jueves, 12 de diciembre de 2019

SOBRE BASTONES

Esta entrada contiene un intercambio de correos electrónicos con un lector de este blog, que publico por considerar de interés general, tras su preceptiva autorización.  En este caso, dado que Mauricio y yo estamos bastante en sintonía, a pesar de no conocernos, la publicación resulta, además, un placer.  Pero, como ya he dicho en repetidas ocasiones, no me importa publicar puntos de vista opuestos a los míos.  Creo que las diferencias de opinión, bien fundamentadas y respetuosas, siempre son positivas y enriquecedoras.  

¡Ah! y si alguien ha experimentado los bastones de que habla Mauricio y quiere darnos su opinión, estaré encantado de compartirla aquí.  Fabricantes y vendedores, por favor, absténganse.



miércoles, 11 de diciembre de 2019 15:01

Estimado amigo:

Hace tiempo que te sigo (silenciosamente) en tu blog, fundamentalmente porque aprendo, pero sobre todo porque suelo estar muy de acuerdo con tus comentarios.

Querría hacerte una consulta: ¿has probado los bastones TSL? En caso afirmativo me gustaría conocer tu opinión sobre el sistema de enganche de las dragoneras, que parece que giran 360º con lo que en caso de caída impedirían una eventual fractura del pulgar (??).
También me gustaría saber tu evaluación del sistema del crossover. A mi me cuesta creer que sea eficiente en tierra, pero ellos mantienen lo contrario.......

Muchas gracias por tu atención. Recibe un cordial saludo

Mauricio Velayos

PD.- Yo llevo siempre unos bastones plegables conmigo, para evitar que se queden en el paraguero

El jue., 12 dic. 2019 a las 8:51, José Antonio Pérez González (<piripon@hotmail.com>) escribió:

Mauricio,

tengo unos TSL, pero antiguos, sin esas modernidades de las que me hablas.  También tengo unas raquetas de nieve TSL, con muy buen resultado.  En mi limitada experiencia, los bastones de trekking normales son más que suficientes (y casi los mejores... desde luego los más seguros para tus manos en caso de caída) para practicar marcha nórdica en cualquier entorno.  Todos estos inventos no son más que intentos (comprensibles desde un punto de vista puramente mercantil) de las marcas para seguir vendiendo algo que normalmente dura toda una vida: los bastones.  Mi consejo es que no te gastes más de 30€ en unos bastones, y que los saques todos los días.  Esto es lo importante.  Lo demás, desde mi humilde punto de vista, son tonterías y pocholeo.  Gracias por seguir mi blog, y te invito a que contribuyas al mismo con tus propios puntos de vista (si me autorizas, publicaré tu consulta y mi respuesta).

Un afectuoso saludo,
José A. Pérez González
-Piri-

Jue 12/12/2019 8:40

Gracias por tu rápida respuesta. Por supuesto puedes publicar mi consulta.

Yo provengo del mundo de la carrera (hoy running), pero tengo 64 años y ya iba de lesión en lesión. Hace 4 años comencé a hacer NW, por mi cuenta, con mis bastones de senderismo y me gustó tanto que me envicié y me compré unos especificos de NW. Estaban muy bien para ir por una pista, pero cuando me movía por el monte iba mucho más seguro con mis bastones de aluminio del decathlon. Me gusta más la empuñadura y además, ante una caida o un tropezón son más seguros y no te retuercen las manos. Por eso mi hizo gracia cuando descubrí tu blog y vi que, desde hacía mucho tiempo, aconsejabas exactamente lo mismo que yo había "descubierto".

Parece que lo de los bastones TSL está pensado precisamente para impedir el retorcimiento de mano. Eso lo dicen ellos, claro (no van a decir que no sirve de nada). Por eso quería recabar la opinión de alguien que los hubiera probado y supiera si sirve de algo o es un engañabobos. Ayer mismo me dijeron que es posible comprarlos (o verlos) en una tienda de deportes del Rastro. Este fin de semana intentaré verlos a ver que me parecen. Ya te diré algo por si quieres tener el dato.

Un cordial saludo

Mauricio 

miércoles, 4 de diciembre de 2019

CURSO DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA EN CARTAGENA



El domingo, 15 de diciembre, de 08.30 a 13.30, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 8º de este año, 73º en total) en Cartagena, en una colaboración del CExCartagena con Mudos Trail y Vista Alegre Trail, en el colegio de Vista Alegre, C/. Miguel de Cervantes, s/n, C.E.I.P. Carthago.  Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios.  Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este  formulario de inscripción.
El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de marcha nórdica o de senderismo.  Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo.  Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.  Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo, José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).



lunes, 2 de diciembre de 2019

REFLEXIONES “PENSIONISTAS”


Aunque el título de la entrada de hoy pueda parecer un tanto fuera de lugar en este blog, en realidad no lo está tanto si tenemos en cuenta que la mayoría de los que practicamos regularmente el noble ejercicio nórdico somos pensionistas, o aspirantes a serlo en un futuro más o menos cercano. Y es que, a pesar de los muchos y loables intentos fracasados (entre ellos los míos) de traer a este deporte practicantes por debajo de los 40, las listas de inscritos para las competiciones siguen demostrando que éstos siguen siendo “rara avis” que apenas llega a un 5% del total, estando las medias de edad por encima de los 55 años. Y eso hablando de competiciones, a las que no acuden, ni de cerca, la mayoría de los prácticantes habituales que, por la estadística de mis cursos de iniciación, y a falta de datos más generales y contrastados, se mueve también en el entorno de “pensionistas y aspirantes”.

Por otra parte, resulta más que apropiada la reflexión en este grupo humano que, desde antiguo y en las civilizaciones más variadas, ha constituido un referente de buen gobierno y consejo para la intendencia de los asuntos de la comunidad. Y es que lo mucho vivido deja un poso que, en tanto no se te va la cabeza del todo, puede suponer una fuente de buen juicio, sentido común, del que nuestra sociedad anda, desgraciadamente, tan dolorosamente falta.

Aclarados estos puntos, mis reflexiones de hoy no girarán entorno al sistema estatal de pensiones (suponiendo que algo así realmente exista), a sus probabilidades de supervivencia en el futuro más o menos próximo, ni a la preocupación que todo esto debería generar entre nuestros políticos, si realmente les preocupase solucionar problemas reales de nuestra sociedad, más allá de la redondez de su ombligo (me refiero al suyo personal y al de sus respectivos partidos). No. No gasto tiempo en reflexionar sobre asuntos que yo no puedo arreglar (por eso no estoy en política y me limito a intentar ayudar a arreglar asuntos más “a mano”). Mis reflexiones de esta entrada versan sobre asuntos mucho más mundados, tales como salud, dolores y esas cosas que ocupan el día a día de nuestro “añero” colectivo, y que nosotros bien podemos intentar arreglar, dentro de nuestros medios y capacidades, por supuesto.

Y es que, como dice mi amigo Juan, que en esto del “pensionismo” me lleva un decenio, “el día que me despierte y no me duela nada, seguro que me he muerto”. ¡Tan normal se nos hace la presencia del dolor en nuestras vidas con el paso de los años! Pero esto no tiene por qué ser necesariamente así. No lo es en mi caso, y yo soy de los que les gusta no creerse una excepción.

Diego, otro amigo pensionista que disfruta reflexionando en voz alta sobre asuntos de enjundia, que yo escucho encantado, convencido como estoy de su buen juicio y lógica, dice que el ser humano está “calculado” para una vida media de 40 años, y que solo los avances tecnológicos, de producción y procesamiento de alimentos, médicos y farmacológicos, han conseguido aumentar la esperanza de vida por encima de los 80 años. Cuando surge el tema de la contaminación y el de la sobre utilización de productos químicos y tecnología, el siempre dice “si en los últimos cien años hemos doblado la esperanza de vida ¡será que no estamos haciendo las cosas tan mal!” Yo ya he pasado 25 años de los 40 para los que, según Diego, me diseñaron y, mirando a mi alrededor, me sorprende ver los problemas de salud de la gente de mi edad o, mejor dicho, me sorprende que yo no tenga todos esos dolores que a ellos torturan. Y pienso yo “¿Será por mis dos horitas diarias de ejercicio nórdico?” Oye, pues igual sí … porque en casi todo lo demás, mi vida es bastante parecida a la suya.

Pero sigo mirando a mi alrededor. Luis y Faustino son dos compañeros de correrías montaraces que me llevan 15 años en “pensionismo”, caminatas … y salud. Los dos han sido de los primeros alumnos de mis cursos de iniciación a la marcha nórdica y me los suelo encontrar en el monte, en mis salidas diarias, y siempre que les pregunto cómo les va, me contestan lo mismo: “aquí, envejeciendo lo más dignamente posible”, mientras siguen su marcha. ¡Cuánta sabiduría! Ellos lo han entendido perfectamente. Estaremos aquí hasta que Dios quiera, y cómo Dios quiera, pero la máxima de “a Dios rogando y con el mazo dando” es totalmente cierta y de necesaria aplicación si queremos, como Luis y Faustino, envejecer dignamente y minimizando tanto como sea posible nuestra dosis de dolores y pérdida de movilidad articular, propia de la edad.

Mi contribución “reflexiva” a todas estas de mis amigos es en realidad una consecuencia de todas ellas: “lo que hoy no muevas por molestias o pereza, seguramente mañana no lo podrás mover, aunque quieras, y además te dolerá”.

El ejercicio nórdico pone en movimiento la mayoría de articulaciones y grupos musculares de nuestro organismo, en una sincronía completa y equilibrada, contribuyendo a mantener nuestro cuerpo y nuestro cerebro tonificados y oxigenados. Un buen calentamiento antes del ejercicio, y unos buenos estiramientos tras el mismo, incidiendo más en las zonas en las que percibamos alguna molestia, por tenue que sea, serán el complemento ideal para obtener los mejores resultados. Si a todo eso añadimos una vida sin demasiados excesos y una alimentación sana y variada, siempre será lo que Dios quiera, … pero nosotros habremos puesto de nuestra parte todo lo posible.

Así que, ya sabes, aplícate el cuento, saca los bastones del paragüero y tírate a la calle, a gastar zapatillas, con buena músiquita. Todo lo que gastes en zapatillas, lo ahorrarás en médicos, medicinas … y dolores.

viernes, 29 de noviembre de 2019

XIII CARTAGENA TRAIL

Excelente jornada de nordic fitness en la promo de la XIII CT Trail, el pasado domingo.  Un año más, el Centro Excursionista de Cartagena se vuelca en la organización de esta "carrera con vistas al mar" en el último domingo de noviembre incluyendo, además de la maratón de montaña, que este año ha sido campeonato de la Comunidad por equipos, una promo de 18km y 800m de desnivel de subida, muy adecuada para la práctica del ejercicio nórdico. Los pocos que hicimos la prueba aprovechando los beneficios de bastones y técnica completamos el recorrido alrededor de las tres horas, disfrutando de un día precioso, con vistas extraordinarias y sin la presión de cronómetros, árbitros ni reglamentos. Como siempre, magnífica organización en la que el CExCartagena hace gala de su increíble equipo humano, entregado por la causa del deporte, de Cartagena y del medio ambiente. Una verdadera gozada.

jueves, 14 de noviembre de 2019

EJERCICIO NÓRDICO (NORDIC FITNESS)



Años atrás, llamábamos danone a cualquier yogur y coca-cola a todos los refrescos de cola. Con el tiempo aprendimos que yogur y cola son genéricos, mientras que Danone y Coca-Cola son nombres específicos para yogures y colas concretos. Es lo que tienen las novedades, que muchas veces mal nombramos las cosas, creando una cierta confusión que normalmente se va aclarando con el tiempo.

Hace tan solo 20 años (que como dice el tango, no es nada), en España no habíamos oído hablar de la marcha nórdica. Hoy, no me atrevo a decir cuántos practicantes de este deporte hay, pero seguro que la mayoría de los españoles ya han oído hablar de él. Sin embargo, seguimos utilizando el genérico “marcha nórdica” para referirnos a una práctica muy concreta, que no siempre coincide con lo que la expresión significa en español y que, por tanto, puede generar confusión o discusión.

Todos parecemos estar de acuerdo en que la denominada “marcha nórdica” proviene del esquí de fondo, la disciplina más popular del esquí nórdico, del que toma su nombre, caracterizado por la utilización de bastones para apoyar el desplazamiento en la nieve sobre esquíes. Sin embargo, a partir de este punto, se genera toda una familia de prácticas deportivas que, partiendo de un mismo origen, son totalmente diferentes en su desarrollo.

En aras de un mejor entendimiento general de todos, y de todo esto, yo propondría la organización y definiciones siguientes:
  • ejercicio nórdico
    • sin desplazamiento (en cinta sin fin)
    • con desplazamiento
      • con deslizamiento
        • esquí nórdico
        • rollerski
      • sin deslizamiento
        • caminata nórdica
        • marcha nórdica
        • carrera nórdica

Ejercicio nórdico. Se llama ejercicio nórdico cualquier actividad en la que nos impulsamos con los cuatro miembros, con la ayuda de dos bastones, utilizando las técnicas alternativa y simultánea del esquí de fondo. Esta actividad se puede practicar sin desplazamiento, en un gimnasio, sobre cinta sin fin, o al aire libre, con deplazamiento del cuerpo del practicante. En cualquiera de sus versiones, este tipo de ejercicio se caracteriza por poner en movimiento un gran número de músculos y articulaciones, no igualado por ningún otro deporte conocido, de forma coordinada y equilibrada, con una intensidad regulable, minimizando de forma importante el número de lesiones posibles.

Esquí nórdico. El esquí nórdico engloba una familia de deportes de nieve con esquíes en cuya práctica no se fija a los mismos el talón de la bota, a diferencia del esquí alpino. Toma su nombre de los países nórdicos dónde, por razones obvias, comenzó y se desarrolló su práctica. De los cinco deportes que incluye esta familia, el esquí de fondo es el más popular y el que comunmente se conoce como esquí nórdico.

Rollerski. El skiroll o rollerski es una disciplina similar al esquí de fondo, nacida en su origen como sistema de entrenamiento para los esquiadores de fondo, para entrenarse durante el verano, estación en la que suele practicarse sobre cualquier carretera asfaltada. Las botas se fijan sobre dos tablas de forma rectangular de madera ligera o de fibra de vidrio-carbono de entre 53 y 70 cm a cuyos extremos se colocan ruedas con cobertura de goma o material plástico montadas sobre cojinetes de bolas.

Caminata nórdica. Consiste en andar de forma natural y completa, con la ayuda de dos bastones utilizados con una técnica que nos permita obtener los máximos beneficios de su uso. La utilización de los bastones no cambia los movimientos naturales del cuerpo en la caminata, pero la técnica con que los movemos nos proporciona los máximos beneficios en el plano físico y en el del desplazamiento que nos proponemos realizar. La caminata nórdica es un excelente deporte en sí misma, en su práctica habitual, y no se debe confundir con el senderismo, el montañismo o las carreras por montaña, aunque la técnica de utilización de los bastones de aquel deporte es una inestimable herramienta para la práctica de cualquiera de estas otras actividades deportivas. Una variedad de esta modalidad, la caminata nórdica con raquetas de nieve, es también una oportunidad excelente de practicar un deporte sano y sencillo disfrutando de la montaña invernal.

Marcha nórdica. Consiste en marchar con la ayuda de dos bastones utilizados con una técnica que nos permita obtener los máximos beneficios de su uso. La diferencia entre la marcha y la caminata está en la posición del centro de gravedad con respecto a la base de sustentación del practicante. Mientras que en la caminata dicho centro de gravedad va siempre retrasado sobre dicha base de sustentación, en la marcha va siempre adelantado, de manera que en una parada brusca, la inercia del marchador le haría caer al suelo. La diferencia entre una modalidad y otra se reconoce fácilmente viendo una competición de marcha atlética. Tanto en una modalidad como en la otra, siempre debe haber al menos un pie y un bastón en contacto con el suelo.

El reglamento actual de competiciones de “marcha nórdica” debería, en puridad, llamarse de caminata nórdica. Durante sus primeras versiones incluso se señalaba la marcha atlética como una falta grave a sancionar y tengo la impresión, a la vista de la forma de desplazarse los competidores, de que los árbitros siguen “castigando” a quienes hacen marcha nórdica en lugar de caminata, lamentablemente prestando mucha menos atención a la frecuente mala técnica de utilización de los bastones.

Carrera nórdica. Consiste en correr con la ayuda de dos bastones utilizados con una técnica que nos permita obtener los máximos beneficios de su uso. La marcha y la caminata se diferencian de la carrera en que ésta tiene un tiempo de vuelo o suspensión entre el impulso final de un pie y la toma de contacto con el suelo del otro. Durante ese tiempo, los dos pies y los dos bastones pueden estar en el aire. Sin embargo, en bajadas prolongadas con pendientes por encima del 10%, la utilización de técnicas alternativas disociadas entre pies y bastones puede permitir que siempre haya al menos un bastón apoyado, aportando así un mayor grado de seguridad al corredor. La carrera, como es lógico, no está permitida en las competiciones de “marcha nórdica”.

Tanto la marcha nórdica como la carrera nórdica gozan de casi todas las ventajas enumeradas en la caminata nórdica como consecuencia de la utilización de una buena técnica en el manejo de los bastones, si bien la carrera resulta más estresante y peligrosa (y por tanto, menos aconsejable) a medida que cumplimos años y perdemos reflejos. Sin embargo, la combinación de las tres modalidades en cada práctica proporciona un plus en la componente lúdica que siempre debe presidir nuestro ejercicio habitual.

Pero lo importante no es cómo se llame lo que hacemos, sino que disfrutemos con ello, que no nos hagamos daño y que ejercitemos todo nuestro cuerpo (LSD). Así no nos faltarán ganas de sacar los bastones del paragüero todos los días.

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la descarga es gratuíta.



lunes, 28 de octubre de 2019

CURSO DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA


El domingo, 10 de noviembre, de 08.30 a 13.30, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 7º de este año, 72º en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras que hay junto al Parque de la Rosa, frente al UPPER (EuroSpar) de la prolongación de la calle Juan Fernández https://www.google.es/maps/@37.620062,-0.9925477,15.5z . Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este formulario: https://forms.gle/wLLCKvXJ9dGNLN8Q6
El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de marcha nórdica o de senderismo. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.
Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,
José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).

martes, 22 de octubre de 2019

MARCHA NÓRDICA: SALUD CON BASTONES


Aunque mi descubrimiento de los bastones como complemento de mis piernas para andar se había producido bastantes años antes, fue en el 2012 cuando me convencí de la certeza del título de la entrada de hoy, cuando la frecuencia de caídas en mi deporte base de toda la vida, correr, seguramente motivada por la pérdida de reflejos con la edad, me llevó a la práctica exclusiva de la marcha nórdica como deporte único habitual.

Desde hace siete años, que practico de forma cotidiana este extraordinario deporte en exclusiva, mi salud ha mejorado sensiblemente, alcanzando cotas sin parangón en toda mi vida.

Por un lado, la adición de bastones a mi desplazamiento, ya sea caminando, marchando o corriendo, me ha proporcionado un plus de soporte y equilibrio, seguridad en definitiva, que la pérdida de reflejos que indefectiblemente viene con la edad, me había ido mermando. Esto, como apuntaba al comenzar esta reflexión, me ha ayudado a prevenir lesiones por caídas, provocadas por torceduras, tropiezos y resbalones, que se iban haciendo cada vez más frecuentes y peligrosas, a la par que iban siendo cada vez que más difíciles de recuperar.

La edad no solo va alargando el tiempo de recuperación de las lesiones, sino que, además, los períodos de inactividad forzosa que éstas nos imponen afectan seriamente a nuestro estado físico, a nuestra movilidad articular y a nuestro estado de forma, a nuestra capacidad de seguir disfrutando de una buena calidad de vida. Resulta así de la mayor importancia, ir adoptando formas de ejercicio que, como la marcha nórdica, minimicen el riesgo de lesiones.

Pero las lesiones no solo son fruto de “accidentes”, como los mencionados hasta ahora. Hay otras lesiones que se producen por malas prácticas en la repetición continua de un gesto deportivo desequilibrado, o por estrés en la intensidad del ejercicio o en su duración.

La edad, con la disminución de cargas laborales y familiares, y la lógica mayor preocupación por la salud (valoramos las cosas a medida que las vamos perdiendo), nos suele llevar a un incremento de la práctica deportiva que puede llegar a ser excesiva, enfermiza y adictiva, lo que muchas veces, unido a un escaso acondicionamiento de base debido a la inactividad en etapas anteriores de nuestra vida, suelen desembocar en este tipo de lesiones, y otras peores de tipo cardíaco.

Aquí también, la marcha nórdica, siendo un deporte completo (se mueven todas las partes del cuerpo), equilibrado (no se concentra en ninguna parte en exclusiva), adaptable (no exige una forma física o intensidad especial) y racional (excluye todo tipo de acciones antinaturales, peligrosas o dañinas), y una actividad en la que podemos detectar y corregir el daño antes de que se produzca, cuando a penas es una molestia, (ver El Lento desarrollo de las lesiones en la marcha nórdica en este blog) es un también seguro contra este tipo de lesiones por estrés.

Como he dicho el múltiples ocasiones, por todo lo anterior, la marcha nórdica es el deporte de la salud, proporcionada por todo lo apuntado y por el desarrollo de una buena técnica en la utilización de los bastones. Una técnica que nos permita obtener el máximo beneficio de su uso, tanto para la realización del ejercicio más sano, como para conseguir un desplazamiento más eficaz.

En la práctica habitual de la marcha nórdica no debe haber lesiones, ni de tipo accidental ni de estrés. Sin embargo, para que esto suceda, esa práctica habitual está condicionada a que se realice siempre a la luz del sentido común. Si prescindimos del mismo, e intentamos hacer marcha nórdica en un entorno competitivo, estresante, o desafiando los límites de nuestro estado físico, sí que nos podemos lesionar.

La primera vez que tuve conciencia de esto fue hace ahora dos años. Por aquel entonces yo todavía creía que las competiciones podían atraer gente joven a este deporte, algo que la realidad no ha confirmado, y dado mi afán por promover su práctica entre este sector, me empeñaba en organizar este tipo de eventos, y de participar en cuántos podía a fin de conseguir la necesaria experiencia. Y fue en mi participación en el primer campeonato de la Región de Murcia, dónde solo el mencionado lento progreso de las lesiones en este deporte, una cierta ventaja sen los últimos kilómetros obre mis perseguidores, y un resto de sentido común, evitó que llegase ha causarme una seria lesión muscular. Todavía me produce escalofríos pensar en las consecuencias de lo que me pude ocasionar.

Desde entonces dejé de competir y, tras algún compromiso inevitable, dejé también de participar en competiciones. Son dos cosas distintas, pero, dados los restos de irracionalidad que todavía persisten en el ser humano, algo bastante difícil de separar. Cuando participamos en una competición, no es fácil mantener la cabeza fría para no incurrir en excesos, con las ya citadas consecuencias.

Por otra parte, como amante y observador de este deporte, he constatado con tristeza que el afán competitivo lleva a un continua falseo de la técnica, tan necesaria para el logro de esa salud que es la seña de identidad de la marcha nórdica, en aras de una mayor velocidad, de llegar antes que los demás, o de hacer mejor tiempo que en ocasiones anteriores. Este falseo, apoyado por un reglamento de competiciones defectuoso, por la dificultad de comprobar a simple vista el uso activo de los bastones, y por la falta de preparación y experiencia de los árbitros, creo que hace un daño extraordinario a esta, por otro lado maravillosa, práctica deportiva.

Y es por todo eso que ahora estoy abiertamente en contra de las competiciones en la marcha nórdica, por que estoy convencido de que dañan la esencia técnica y saludable de este deporte, y de que pueden resultar perniciosas para la mayoría de los competidores, cuya media de edad sigue estando por encima de los cincuenta años.

Pero como siempre digo, esa media precisamente nos sitúa sobre la edad mínima para tener el sentido común suficiente para dejar a juicio de cada quién el decidir lo que hacer con su vida y su salud, y participar o no en competiciones y pruebas de resistencia de nuestra capacidad orgánica.

Mientras tanto, mi consejo es que no dejéis de practicar este extraordinario y sano deporte sacando vuestros bastones del paragüero todos los días que podáis.

martes, 8 de octubre de 2019

Nordicartagena 2019 - 3. Técnica con fuertes pendientes


En la entrada anterior de esta Nordicartagena 2019, dedicada a la marcha nórdica en montaña, hablé de las particularidades de su práctica en terrenos con ligeras pendientes (hasta el 5%), en las que solo había pequeñas variaciones en cuanto a la técnica en terreno llano, y pendientes medias (hasta un 10%), en las que se iban extremando estas variaciones hasta concluir que, a partir de este límite, es prácticamente imposible la realización de una técnica diagonal mínimamente correcta, de acuerdo con la definición siguiente:

En la técnica diagonal de la marcha nórdica se debe mantener en todo momento al menos un pie y un bastón en contacto con el suelo y utilizar los bastones activamente, sin arrastrarlos, apoyando siempre cada bastón la acción del pie contrario. La punta del bastón se debe plantar en el suelo, cerca de la vertical del hombro del mismo lado, coincidiendo con la toma de contacto con el suelo del talón del pie contrario. En cada paso, la mano y el codo deben seguir el movimiento del pie contrario, rebasando por delante y por detrás la vertical media lateral de las caderas del nordimarchador, siempre en el orden indicado (mano - codo).

A medida que la pendiente sobrepasa este límite, o que la dificultad del terreno (ver párrafos de obstáculos a la marcha, más adelante) va aumentando, incluyendo a menudo el escalonamiento del itinerario por el que progresamos, se dificulta la realización de esta técnica que, vistos los beneficios que aporta a la progresión, deberemos intentar mantener siempre que sea posible. Cuando no lo sea, podremos aplicar una de las dos técnicas siguientes:

Técnica diagonal disociada. En terrenos con fuerte inclinación de bajada, cuando prima la seguridad sobre la rapidez, el esfuerzo de las piernas, en contracción excéntrica, va dirigido a retener y controlar la velocidad de progresión del marchador, aumentada por la acción de la gravedad y la inercia. Los bastones, en su trabajo activo de apoyo a las extremidades inferiores, se clavarán ahora por delante de la vertical del centro de gravedad, e incluso por delante del pie más adelantado, en un movimiento más amplio que el de las piernas, y difícil de coordinar con el de éstas.

En esta técnica diagonal de movimiento de bastones disociado del movimiento de las piernas, rige todavía el principio de mantener en todo momento, al menos un pie y un bastón en contacto con el suelo. El forzar este mínimo apoyo doble nos facilitará, no solo el control de la velocidad de descenso, sino también, una posibilidad de prevenir tropiezos/caídas y torceduras/lesiones que, en todo caso, y en mi experiencia, serán mucho menos frecuentes que si no observamos esta regla.


Técnica de doble bastón. En terrenos con fuerte inclinación de subida o bajada, sobre todo cuando son escalonados, puede resultar conveniente apoyar la acción de una pierna con los dos bastones al mismo tiempo, para ayudarla en un esfuerzo extraordinario de elevación o amortiguación del peso de todo el cuerpo. Esta técnica de doble bastón, requerirá la recuperación de los mismos para apoyar otro paso, o volver a la técnica diagonal, cada dos o más pasos, sin que se deban arrastrar los bastones mientras tanto.

En ningún caso los dos bastones permanecerán en el aire durante más de un paso para su recuperación. De esta forma, nos aseguramos un máximo contacto con el terreno de, al menos, tres puntos de apoyo (pie y dos bastones) durante, al menos, la mitad del tiempo de progresión. El incremento del tiempo de recuperación de los bastones supone un aumento del riesgo de resbalón, tropiezo o torcedura, ya que mientras tiene lugar esta recuperación puede que solo tengamos un pie en contacto con el suelo.

Con estas pendientes, la atención del marchador debe permanecer centrada en el terreno por el que progresamos. La estabilidad del apoyo de pies y bastones va a ser fundamental para nuestra seguridad. La proximidad entre unos (pies) y otros (bastones) va a ser la mejor garantía contra las posibles consecuencias negativas de resbalones, tropiezos y torceduras.

La mayor confianza del nordimarchador, en fuertes pendientes, debe estar en sus bastones. Las puntas metálicas de los mismos, unidas a la presión que ejercemos sobre ellos son garantía de adherencia al terreno que nuestros pies nunca pueden igualar, a pesar de que llevemos calzado con una suela de buen agarre, algo que por desgracia no siempre sucede (ojo con apurar botas y zapatillas en estos exigentes entornos). Cumple, por tanto, asegurar un firme agarre de los bastones para su “clavado” en lugar seguro, con la inclinación adecuada para permitirnos la mayor tracción de subida o el mejor apoyo de frenado en la bajada.

El instinto de supervivencia nos llevará a inclinarnos hacia atrás en las bajadas, “alejándonos del abismo”. Es necesario superar esa tendencia que nos impide ejercer una buena presión sobre los bastones. Tampoco el frecuente alargamiento de los bastones para las bajadas ayudan a corregir esta postura, motivo principal del mayor número de caídas en los descensos (“culadas”). ¡Tengamos fe en nuestros bastones! Echémonos adelante y carguemos el peso sobre ellos que, al contrario que nuestros pies, nunca resbalan.

En fuertes pendientes, sobre todo de bajada, será frecuentemente difícil evitar que la marcha se convierta en carrera. A veces nos da más sensación de seguridad una carrera controlada, en la que los bastones apoyan en todo momento la toma de contacto del pie, tanto en técnica diagonal, como diagonal disociada o de doble bastón. Mi punto de vista es que esta sensación es engañosa, sobre todo para gente mayor con los reflejos disminuidos por la edad, ya que la velocidad reduce el tiempo disponible para reaccionar ante un problema. En cualquier caso, los pasos deberán siempre ser cortos, para evitar la sobrecarga innecesaria de las rodillas. Una zancada larga no siempre nos acerca más a la meta, por muchas ganas que tengamos de llegar.

También debemos prestar especial atención a los frecuentes obstáculos a la progresión que presentan sendas, caminos y pistas de montaña, fuente inagotable de accidentes, que un nordimarchador, con una buena técnica de utilización de sus bastones, puede minimizar. Sin olvidar el consejo de la primera entrada de esta serie: en montaña, utiliza siempre bastones de senderismo, incluso para hacer marcha nórdica, y utiliza el fiador como allí se explicó.

Los obstáculos “anclados” al terreno, piedras semienterradas, ramas grandes o raíces, deben ser evitadas por sistema. Incluso en terrenos embarrados, dónde se presentan como islotes salvadores, estos obstáculos pueden provocar resbalones y tropiezos con la consiguiente caída, o torceduras con riesgo de esguince o fractura. De nuevo, el apoyo suplementario de, al menos, un bastón en todo momento, puede ayudarnos a evitar o paliar estos problemas. Pisar sobre ramas y raíces en la dirección de progresión puede provocar deslizamientos sobre ellas, especialmente si están mojadas o ligeramente cubiertas por nieve. Todas estas caídas, si llevamos dragoneras de marcha nórdica, en lugar de las de cinta de los bastones de senderismo, pueden incrementar de forma importante la posibilidad de serias lesiones en hombros, codos y muñecas, además de la casi segura rotura del bastón.

Los obstáculos “móviles”, tales como piedras sueltas y pequeñas ramas, también pueden provocar tropiezos (con riesgo de rotura de dedos si el calzado no es el apropiado para este tipo de terreno), caídas (ojo con las pequeñas ramitas que nosotros mismos elevamos y fijamos pisándolas con un pie, para tropezar con el otro al andar). Estos obstáculos producen, normalmente, más lesiones que los del párrafo anterior, al captar menos la atención del marchador. Todos los consejos del párrafo anterior son aplicables para este.

Es un hecho probado que la mayoría de los accidentes en montaña no se producen en los lugares más difíciles, dónde la atención del marchador está centrada en lo que hace, sino en aquellos menos exigentes, en los que el marchador, normalmente cansado, se relaja, entabla conversaciones y pierde su concentración. No debemos distraernos hasta que nos quitamos las botas.

Y mucha precaución con la manipulación de los bastones (alargar, acortar, poner y quitar conteras). Las puntas siempre deben estar delante de nuestro cuerpo y no sobresalir por los lados del mismo. Los ojos de nuestros compañeros (y el resto de sus cuerpos) son para toda la vida. Cuidado con las maniobras de beber, fotografiar, etc, en las que necesitamos utilizar las manos: de nuevo, aquí se aprecia la ventaja de utilizar bastones con dragonera de cinta, que los dejan verticales, inocuos, colgados de las muñecas, cuando los soltamos, en lugar de las clásicas de la marcha nórdica, con los que he visto hacer verdaderos ejercicios de esgrima por no soltarse las dragoneras; y no digamos nada si tenemos que hacer alguna trepada.

La mayor dificultad en la progresión, junto al incremento de la posibilidad de accidentes, aconseja dejar una mayor distancia de seguridad entre nordimarchadores. En cualquier caso, nunca debemos ir a menos de dos o tres metros de otros compañeros, de manera que no supongamos un peligro para ellos… ni ellos para nosotros. Esta distancia de seguridad deberá incrementarse adecuadamente si el terreno presenta peligro de deslizamientos.

Finalmente, dado que las jornadas en montaña suelen ser más largas que las normales de entrenamiento, y exigir mayores esfuerzos de codos y rodillas, yo suelo utilizar para estas ocasiones manguitos y mallas ajustadas, o de compresión, que fijan y refuerzan estas articulaciones, previniendo esguinces y tendinitis por estrés, amén de proporcionar cierta protección contra rozaduras de ramas y aliagas, y quemaduras por sobre-exposición al sol.

Y recuerda, para ir a la montaña, o para dar la vuelta a tu manzana, no dejes de sacar tus bastones del paragüero cada día. Ellos quieren hacer tu vida mejor … dales una oportunidad.