La marcha nórdica (MN) debe gran
parte de su popularidad a los beneficios de un mayor gasto energético
y un incremento de la implicación de a parte superior del cuerpo con
respecto a la marcha convencional (MC). Sin embargo, la activación
muscular durante la MN está todavía poco estudiada. En el estudio
que se resume a continuación, Exploring Muscle Activation during
Nordic Walking: A Comparison between Conventional and Uphill Walking,
un equipo de la Universidad de Verona, encabezado por Barbara
Pellegrini, se propuso valorar las diferencias entre la activación
muscular y las respuestas fisiológicas entre la MN y la MC, tanto en
llano como subiendo.
En
una interesante introducción, el estudio afirma que el consumo de
oxígeno por minuto, las pulsaciones por minuto y la concentración
de ácido láctico en sangre parecen ser mayores caminando con
bastones que sin ellos. El consumo energético a una determinada
velocidad es alrededor de un 20% mayor cuando se camina con bastones,
con el global de la diferencia dependiendo de factores técnicos y
relacionados con el material utilizado. El consumo energético se ve
influenciado en gran medida por la ejecución técnica de la MN. Las
mayores diferencias en el consumo energético entre la MC y la MN se
observaron cuando los sujetos estudiados adoptaron una técnica
vigorosa de MN, o cuando perfeccionaron su técnica. El consumo
energético también depende del peso y la longitud del bastón.
Además, el coste energético añadido de utilizar bastones está
relacionado con la superficie e inclinación del terreno.
El
estudio establece la hipótesis, apoyada en sendos estudios
anteriores, de que el mayor consumo energético durante la MN no se
debe ni a una mayor amplitud en el braceo ni al incremento del peso
soportado por las manos, sino a una mayor activación de los músculos
de la parte superior del cuerpo involucrados en la activación de los
bastones, aunque hay pocos estudios comparativos de la actividad
electromiográfica (EMG) entre la MN y la MC, que fue la técnica
utilizada en el trabajo que nos ocupa.
El
estudio, que fue realizado sobre nueve instructores experimentados de
MN, caminando a una velocidad
de 4 km/h, en una cinta, abre nuevas vías de investigación que
analicen distintas velocidades y más grupos musculares y
concluye que cuando practicamos MN se incrementa el consumo de
oxígeno, activan más los músculos
tríceps, dorsal ancho, deltoides y recto abdominal.
Por el contrario se
precisa menor activación de gemelos. En cuanto al terreno en
ascenso, observaron que se activan más los bíceps y el trapecio y
menos los erectores de la columna.
Los
investigadores resaltan que los bastones son de ayuda tanto en
terreno llano como con pendiente y que pueden aliviar
a quienes presenten dolor
de espalda crónico y otras patologías relacionadas, aunque
reconocen que esta afirmación debería confirmarse con nuevos
estudios.
Mi
sincero agradecimiento a Cristina G. Castro, de INWA, siempre pendiente de estos
temas, por avisarnos de la publlicación de tan interesantes
trabajos. El estudio completo, en inglés, en el enlace siguiente:
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