Llevaba unos dias un poco descorazonado. Yo sabía que la inscripción para Nordicartagena 2016 no avanzaría mucho hasta pasado el verano.
En realidad, el abrir la inscripción cuatro meses antes de la competición fue por motivos de inseguridad ante la complejidad de la organización de una prueba específica de marcha nórdica, en un lugar virgen en estas lides, y bastante apartado del circuito normal. Y no me arrepiento de haberlo hecho así. Son muchos los aspectos a tocar, y la gente no reacciona con arreglo a nuestras espectativas, de manera que tener tiempo por delante, no está de más.
Sin embargo, las inscripciones durante junio fueron prometedoras. Mucho mejor de lo que yo anticipaba, sobre todo por parte de la afición murciana. Sólo por esto ya merecía la pena el esfuerzo. A principios de julio completamos las dos docenas de inscritos, pero desde ahí, el número aparecía cruelmente estancado cada día que consultaba mi "panel del organizador".
¡HOY TENEMOS 25! Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para esta competición (recordando la conquista de la luna). Hemos alcanzado la cuarta parte del número máximo propuesto para esta competición, cuando todavía estamos a dos meses de la misma. Pero esto, con ser bueno, no me reconforta tanto como el hecho de que el número 25 inscrito en la prueba sea Pablo Ariza, uno de nuestros mejores competidores nacionales (camiseta a rayas negras y amarillas en la foto previa a la salida de Aranjuez 2016, arriba).
Gracias, Pablo, por inscribirte con tanta antelación (y desatascar la inscrición). Tú sabes bien lo bueno que son estos gestos para la organización de una competición. Será un orgullo tenerte en Nordicartagena 2016 y espero que acabes con ganas de volver el año que viene.
A ver si el resto de la gente de la foto que no se ha apuntado todavía (algunos ya lo han hecho) se va animando.
Pero vengáis o no, no dejéis de disfrutar con vuestros bastones, a pesar del calor. Os recomiendo las pistas de atletismo, donde parece que entre la animación y el verde, se soporta mmejor la canícula. Yo voy casi todas las tardes, a la caída del sol; el cesped y el tartán son una verdadera gozada para un nordimarchador ajado, aunque ilusionado, como yo.
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