (invierno) sólo les corto un trocito al final de los dedos pulgar e índice, que son realmente los que necesitamos con tacto para manipulaciones de precisión, utilización de los teléfonos inteligentes de pantalla táctil.

Cada día me cruzo con caminantes y corredores que se han detenido para sacarse esas chinitas que te hacen la pascua (y te rompen los calcetines) cuando se te meten en las zapatillas. Nada más fácil y barato de solucionar: las polainas. Curioso que una prenda tan sencilla y necesaria no exista en las tiendas, o sean demasiado rígidas, largas, caras o incómodas. Yo me las fabrico con la parte inferior de unas mallas viejas largas, que luego me coloco con la parte más estrecha hacia arriba, y la parte ancha tapando el cuello de la zapatilla. Los que vinisteis a la NORDICARTAGENA 2016, tendréis unas, de fabricación autóctona, que iban en la bolsa del nordicompetidor.

Otra prenda imprescindible para mí es la faltriquera o riñonera. Ahí llevo todos los enseres necesarios (llaves, teléfono, conteras, DNI) … y mi MP3. No sé andar sin mi música. La música me “lleva” en volandas, me ayuda a cambiar de ritmo, me ameniza la sesión … No me gustan las mochilas, que me dificultan el movimiento de los brazos, si no son absolutamente imprescindibles. Las caderas y los hombros tienen que ir libres para poder movilizar toda la columna, y progresar sin restricciones. Si necesitamos más capacidad de transporte, porque tengamos que llevar agua o un bocadillo, pues una riñonera más grande o, como mucho un chaleco de hidratación, ajustado.

Personalmente prefiero las mallas al pantalón de deporte. En la marcha es fácil que se rocen las caras internas de los muslos, y las mallas previenen este problema mejor que cualquier pantalón. Una malla tipo “pirata”, de un tejido suficientemente elástico, sujeta las caderas, las rodillas y ayuda a prevenir microlesiones provocadas por terreno irregular o con fuerte pendiente.

La camiseta, super transpirable y, sobre todo, sin costuras prominentes entre brazos y torso, para evitar rozaduras con el braceo amplio. Casi más aconsejables sin mangas, o con mangas largas (en invierno o si necesitamos protección contra rayos UVA y no podemos o no queremos utilizar cremas protectoras).

Una braga de cuello siempre es útil, en invierno o si madrugamos mucho, para proteger la garganta, ese lugar por dónde empiezan todos mis catarros. En días muy fríos o con viento también nos pueden ayudar a proteger los oídos, tapar boca y nariz de los alérgicos en primavera, en zonas de alta contaminación, etc. Las prefiero de tejido fino, algo elástico y transpirable. Y cuando ya no son necesarias, se llevan en cualquier parte (muñeca, cinturón) o sirven como cinta frontal para el sudor.

Yo no salgo sin gorra. Aparte de protegerme del sol, sustituyendo la melena que ya me falta, me ayuda a conseguir que las gotitas de sudor que caen de la cabeza, lo hagan cinco centímetros por delante de mi nariz, y no directamente en los ojos, como me ocurre sin gorra. Y en verano, remojada de vez en cuando en agua fresca, es todo un alivio. Ligera, ajustable y transpirable, con una buena visera.

El GPS de muñeca es muy conveniente cuando hacemos un recorrido distinto del habitual y queremos saber cuánto hemos hecho, la velocidad a la que hemos progresado, o simplemente, dónde estamos en cada momento. Los hay por precios muy razonables, incluso con pulsómetro. A mí no me gustan los pulsómetros. Prefiero ir atento a los mensajes que me envía mi cuerpo (cansancio y dolor), en lugar de ir pendiente de un aparato, que frecuentemente funcional mal o de forma incompleta, y me distrae de cosas más importantes. Ya lo decían los griegos antiguos en el templo de Apolo en Delfos: “conócete a ti mismo” … ¡y no tenían pulsómetros!

Las gafas, al gusto. Pueden ser muy útiles, pero dan calor y se empañan. Una buena visera en la gorra, muchas veces vale por unas gafas, en lo que a protección solar se refiere. Sin embargo, cuando hace viento, y en la nieve, unas gafas ligeras, envolventes y generosas son una excelente protección para los ojos.

De sujetadores no hablo, porque de momento no uso. De calzoncillos, que es lo único que me queda por comentar, diré que para la práctica deportiva, prefiero usar un bañador de competición (tipo slip), que además me ha permitido darme buenos remojones en los lugares más insospechados, sin atentar contra la mínima decencia y el buen gusto. Transpiran bien y secan mejor.

Espero que todo esto os sea de ayuda y no perdáis de vista que, sea cual sea el equipo y material que tengáis, lo realmente importante es usarlo, y usarlo con frecuencia y sensatez.

1Aclaración: a pesar de que he colaborado en repetids ocasiones con Decathlon, y ellos conmigo, en la promoción de la marcha nórdica, no estoy en nómina. A veces me han regalado alguna prenda, tras una colaboración desinteresada, para que la probara, con tan mala suerte que mi posterior informe sobre dichas prendas ha sido siempre bastante negativo, y así lo he publicado en mi blog. Evidentemente, nunca me han pedido opinión sobre sus bastones de trekking, ni sus calcetines … ¡mala suerte!