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viernes, 15 de mayo de 2020

CARRERA NÓRDICA


Aunque solemos utilizar de forma genérica el término “marcha nórdica” para referirnos a cualquier desplazamiento en el que utilizamos un par de bastones, con una cierta técnica, se trata de una simplificación de una mala traducción del nombre inicialmente utilizado en inglés (nordic walking) para designar este nuevo concepto de movimiento, cuando éste comenzó a tener carta de naturaleza propia, hace ahora un cuarto de siglo.

No voy a repetir aquí lo que ya he tratado ampliamente en una anterior entrada http://nordicartagena.blogspot.com/2020/02/mi-vision-de-la-marcha-nordica-i.html, y en otra anterior, relacionada desde ésta. Baste, para el fin que hoy me propongo, decir que la marcha nórdica no es más que una de las modalidades de desplazamiento sin deslizamiento del ejercicio nórdico, junto con la caminata nórdica y la carrera nórdica, que es el título de la entrada de hoy.

Parafraseando mi definición favorita de marcha nórdica, podemos decir que la carrera nórdica consiste en correr de forma natural y completa, utilizando dos bastones con una técnica que nos permita sacarles el máximo partido. Es decir, correr como si no llevásemos bastones, pero aprovechando continuamente todas sus posibilidades para hacer un ejercicio completo y con el mejor apoyo a nuestro desplazamiento.

Como en la caminata nórdica, normalmente utilizada para aprender la técnica, la carrera nórdica aprovecha el movimiento natural de los brazos para que cada bastón acompañe, en todo momento, la acción del pie contrario. Así, se apoya en el suelo en el mismo momento que el pie contrario, y abandona el suelo, para apoyar el paso siguiente, al mismo tiempo que dicho pie (técnica diagonal o alternativa). En ocasiones, por terreno de montaña, la técnica simultánea (o de doble bastón) puede resultar muy conveniente para salvar obstáculos o fuertes pendientes, tanto de subida como de bajada. En la entrada http://nordicartagena.blogspot.com/2020/03/mi-vision-de-la-marcha-nordica-ii.html de este blog se incluye una explicación somera de las técnicas citadas, y enlaces a descripciones más detalladas de las mismas.

Una buena técnica en el uso de los bastones (normalmente desarrollada sobre la práctica de la caminata nórdica) nos permitirá involucrar todos los músculos y articulaciones de torso y tren superior en apoyo al tren inferior, único actor en la carrera ordinaria, sin bastones. De esta manera conseguiremos realizar un ejercicio completo, en el que la columna vertebral va a ser la principal beneficiaria, algo que notaremos por la ausencia de molestias y lesiones, sobre todo cervicales y lumbares.

Pero en este ejercicio completo, también hay otros beneficiarios evidentes: todas las articulaciones de nuestras piernas. La carrera nórdica también va a poner de manifiesto sus muchas ventajas en la ausencia de molestias y lesiones en caderas, tobillos y, sobre todo, rodillas, las principales afectadas por los excesos de la carrera ordinaria, sin bastones.

Aparte de los beneficios físicos mencionados, la carrera nórdica aporta un plus de seguridad y eficacia a nuestro desplazamiento:

  1. El que en todo momento tengamos, en lugar del apoyo simple de un pie, el apoyo doble de pie y bastón, mejora enormemente nuestra estabilidad y equilibrio (algo muy de agradecer en terreno montañoso o irregular, y a medida que cumplimos años), previniendo sensiblemente esguinces y caídas.
  1. El impulso (o la retención en las bajadas) simultáneo de pierna y brazo, supone un apreciable incremento de la eficacia de nuestro desplazamiento.
En terreno abrupto, o de montaña, con desniveles de bajada superiores al 30%. la posibilidad de disociar el movimiento de los bastones del movimiento de las piernas, nos lleva a una técnica alternativa muy característica, descrita en una entrada anterior de este blog http://nordicartagena.blogspot.com/2019/10/nordicartagena-2019-3-tecnica-con.html en la que la condición sine qua non es que en todo momento haya al menos un bastón en contacto con en el suelo.

La carrera nórdica nos permite una mayor variedad en el ejercicio nórdico realizado, una mejor adaptación a las características del terreno o al ritmo de la música que llevemos, una intensificación de nuestro esfuerzo (cuando queramos y podamos) y, en definitiva, una superación de normas y preceptos que, a veces, nos encorsetan demasiado y nos hacen que perdamos de vista que nuestro ejercicio, aparte de sano y deportivo, debe ser, sobre todo, lúdico, divertido.

Si, como yo, has sido corredor muchos años, no te costará mucho adaptar tu técnica de caminata y marcha nórdica a la carrera. Una vez que te acostumbras a la nueva seguridad que te proporciona la correcta utilización de los bastones, éstos pasan a formar parte de tu mecanismo natural de movimiento: te sientes cómodo y seguro. Si no has corrido nunca, puede llevar algo más de tiempo, pero es factible. Como todo cambio, exige un período de acomodación para incorporar los bastones en tu carrera natural. Mi recomendación es que lo hagas poco a poco, empezando por unos cuantos minutos y aumentando lenta y progresivamente la cantidad de tiempo dedicado cada día a esta modalidad.

La carrera nórdica es una opción más de nuestra práctica habitual de ejercicio nórdico. Yo la hago a diario, combinada con caminata y marcha nórdica, en función de mi estado de ánimo, de mi estado físico, del terreno por el que me muevo y de la música que me acompañe.

Y, ya sabes, caminando, marchando o corriendo, lo importante es que saques los bastones del paragüero … ¡cada día!


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