viernes, 7 de junio de 2019

Utilización activa de los bastones


Mi padre me dejó (con la mejor de sus intenciones, ¡Dios lo bendiga!), entre otras muchas, una tara que me ha perseguido toda la vida: sólo hay dos formas de hacer las cosas, bien o bien. Desde mi incapacidad para cambiar, la experiencia me ha demostrado que esto no es cierto; las cosas se pueden hacer bien, regular, “faena de aliño” o mal. El reglamento de marcha nórdica de la FEDME, para mí, está entre “faena de aliño” y mal, y los que leéis mis reflexiones nórdicas (¡Dios os bendiga a vosotros también, por vuestra benevolencia y paciencia!) sabéis de sobra las muchas razones por las que pienso así, y que no toca hoy repetir; si alguien tiene curiosidad, solo tiene que darse “una vuelta” por las entradas de este blog.

Pero me guste o no, el reglamento es la única referencia oficial que tienen los árbitros para intentar que lo que se ve en cualquier competición, se parezca lo más posible a lo que entendemos por marcha nórdica y, en cualquier caso, de la aplicación justa y generalizada de dicho reglamento, se sigue la satisfacción y continuidad de los que, desoyendo mis repetidas llamadas a la sensatez, se internan, con una edad, en el peligroso y tortuoso mundo de la competición en este deporte.

En cualquier caso, en la definición de marcha nórdica de dicho reglamento, se establece el requisito de utilizar activamente los bastones en pos de la optimización del esfuerzo físico realizado. Sin embargo, vengo observando, cuando llegan a mis manos imágenes de competiciones, y tengo el tiempo y el humor para estudiarlas con espíritu crítico (siempre constructivo), una extraña propensión a tirar de los codos hacia arriba, algo que, a simple vista resta indudablemente eficacia al uso activo de los bastones, ya que quién así procede, no empuja sobre el eje longitudinal del bastón, lo que a la postre se debería traducir en apoyo, equilibrio (componente vertical) y, sobre todo, ya que estamos compitiendo, impulso (componente horizontal).

Ya en marzo pasado, en la entrada del enlace siguiente las-competiciones-no-hacen-la-marcha-nórdica, denunciaba este asunto e incluía unas imágenes que lo ilustraban. Hoy, vista la mayor incidencia de este “postureo” en las competiciones, ante el que los árbitros parecen no reaccionar, me propongo añadir nuevas ilustraciones, con comentarios explicativos que pueden ayudar a la identificación de la infracción que, desde mi punto de vista, daña en gran medida la correcta aplicación de la técnica y, en definitiva, la marcha nórdica.

En la secuencia de la izquierda, en la primera imagen se puede observar como el competidor apoya el bastón derecho poco inclinado y a la altura del talón del pie contrario. Lo primero es un indicador claro de que no piensa impulsarse sobre el bastón ya que si esa fuese su intención, buscaría mayor inclinación para conseguir una componente horizontal mayor en la consiguiente descomposición de fuerzas. Lo segundo es una violación del punto 5.3 del reglamento, que especifica que “el bastón debe clavarse en el espacio comprendido entre los dos pies” (aunque esta sea una de las malas definiciones que le achaco). En la segunda imagen se observa cómo el codo de la mano que sujeta el bastón derecho se eleva en un movimiento de oscilación del brazo (flecha amarilla) que poco o nada puede influir en la fuerza ejercida sobre el eje longitudinal del bastón. El competidor trata de pasar la mano por detrás de la cadera (punto 5.4 del reglamento), sin rebasar nunca la vertical del codo, y sin utilizar activamente el bastón. La mano derecha (flecha roja) se mantiene en todo momento por encima de la cadera (línea de puntos), excepto en la tercera imagen, que ya corresponde a la fase de recuperación.

En la siguiente secuencia, de la misma competición, se observa idéntica dinámca en otro competidor: clava el bastón poco inclinado y cercano al talón, seguido de una elevación continua del codo, en poca o nula acción sobre el bastón, manteniendo la mano siempre por encima de la cadera. Para mí resulta evidente que no está utilizando el bastón de forma activa, aunque trata de hacer creer a los árbitros que no es así, llevando la mano inútilmente atrás, hasta sobrepasar la cadera, pero sin rebasar en ningún momento la vertical del codo.

Las competidoras no parecen ajenas a esta desafortunada tendencia. En la secuencia de la izquierda se observa de nuevo la clavada demasiado adelantada del bastón, muy poco inclinado (¿para qué molestarnos si no lo vamos a usar?), y un esfuerzo inútil por rebasar la cadera con la mano a base de elevar el codo hasta una altura increíble. La mano permanece siempre por encima de la cadera, excepto en la imagen 4, que corresponde ya a la fase de recuperación del bastón. De nuevo, “postureo” de cara a árbitros poco expertos que se encuentran con la difícil labor de tener que apoyarse en un reglamento bastante defectuoso.

En las pocas imágenes que tengo de esta competición, dispongo de abundante evidencia de que no se trata de casos aislados, desgraciadamente, entre quienes hacen podio, lo cual resulta desalentador para los que hacen una técnica correcta de marcha nórdica, como el que aparece en la secuencia de la izquierda. La diferencia es más que obvia: apoya el bastón correctamente, suficientemente inclinado para poderse impulsar sobre él (uso activo – componente horizontal de la descomposición de fuerzas citada), con la mano siempre por debajo de la línea de las caderas, y el codo siguiendo una línea ligeramente ascendente, con la mano que rebasa la cadera, más allá de la vertical del codo. Ignoro si este nordicompetidor logró hacer podio, pero está claro que hizo marcha nórdica.

Como consecuencia de todo esto (vamos a la parte constructiva de la crítica), mi consejo para los árbitros es que se fijen y sancionen el apoyo de los bastones fuera de la zona permitida por el reglamento, ya que esto es todo lo que por ahora pueden hacer, y para los responsables de la FEDME, que incluyan en el reglamento la obligación de mantener las manos por debajo de la horizontal de las caderas y de que el codo no rebase la vertical de las caderas antes que la mano del mismo lado.

El uso activo de los bastones no se podrá comprobar de forma segura hasta que se dote a los bastones de competición de un potenciómetro que indique a los árbitros, de alguna manera, que la fuerza ejercida a lo largo de su eje longitudinal no supera el mínimo que se establezca. Esto no es ciencia ficción; se hace en otros deportes, como la esgrima. Ni me parece que pueda ser muy costoso su desarrollo y comercialización. Seguro que la FEDME tiene medios para esto (el interés, se le supone). Mientras tanto, no dejemos a los árbitros incapacitados por un reglamento defectuoso, a los competidores indefensos ante el postureo de aprovechados, y a la marcha nórdica dañada por una competición que produce lesiones entre una mayoría de competidores mayores y da falsas imágenes de una técnica que en nada se parece a la que debería ser … a la que tú y yo hacemos cuando sacamos nuestros bastones del paragüero, cada día.



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