miércoles, 23 de mayo de 2018

Por un mejor arbitraje de nuestras competiciones


Algunos vídeos de competiciones recientemente celebradas en nuestro país me han permitido observar la evolución técnica de los nordicompetidores. Si bien es evidente la mejora de muchos de ellos, no es menos constatable que los árbitros siguen sin sancionar gran número de infracciones.

Aunque es cierto que la principal pesadilla de todo nordicompetidor es la posibilidad de que un árbitro malinterprete alguno de sus gestos técnicos como una violación y le sancione indebidamente, por supuesto sin ninguna animadversión personal (¡hasta ahí podíamos llegar!), tirando por tierra sus expectativas para esa competición, no es menos cierto que muchos nordicompetidores se indignan por la pasividad de la mayoría de los árbitros ante violaciones palpables del competidor que llevan delante, o al lado, a quién tienen ocasión de observar de cerca durante bastante tiempo. ¿Cómo es que los árbitros no ven/sancionan una violación tan evidente?

El arbitraje de la marcha nórdica es una labor sumamente difícil. La multitud de reglas a observar, la falta de definición de algunas de ellas, la falta de claridad del reglamento, la velocidad con que se producen las violaciones, el escaso número de árbitros en relación con la longitud del circuito, el requisito actual de realizar las observaciones a simple vista, sin ayuda de medios técnicos, y el hecho de que sea responsabilidad de cada árbitro individual decidir sobre la existencia de una violación, hace que la mayoría de los jueces sean reacios a sancionar, conscientes de que una decisión equivocada acabará con las opciones del sancionado en esa competición.

Pero el “in dubio pro reo” , principio fundamental del derecho penal, no es de recibo en una competición de marcha nórdica en la que la inacción arbitral perjudica a la mayoría de competidores que observan escrupulosamente el reglamento. El juez tiene que “mojarse”, pero debería hacerlo con la tranquilidad del miembro de un tribunal, que sabe que si los demás jueces no consideran culpable al posible infractor, su decisión personal no tendrá consecuencias fatales para el mismo.

Se ha intentado en alguna prueba “colegiar” la sanción, a base de transmitir a otros árbitros apreciaciones personales de uno de ellos, para que otros las confirmen o denieguen. Si bien no se puede negar la buena fe del intento, habría que plantearse la injusticia de la influencia ejercida por el árbitro que “sospecha”, sobre los demás jueces, que ya observarán al competidor en cuestión no como uno más, sino como alguien sospechoso de cometer una infracción, lo que no parece muy justo para dicho competidor. Sería algo parecido a si en una rueda de identificación policial dijeran “fíjate en el número tres, a ver si es el que te atacó”. Ningún tribunal normal lo admitiría como prueba de cargo.

Por todo lo expuesto, convendría revisar los apartados 3, 5 y 10 del actual reglamento de competiciones de marcha nórdica (RCMN) de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), a la luz del reglamento de marcha atlética de la Federación Española de Atletismo, por ser ésta la competición más parecida a la nuestra, que nos lleva más de cien años de ventaja en lo que a experiencias competitivas se refiere. No sé si alguien ha dicho alguna vez que “una persona inteligente debe observar con atención a los que le precedieron, con la finalidad de aprovechar sus aciertos y evitar sus errores”, pero si nadie lo dijo, aquí queda dicho.

En esa misma línea, no estaría de más echar un vistazo a las versiones actuales aplicadas en competiciones de MN de los países de nuestro entorno, no buscando una convergencia con ellas sino, simplemente, una posible solución del problema apuntado en los párrafos anteriores.

Por lo que se refiere al reglamento de competiciones de marcha atlética, la técnica de este deporte tiene dos reglas: al menos un pie en contacto con el suelo en todo momento (como la MN), y la pierna de apoyo no puede estar flexionada hasta que el centro de gravedad pasa sobre ella (regla dirigida a dificultar el “vuelo” que diferencia la carrera de la marcha). Cuando un juez observa una infracción de alguna de los dos reglas, avisa al infractor con una tableta amarilla, toma nota y si persiste en su falta, envía al juez principal una tarjeta roja con detalle de infractor e infracción. Esto significa que, para este juez, este competidor debe ser eliminado, y ya no volverá a preocuparse de él, ni sacarle más tarjetas. Cuando el juez principal recibe tres tarjetas rojas sobre un mismo competidor, de tres árbitros distintos, el competidor será eliminado, mostrándole una paleta roja. Las infracciones remitidas al juez principal se muestran en un tablón próximo a la meta, que pueden ver todos los competidores en cada vuelta al circuito.

Los circuitos deben tener entre 1 y 2 km y el número de jueces debe estar entre 6 y 9, incluido el juez jefe. Éste actúa como supervisor oficial de la competición y sólo actúa como juez si ha de descalificar directamente a un marchador en los últimos 100 m de la prueba, cuando marcha obviamente contra la norma, independientemente de los avisos y tarjetas rojas que haya recibido con anterioridad. El juez jefe puede contar con dos o más adjuntos para la notificación de descalificaciones, un oficial a cargo del tablón y un secretario.

Existe una alternativa, actualmente para cadetes y menores, que consiste en que el competidor no es eliminado a la tercera tarjeta roja, sino que es neutralizado en una zona (pit lane) próxima a meta durante un tiempo preacordado en función de la longitud del recorrido (2’ para recorridos entre 10 y 15 km). Si dicho competidor recibe una cuarta tarjeta, es eliminado.

Para el reglamento francés de competiciones de marcha nórdica, en todo momento debe haber un pie y un bastón en contacto con el suelo, con brazo y pierna siempre en oposición. La mano y el codo deben rebasar la nalga al final del empuje, antes de atacar de nuevo delante del cuerpo. El pie que avanza debe atacar el suelo con el talón; la vertical de la rodilla no puede estar por delante del pie en ese momento. La pierna de ataque no debe estar extendida durante su paso por la vertical de la pelvis, pero sí al final de la fase de impulsión. No pueden oscilar los hombros arriba y abajo.

Los circuitos tienen normalmente entre 2,5 y 3,5 km, con un bucle de penalización de 200 m, a menos de 150 m de la meta. Para un circuito medio (3 km) se prevé un mínimo de 10 jueces de itinerario, un juez de bucle de penalización, un juez árbitro, dos jueces en bicicleta que siguen a los competidores y competidoras de cabeza, y un puesto de control (PC) de la competición. Todos ellos cuentan con ayudantes, además de los necesarios controles, proporcionados por la organización.
Un juez puede aconsejar/advertir verbalmente a un posible infractor, o sancionarlo mostrándole tarjeta amarilla, diciendo en voz alta el número de dorsal y la falta cometida. Su ayudante rellena un impreso de infracción e informa al PC. El infractor deberá entrar en el bucle cuando vuelva a pasar por él y completar el recorrido del mismo, o será penalizado con 4’. A la cuarta penalización el competidor será descalificado (tarjeta roja). Al final de la prueba el PC y el bucle confrontan sus datos.

Dice el reglamento italiano de competiciones de marcha nórdica que en esta disciplina no puede haber carrera ni fase de vuelo (una redundancia). El pie toma contacto con el suelo por el talón para apoyar después toda la planta. Sólo se admite el paso alternativo, sin excesiva flexión de la pierna posterior, bajar la pelvis o mover las caderas de forma excesiva y antinatural (opino que el término “excesivo” no debería aparecer en un reglamento serio por ser subjetivo; lo que es excesivo para un juez puede no serlo para otro). El bastón se apoya entre la vertical del centro de gravedad y el talón del pie retrasado. La mano debe llegar hasta el glúteo. Los bastones han de tener una altura determinada, que no se puede variar durante la carrera, acorde a la estatura del competidor, y deben ir dotados de una sujeción especial que permita el empuje y la recuperación.

El circuito debe tener entre 1000 y 1200 m. La pendiente no debe exceder el 4-6%. Jueces fijos cada 250 m o en bicicleta, son jueces de marcha atlética preparados para la marcha nórdica. Pueden advertir, sin penalización, o penalizar hasta tres veces con 2’ cada vez. La cuarta penalización, de cuatro árbitros distintos, descalifica al infractor.

De todo lo dicho, sin entrar en la definición de violaciones que hace nuestro reglamento, y que a mi parecer necesita una urgente revisión, yo propondría los siguientes cambios al sistema actual de arbitraje:

  • Los circuitos no deben tener más de 2 km, a fin de facilitar una densidad adecuada de árbitros que asegure la observación continua sobre los competidores. En un circuito de 5 km, permitido en la actualidad, los competidores están practicamente fuera de la observación de los árbitros entre un 80 y un 90% del recorrido.
  • De acuerdo con la longitud del circuito, debe haber un número de árbitros de itinerario que asegure una densidad de un árbitro cada 250 m, o menos. Los árbitros deben estar dotados de prismáticos.
  • Los árbitros en bicicleta no son eficaces para el enjuiciamiento técnico y pueden estorbar más que ayudar. Para identificar la cabeza de la competición, masculina y femenina, la organización debe proporcionar sendos corredores con la adecuada señalización.
  • Habrá un tablón de sanciones próximo a la meta, de dimensiones adecuadas para que todos los competidores, sin abandonar el circuito, puedan comprobar su situación a cada paso por meta.
  • Los árbitros pueden advertir/aconsejar a los competidores que parecen no observar alguna de las reglas sancionables, o sancionarlos si persisten en su inobservancia, mostrándoles una tarjeta amarilla, y diciendo en voz alta el número del dorsal y la infracción cometida. Los árbitros deben tener un ayudante, proporcionado por la organización, debida y previamente instruido, que anotará el dorsal del infractor, hora e infracción cometida, transmitiendo estos datos, junto con el nombre del árbitro sancionador, al árbitro principal, para que su secretario proceda a su registro oficial, y al encargado del tablón, para su publicación en el mismo. Ningún árbitro podrá sancionar dos veces al mismo competidor.
  • Aparte de los árbitros de itinerario requeridos por cada circuito, habrá un árbitro principal, responsable de todo el arbitraje, y de las demás misiones que le asigne el reglamento. El árbitro principal podrá decidir la descalificación (tarjeta roja directa) del competidor que cometa una violación que reglamentariamente merezca tal sanción, especialmente en los últimos tramos de la competición.
  • El árbitro principal contará con un secretario, preferentemente árbitro, que llevará el registro oficial de sanciones y controlará su adecuado reflejo en el tablón.
  • De existir un árbitro de inscripciones y clasificaciones, éste puede ejercer la labor de secretario del árbitro principal, durante la competición.
  • Un encargado del tablón de sanciones, a ser posible, árbitro, reflejará las sanciones comunicadas por los árbitros, bajo la supervisión directa del secretario del árbitro principal.
  • Cuando el árbitro principal reciba tres notificaciones de tarjeta amarilla para un mismo competidor, de tres árbitros diferentes, el secretario le advertirá de este extremo y el árbitro principal mostrará la tarjeta roja, de descalificación, al infractor. El encargado del tablero reflejará esta situación en el mismo.

Si al poner en marcha este sistema, se observase un excesivo número de descalificaciones, o para evitar el desánimo en categorías inferiores, se puede contemplar la posibilidad de que la tercera tarjeta amarilla suponga una penalización en tiempo, advertida por el árbitro principal, dejando la descalificación para una cuarta tarjeta (siempre a cargo de un árbitro distinto de los anteriores), si ésta fuese necesaria. La alternativa del pit lane o del bucle de sanción supone un incremento del número de árbitros y unas necesidades de espacio, sin añadir ninguna ventaja sobre lo aquí apuntado.

Hagamos lo que hagamos, el arbitraje siempre será difícil y controvertido. Lo que pretendo con esta posible alternativa es una mayor implicación de los jueces, sin miedo a las consecuencia de un error en su juicio, con el consiguiente mejor enjuiciamiento de la competición, más equitativo para todos los participantes.

Mi humilde consejo a la FEDME es que se pruebe este mecanismo en alguna competición y, a la luz de los resultados de la posterior encuesta a jueces y participantes, se decida si merece la pena su implementación en próximas revisiones del reglamento.

Y aprovecho para reiterar la necesidad de grabar las competiciones para el posterior juicio crítico, así como la conveniencia de experimentar con medios técnicos de ayuda al arbitraje (cámaras fijas, drones, etc); el nuestro es un deporte nuevo, y no tenemos las rémoras “históricas” que arrastran otros deportes más viejos. Aprovechemos esta circunstancia para buscar la excelencia en su enjuiciamiento técnico.

Y ya sabéis, con competición o sin ella, sacad los bastones del paragüero, cada día.



2 comentarios:

  1. Buenas noches Piri. Ya en alguna otra ocasión te he oído/leído la posibilidad de la calificación de la falta de un marchador por mas de un juez, buscando el concepto de tribunal y no solo la descarga de responsabilidad de un arbitro, asegurando una mayor objetividad en la decisión a tomar.
    El día 5 de mayo participe en Elche en la carrera de la Copa España y observé varias cosas que me llevan a algunas reflexiones.
    - Los árbitros (supongo), pues nada los diferenciaba de los miembros de la organización (o yo no fui capaz de distinguirlo). Todos tenían móvil, yo supongo que para sus labores de arbitraje u organización.
    - Calculo que la distancia entre árbitros/organización, pues como ya he dicho no los distinguía, puede que estuviese entre 500 y 750 metros.
    Teniendo en cuenta lo anterior pensé en lo siguiente: Si existiese una aplicación móvil donde el árbitro (de identificación n, donde n es simplemente su orden en el circuito) introduce el nº de dorsal y el nº/cod de la infracción, automáticamente el árbitro de orden n+1 (el siguiente) y el Juez árbitro principal reciben notificación de la, digamos, propuesta de sanción; pudiendo el arbitro siguiente observar al marchador cuando pase por su posición y si persiste la infracción, actuar como el anterior árbitro. Produciéndose los mismos automatismos con la diferencia que en la aplicación del juez árbitro principal, el nº de dorsal implicado acumula dos infracciones iguales o distintas. Y Así sucesivamente. A mi me parece un sistema óptimo en el sentido que exige muy poco trabajo al árbitro (introducir dos datos) y la economía y facilidad de uso de los sistemas de telecomunicación de los móviles actuales. Esto naturalmente es solo una primera pincelada de la idea.
    Bueno, no me quiero extender más. Es solo una idea que podría, si no ayudar a mejorar la situación actual, al menos ayudar al debate.
    Un fuerte abrazo Piri y a todos los nordimarchadores.
    Salvador

    ResponderEliminar
  2. Salvador, desde el 2016 lo estamos haciendo: utilizando un grupo de whatsapp para comunicar las sanciones entre árbitros de una competición. La introducción de datos se puede hacer verbalmente, lo cual resulta muy cómodo. Mi punto de vista es que cada árbitro debe observar a TODOS los marchadores y no fijarse en ninguno especialmente. Gracias por tu comentario. Saludos,

    ResponderEliminar

Si estás registrado en este blog, tus comentarios son más que bienvenidos. La moderación de comentarios, por mi parte, se limita a evitar los que falten al respeto mínimo debido a otras personas, y nunca a censurar opiniones contrarias a las mías.