viernes, 22 de febrero de 2019

Nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica


Desgraciadamente he tenido que anular el curso programado para el 24 de febrero por causa familiar grave.  A continuación figura la convocatoria del próximo, al que animo a asistir a los que se habían inscrito para el anterior.  Lamento enormemente los inconvenientes que esta anulación haya podido causar.
El domingo, 10 de marzo, de 08.30 a 13.30, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 2º de este año, 68º en total) que, en esta ocasión haremos en el vecino municipio de Torre Pacheco, junto al Campo de los Bolos (El Pasico), c/. Vereda de Horihuela, 32, https://goo.gl/maps/ayeUzNV7rju . Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena y envía el formulario: https://goo.gl/forms/q0PiKS3mVEEIIT5D2
El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos o de ciclismo, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de marcha nórdica o de senderismo. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.
Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,
José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).

LAS CAÍDAS EN LA MARCHA NÓRDICA


En todos los deportes de desplazamiento nos podemos caer. Sólo hay una forma de evitar las caídas, y consiste en quedarnos en casa, sentados en el sofá. Pero como sucede con la única forma que conozco de evitar la muerte, que consistiría en no vivir, evidentemente no se trata de una alternativa válida, al menos para los que consideramos imprescindible la practica deportiva habitual.

El desplazamiento nórdico, en sus tres variantes de paseo, marcha o carrera, es una actividad que minimiza el riesgo de caídas, al tener siempre el deportista, al menos, un pie y un bastón en contacto con el suelo. Los bastones proporcionan a quién los usa correctamente apoyo, equilibrio e impulso, dotándole de una seguridad extra, que no disfrutan los practicantes de otros deportes.

Pero a pesar de ser una actividad deportiva tan segura que no veo la necesidad de contar con una licencia federativa que nos proporcione un seguro de accidentes, a veces nos caemos, y lo que trato de hacer en la entrada de hoy es analizar las causas de estas caídas, en la esperanza de que, conociéndolas, podamos prevenirlas y minimizar así el riesgo.

A primera vista, distingo seis posibles faltas que pueden desencadenar una caída:

Concentración. Pasear, marchar o correr no son actividades que exijan concentración exclusiva para su ejecución. Todas ellas son cotidianas y repetitivas, y las podemos combinar con otras distracciones. Sin embargo, he observado que mis tropiezos siempre se producen cuando no practico en solitario, durante competiciones o quedadas, o yendo yo solo, cuando alguien o algo distrae mi atención de lo que estoy haciendo, o del itinerario por dónde me desplazo. Y es que, hasta la tarea más sencilla, requiere cierto grado de concentración. Las conversaciones con los amigos son más seguras sentados, frente a un buen café, o una buena cerveza.

Técnica. El bastón debe tomar contacto con el suelo firmemente sujeto, para asegurarnos de que lo colocamos en el lugar adecuado, sin estorbar el camino de nuestros pies (ni de los pies de otros), limitando vibraciones que retarden su fijación al terreno para el posterior empuje sobre el fiador. La punta del bastón tiene que entrar en contacto con el suelo al mismo tiempo que el pie contrario, y permanecer allí hasta su recuperación, cuando el pie contrario abandona el terreno para iniciar un nuevo paso. Con esto nos aseguramos un apoyo seguro y, como mínimo, doble durante toda la progresión, de manera que ante cualquier tropiezo, siempre habrá al menos otro punto de contacto con el terreno para intentar recuperar el equilibrio perdido.

Velocidad. La rapidez en el desplazamiento favorecen un adelantamiento del centro de gravedad que casi siempre va a caer por delante de la base de sustentación delimitada por nuestros dos pies, de tal manera que un tropiezo o retención por rozamiento con el suelo de uno de ellos nos puede provocar una caída. Esto sucede, por ejemplo, en las competiciones, dónde la velocidad, unida a la falta de concentración (vamos más pendientes del que va delante, del que viene detrás, y de los árbitros, que de dónde o cómo pisamos) y a la indefectible relajación de la técnica, se traduce en un incremento extraordinario de la posibilidad de caída.

Terreno. La regularidad y grado de pendiente del terreno en el que practicamos también tiene su incidencia en la posibilidad de caídas. Un terreno llano y homogéneo, sin obstáculos, debe, en principio, favorecer la estabilidad del practicante. Y digo en principio porque, curiosamente, se suelen producir más caídas en las zonas menos difíciles de los recorridos, al disminuir en éstas el grado de concentración del deportista.

En este punto, no me canso de recomendar la utilización de bastones con fiadores (dragoneras) de senderismo, tipo bucle de cinta, que, correctamente empuñados, nos permiten realizar un técnica perfecta, sin el peligro que representa la estrecha unión de la mano a la empuñadura de las dragoneras “de marcha nórdica” que, en caso de caída, puede producir serias lesiones carpianas o, lo que puede ser peor, reprimir por miedo a la citada lesión el instinto básico de proteger nuestra caída con manos y brazos, golpeando el suelo directamente con la parte superior del tronco o la cabeza.

Material. La necesaria economía nos lleva a veces a prolongar excesivamente la vida de nuestras zapatillas, más allá de lo que el desgaste de las suelas nos aconsejan. Esto puede provocar caídas por deslizamiento en terrenos inclinados, o superficies lisas o húmedas. El ahorro que nos puede producir una lesión no trae cuenta.

Reflejos. La buena técnica, como hemos visto, nos ayuda en nuestro deporte a evitar caídas, incluso cuando ya se ha producido el problema (tropiezo, resbalón) que las origina. Sin embargo, la reacción oportuna depende en último extremo de la rapidez con que reaccionemos, es decir de nuestros reflejos.

Los reflejos disminuyen con la edad y, viendo la media de los practicantes de nuestro deporte, claramente por encima de los 50 años, debemos convenir que los reflejos de la mayoría de los nordimarchadores no están en su mejor forma. Tenemos, pues, que apoyarnos en una mejor técnica para prevenir caídas, y dar gracias a Dios de que disponemos de este recurso. En mi caso, en concreto, esta fue una de las razones que me trajeron a este bendito deporte, después de practicar la carrera continua durante más de 45 años seguidos.

Los reflejos también disminuyen con el cansancio. Debemos prestar buena atención a las señales que nos manda nuestro organismo y, concretamente, a una de ellas, el cansancio, para limitar el tiempo de práctica o disminuir la intensidad hacia el final de cada sesión, de manera que no añadamos el problema de la velocidad al de la disminución de nuestros reflejos.

En fin, ni siquiera nuestro deporte está exento de accidentes, con todo lo seguro que es. Pero siendo conscientes de las causas que los originan, debemos confiar en una buena técnica y un material adecuado, concentrados en lo que hacemos, prescindiendo en lo posible de grupos y competiciones, para sacar los bastones del paragüero y disfrutar con la mayor seguridad posible de una práctica lúdica, sana y deportiva (LSD).

sábado, 16 de febrero de 2019

TACOS DE MARCHA NÓRDICA


No, no me refiero a los que se nos vienen a la cabeza cuando un árbitro (¡benditos sean! … su único pecado es atreverse a arbitrar con semejante reglamento) nos amonesta por hacer lo mismo, sólo que menos exagerado, que el que llevamos delante, a quién, curiosamente, no le dicen nada. Hoy toca hablar un poco de los tacos de goma, esos que ponemos en la punta de nuestros bastones para aumentar su rozamiento y mejorar nuestro empuje sobre ciertas superficies, también llamados “pads de asfalto” o, simplemente, conteras (según el diccionario de la RAE, Pieza que se pone en el extremo opuesto al puño de objetos como un bastón,…) de goma.

Desde hace unos años, cuando nuestro amigo Jesús Lodosa comenzó a fabricar y comercializar sus LMN (Lodosa Marcha Nórdica), y los probé, yo no he vuelto a utilizar otros. Ninguno de los que he probado tienen la duración o el agarre de estos, de manera que voy a hablar de ellos.

En la actualidad, todos tienen un diámetro es 12,2mm, adecuado para todos los bastones que tengo (a excepción de la gama NW P120 de Newfeel) y arandela metálica anti perforación. Según palabras del propio fabricante, los sirven en tres modelos:

Taco azul: el más blando y con mas agarre recomendado para carreras, días de lluvia o nieblas, por su capacidad de agarre . Jesús recomienda poner polvos de talco en el agujero dónde entra la punta del bastón, ya que al ser muy blandos también se agarran al bastón y cuesta sacarlos. La absorción del impacto es excelente, dando una sensación de amortiguación que, sin duda, los codos agradecen. Tiene un peso de 17gr.

Taco negro : todo uso, entreno, carreras, paseos …. gran relación agarre/duración, el más completo para mi gusto. Va bien en agua y seco, dura más kilómetros, muy cómodo para poner y quitar, y transmite muy poco el impacto con el suelo. Tiene un peso de 18.5gr.

Gama color : en rojo y verde para todo uso, también, pero con color añadido, por aquello del "diseño". Es algo más duro, tiene menos agarre en mojado y dura un poco más. Dice Jesús que en carrera él optaría por alguno de los otros, “ya que al ser más duro “rebota” más que los otros y hay que tener mejor técnica, pero no son peores, cuando calientan mejora mucho el rendimiento”. Tiene un peso de 18.5 gr y son ligeramente más caros que los otros dos.

El precio final de venta al usuario depende de la cantidad pedida y del margen comercial que aplique el minorista, pero en cualquier caso no deberían superar en mucho los 8€ el par y la duración y el agarre los convierte en una opción preferencial frente a otros productos similares del mercado.

Los negros de la foto adjunta van por los 1.000 km en asfalto y, como se puede apreciar, todavía les quedan unos cuantos. Los azules sólo llevan unos 50 km, y los verdes apenas 20 km. Yo no le he puesto talco a los azules: la primera vez que los quité en marcha me costó trabajo, porque los quise quitar como los negros, con un movimiento de "desenroscar", y al ser tan blandos, se “agarraron” al plástico dónde va embutida la punta del bastón. En posteriores ocasiones, ese problema quedó soslayado simplemente con sacarlos cimbreándolos un poco adelante y atrás.

Alguien se puede asombrar cuando digo que a estos tacos se le pueden hacer 2.000 km. Yo encargo tacos para mis alumnos y he observado algunos que tienen que cambiarlos a los pocos cientos de kilómetros ("cometacos", les llamo yo), mientras que otros los alargan hasta pasar de los 1.000. Estoy convencido de que la técnica tiene mucho que ver en la duración de los tacos. Una toma de contacto decidida del bastón con el suelo, de arriba a abajo, sin que haya arrastre previo a la misma, alarga enormemente la vida de los tacos. El utilizarlos sólo cuando son necesarios, en superficies duras, también tiene mucho que ver en la duración. Los nordimarchadores que mantienen los tacos puestos en superficies de tierra los someten a una acción de “lijado” continuo, debido al inevitable resbalamiento del taco sobre dicha superficie que, indudablemente, acortará mucho la vida útil de los mismos. En superficies blandas (tierra, hierba, …) los mejores tacos son los que se llevan en el bolsillo y no se ponen; aquí nada agarra mejor que las puntas metálicas, que para eso están hechas y, ojo, que también se gastan más si las arrastramos.

Pero ya basta de palabrería.  Ahora a sacar los bastones del paragüero y a darles caña, con tacos o sin ellos.


lunes, 11 de febrero de 2019

Nuevo curso de Iniciación a la marcha nórdica en Cartagena


El domingo, 24 de febrero, de 08.30 a 13.30, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 2º de este año, 67º en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras junto al Parque de la Rosa, frente al UPPER (EuroSpar), prolongación de Juan Fernández https://www.google.es/maps/@37.620062,-0.9925477,15.5z . Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía el siguiente formulario: 
El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos o de ciclismo, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de marcha nórdica o de senderismo. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.
Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,
José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).
... y por favor, por respeto a los demás, sé puntual.

viernes, 8 de febrero de 2019

Nuevo Club de Marcha Nórdica

Hace poco anunciaba la aparición de un nuevo blog sobre marcha nórdica  http://nordicartagena.blogspot.com/2018/09/marcha-nordica-sad.html.  Ahora, Antonio Lois, su creador, ha expandido su iniciativa para formar un club de marcha nórdica, cuyo logo podéis ver aquí.

Los derechos y deberes inherentes a los asociados del CMN SAD, como entidad legalmente establecida, se pueden consultar en los estatutos del Club, disponibles en la página Web del mismo: www.marchanordicasad.com.

Antonio ha publicado un programa tentativo de actividades para este año que, a medida que me vaya confirmando, repetiré en este blog.

Desde aquí los mejores deseos para esta nueva andadura y, ya sabéis, con club o sin él, lo importante es que tus bastones no duerman el sueño de los justos en el paragüero.  La marcha nórdica está ahí, esperando que le deis una oportunidad para mejorar vuestra vida ... ¡aprovechadla!

jueves, 7 de febrero de 2019

Marcha nórdica: sólo parte de un todo


Ya nos acercamos al cuarto de siglo de la acuñación del término “nordic walking”, y de su primera traducción al castellano, como “marcha nórdica”, para hacer referencia a un deporte que, en puridad, debiera haberse llamado simplemente “moverse con bastones”. Creo que es el momento de recapitular y tratar de poner un poco de orden en toda esta jerga. Sé de sobra que lo que yo escriba hoy aquí no puede aspirar a variar un ápice los conceptos y la terminología en uso, pero también soy consciente del insospechado éxito de otros términos acuñados aquí hace años, con las mismas pocas esperanzas, tales como nordimarchador o nordicompetidor, hoy de uso generalizado. En cualquier caso, lo que pretendo con estas líneas no es cambiar la forma de hablar de los que andan en este negocio, sino aclarar conceptos sobre nuestro deporte, para mí mismo, en primer lugar, pero siempre con la ilusión de que puedan ayudar a alguien más.

Haciendo un somero análisis de la terminología aceptada por el actual diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la herramienta por la que todos nos deberíamos regir al hablar o escribir y que desgraciadamente no utilizamos con la asiduidad que deberíamos, observamos que

el término “marcha”, si bien se puede considerar sinónimo de la acción de andar o caminar, tiene, deportivamente hablando, una connotación muy precisa, de hacer estas acciones de forma rápida, aunque sin perder por ello la esencia que las diferencia de correr: mantener siempre un pie en contacto con el suelo, es decir, sin que coincidan en ningún momento los dos en el aire.

Según esto, si a esta nueva actividad que nos gloriamos en practicar la llamamos marcha, parecería que siempre deberíamos andar rápidos, cosa que no siempre sucede. A veces, vamos simplemente paseando con nuestros bastones, “por distracción o ejercicio”, es decir, dando un paseo con bastones.

Pero, por otro lado, la esencia de nuestro deporte, lo que lo diferencia de los demás, sin tener en cuenta la rapidez con que lo practiquemos, está en la utilización de dos bastones con una técnica, que hemos dado en llamar “diagonal”, derivada del esquí de fondo, o nórdico, y que podríamos definir como la utilización de dos bastones de manera que cada uno de ellos apoye en todo momento la acción del pie contrario. Así, una buena técnica diagonal hará que obtengamos el máximo beneficio del uso de esos bastones en apoyo de nuestro desplazamiento, o lo que es lo mismo, que optimicemos su uso. A esta técnica, dado su origen, la podríamos llamar, sin ambages, y con toda tranquilidad, “nórdica”.

En el esquí nórdico se utiliza también el llamado paso de patinador, que consiste en impulsar el desplazamiento sobre una pierna, simultáneamente con los dos bastones. En nuestro deporte, esta técnica se conoce como de doble bastón, muy utilizada cuando el terreno exige un esfuerzo extraordinario con una de las piernas, por ejemplo, para subir un escalón, aconsejando el apoyo concurrente de los dos bastones. Esta técnica también debe considerarse incluida en la denominación nórdica, en base a su origen y utilización generalizada.

Según todo lo anterior, para mí, nuestro deporte sería (y debería llamarse) “desplazamiento nórdico”, y su definición sería algo así como “desplazarse utilizando óptimamente dos bastones”. Cuando ese desplazamiento se haga caminando, el deporte sería “paseo nórdico”. Si el movimiento es rápido, como en la marcha atlética, pero manteniendo siempre al menos un pie en contacto con el suelo, el deporte sería “marcha nórdica”, y si llegásemos a tener un tiempo de suspensión entre paso y paso, estaríamos haciendo “carrera nórdica”.

Hasta hace unos días, el reglamento de competiciones de marcha nórdica de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), que es hoy por hoy el documento oficial de mayor precedencia en nuestro país en lo que respecta a nuestro deporte, sancionaba al nordicompetidor que hacía marcha atlética en las competiciones; es decir, al quién “caminaba rápidamente con uno de sus pies siempre en contacto con el suelo”, según nuestro diccionario. Gracias a Dios este despropósito ha desaparecido por fin en la versión actual de dicho reglamento. Sin embargo, dudo mucho que haya desaparecido de la mente de árbitros deformados por años de persecución de un deporte, la marcha atlética, que sólo puede servir para ayudar a progresar y engrandecer el nuestro.

La marcha nórdica es una de las formas de nuestro desplazamiento nórdico y, actualmente, es la única admitida en las competiciones oficiales que se organizan para el mismo. Pero este deporte, mucho más ambicioso y polivalente, incluye otras formas, como el paseo nórdico, tan útil, entre otras cosas, para el senderismo, o la carrera nórdica, de extraordinaria utilidad para el corredor por montaña. El día que la FEDME (y las federaciones regionales de montaña) entienda todo esto, y actúe en consecuencia, incorporará plenamente un deporte de versatilidad y valor extraordinario para su entorno natural. Mientras tanto, seguirá potenciando sólo una de sus facetas que, curiosamente, es la que más fácil y razonadamente puede ser reclamada por otra federación, la de atletismo, si en algún momento esto llega a ser un negocio rentable, cuando veamos trescientos pares de bastones en una línea de salida de una competición.

Pero hagas lo que hagas, y lo llames como lo llames, saca tus bastones del paragüero, todos los días.

viernes, 1 de febrero de 2019

MARCHA NÓRDICA Y MONTAÑA: LA HISTORIA DE UNA FALTA DE ENTENDIMIENTO


Hace unos días, uno de los alumnos de uno de mis cursos de iniciación, me preguntaba, un tanto extrañado, si no sería lógico que la marcha nórdica (MN) estuviera en la federación de atletismo, en lugar de en la de montaña. Le expliqué rápidamente que las cosas no siempre están como deberían, o mejor, como creemos que deberían estar. En atención a él, y a otros que puedan hacerse esta misma pregunta, escribo la historia de hoy, la crónica de lo que para mí ha sido una penosa falta de entendimiento de nuestro deporte por parte de las federaciones españolas de montaña. Una historia que comienza en los países nórdicos, hace un cuarto de siglo, y que se sigue escribiendo, a día de hoy, en nuestra tierra.

Los países nórdicos siempre han estado en cabeza en lo que a actividad física saludable se refiere. Los que tenemos una edad hemos experimentado aquellas clases de de educación física, de pocos medios y “tenis” en la cartera, en las que la gimnasia sueca era la estrella. Todos hemos admirado la constitución física de los nórdicos (y nórdicas, por remedar a algunos de nuestros políticos más ridículos) que visitaban nuestro país, fruto, sin duda, no sólo de la presencia de determinados genes, sino también de una práctica deportiva constante y sana. El esquí de fondo, quizá el deporte individual más popular en todos estos países, ha sido hasta hace un par de décadas la actividad física más completa, equilibrada y sana que se conocía, con el inconveniente de la necesidad de un elemento estacional, la nieve, del que estos países sólo carecían unos pocos meses al año. Y esos meses no dejaban por eso de hacer deporte, sino que seguían saliendo a andar con sus bastones de esquí, a pesar de lo inadecuado de su tamaño. Hasta que un fabricante finlandés de material de esquí vio una oportunidad de negocio en el desarrollo de unos bastones específicos para andar con ellos, con una técnica similar a la del esquí de fondo, y bautizó este “nuevo” deporte como “nordic walking”, lo que nosotros hemos traducido como marcha nórdica.

Los alemanes que, entre otras virtudes, siempre han sentido una especial atracción hacia el culto a la salud y al cuerpo, comprendieron inmediatamente la potencialidad de este deporte, fácilmente importable y exportable, susceptible de ser universalizado, una vez desembarazado de su inicial dependencia de la nieve. Así, en Alemania se pasó de cero practicantes en el año 2000, a cinco millones de practicantes, en el 2005, al parecer, con una importante apuesta de la seguridad social por esta oportunidad de mejorar la salud de su población, disminuyendo gastos de asistencia médica y farmacéutica. Y ellos fueron los principales motores del desarrollo de la Técnica ALFA, para sacar de los bastones el máximo beneficio físico posible para el usuario. Y fue de la mano de alemanes afincados en España, como llegó este deporte a nuestro país, durante la primera década de este siglo.


Durante algunos años, los primeros que nos interesamos por esta ilusionante actividad física, anduvimos practicándola como pudimos, aunque ahora, a toro pasado, he de decir que no lo hicimos nada mal. Y es que la técnica de la marcha nórdica es tan natural, simple y racional, que cualquiera puede llegar a dominarla sin necesidad de maestros ni libros de texto, aunque es cierto que ambos ayudan a acelerar y completar el proceso. E incluso empezamos a organizar nuestras primeras competiciones, como Dios nos dio a entender, con mucho esfuerzo y buena voluntad por parte de todos.

Pero nuestro incipiente deporte estaba huérfano de federación. Eramos cuatro y el de la gaita. El consejo superior de deportes no está por la creación de nuevas federaciones; ya tiene bastantes movidas con las que hay. Las federaciones con posibilidad de acoger la MN como una de sus actividades no veían “negocio” en este nuevo deporte, de práctica minoritaria, con competiciones sin muchas perspectivas de superar el centenar y medio de participantes, y con pocas lesiones que, a la postre, es lo que te anuncia el número de licencias federativas que vas a poder vender.

Por fin, cuando después de tibios y fracasados intentos de acercamiento a la federaciones de atletismo, algunas federaciones autonómicas de montaña (balear, andaluza, murciana) fueron “acogiendo” la MN como una de sus actividades físicas, a muchos nos pareció que empezábamos a salir del limbo en el que habíamos vivido, aunque la mayoría no estábamos seguros de que estas federaciones reconociesen la verdadera importancia y, sobre todo, la potencialidad de este deporte.

Para no quedarse al margen de estas iniciativas autonómicas, la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), a nivel nacional, reconoció en junio de 2015 la MN como una de sus actividades. La Federación de Montañismo de la Región de Murcia (FMRM), ya había decidido, en octubre del 2014 la inclusión de la MN en sus estatutos, iniciando la implementación de dicha decisión con la creación del Comité de MN, el 28 de octubre del 2015, “con la finalidad de promocionar y desarrollar la Marcha Nórdica (Nordic Walking) por todo el territorio murciano”.

Como miembro fundador de dicho Comité, propuse el siguiente texto, a modo de declaración de principios: “La técnica de la MN es una herramienta de gran utilidad para el practicante de senderismo, montañismo y carreras de montaña. Sin embargo, el valor principal de la MN reside en su potencialidad como deporte específico, completo, saludable, apto para todos, económico y practicable en cualquier entorno y condición“. El texto fue aceptado y aprobado por todos los miembros del Comité, y todavía figura hoy en su sitio web, a pesar de que estoy convencido de que ningún miembro de la FMRM comprendió entonces, ni ahora, el calado de este párrafo.

Sinceramente creo que ni la FMRM, ni la FEDME, han entendido nunca la grandeza y la potencialidad de este maravilloso deporte, ni han reconocido, implícita o explícitamente, la finalidad descrita dos párrafos más arriba, de “promocionar y desarrollar la MN” dentro de su jurisdicción territorial, ni en su aspecto de práctica deportiva, ni en el competitivo.

Como práctica deportiva, las federaciones de montaña siempre han confundido la MN con el senderismo. Sin menoscabo de esta actividad, que me enorgullezco de practicar, la MN es un deporte individual, como correr o nadar, que procura enormes beneficios a quién la practica de forma habitual (corrige la postura y ayuda a prevenir/corregir problemas de columna, articulares, aumenta la oxigenación general, mejora la circulación y la producción de endorfinas, quema grasas, aumenta la autoestima … apto para toda edad y condición física, desde niños y gente con movilidad reducida hasta deportistas de élite, que se puede practicar en cualquier lugar y momento). Para hacer MN no se necesitan conocimientos especiales de orientación y movimiento en montaña, algo muy adecuado para un senderista; ni el instructor de MN necesita conocimientos para llevar un grupo por la montaña. Yo hago marcha nórdica todos los días, sin ir a la montaña. Es más, cuando hago senderismo de montaña, son pocas las ocasiones en las que puedo aplicar la técnica de la MN, a pesar de mi interés.

En cuanto a las competiciones de MN, las federaciones de montaña las siguen confundiendo con carreras por montaña, con recorridos en línea o circuitos tan largos que en nada ayudan a la eficaz actuación de los árbitros durante la competición que, en este disciplina, a diferencia de las carreras por montaña, es esencial. Un reglamento que nisiquiera contempla como finalidad de las competiciones la citada de “promoción y desarrollo” de la MN, ni determina las características mínimas que debe reunir un circuito de competición para permitir el desarrollo de una técnica correcta, algo difícil de conseguir en un entorno de montaña. Un reglamento utiliza en su articulado vaguedades tales como “mucho” o “excesivo”, no es serio, pero sobre todo, un reglamento que no reconoce la dificultad de apreciar a simple vista la realización correcta de la técnica de la MN, permitiendo que un sólo árbitro pueda decidir la descalificación de un competidor, es una demostración palpable de la falta de comprensión de la esencia de este deporte por parte de las federaciones de montaña.

La verdad es que la MN no necesita una federación. Como no se necesita una federación para correr. La MN sólo necesita una persona consciente de la necesidad de practicar un deporte barato, sano y sencillo, el más completo y equilibrado de los conocidos, que trabaja activamente más del 90% de los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo … y un par de bastones. Ahora, si decidimos que debe haber competiciones de MN (algo de lo que yo estoy bastante desengañado), sigo pensando, como al principio, que las federaciones de atletismo, teniendo la experiencia de la marcha atlética, están mucho más preparadas que las de montaña para entender y atender las necesidades organizativas, reglamentarias y de arbitraje de este deporte.

Sigo convencido de que, aunque sólo sea por pura ambición, como ya sucedió en las carreras de montaña, el día que se vean 300 pares de bastones en la línea de salida de una competición de MN, las federaciones de atletismo saltarán a la arena para reclamar la MN como una actividad propia. Y es posible que los nordicompetidores prefieran entonces una federación que cuenta con más de cien años de experiencia y evolución en intentar enjuiciar con mesura y justicia la técnica de sus marchadores. Si las federaciones de montaña siguen interesadas en este deporte, más les vale que empiecen a ponerse las pilas. ¡Ya están tardando!

Y tú, pasa de federaciones, competiciones y otras vainas, y saca tus bastones del paragüero … ¡todos los días!