Suelo
comenzar mis cursos de iniciación preguntando a los alumnos qué
piensan ellos que es la marcha nórdica. A lo largo de casi cuarenta
cursos he oído de todo, pero tengo que decir que siempre hay una
nueva definición que me asombra. Desde “quedar con una sueca para
ir de copas el sábado por la noche”, hasta “esquí de fondo sin
nieve”, pasando por la que tanto le gusta a nuestros vecinos de
allende los Pirineos, “andar impulsándose con los cuatro miembros,
con la ayuda de unos bastones”.
Hoy,
mientras hacia mi fartlek nórdico musical de cada día, por aquellas
cosas raras de la mente humana, y porque la marcha nórdica siempre
me anda rondando por ahí arriba, me he entretenido un rato tratando
de perfeccionar la que a mí más me gusta. Y esto es en lo que ha
quedado:
“La
marcha nórdica consiste en andar de forma completa y natural, con
dos bastones utilizados con una técnica que produzca los máximos
beneficios de salud y eficacia del movimiento.”
Dice
el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que
marchar, entre otras cosas, es “Dicho de la tropa: Ir o caminar con
cierto orden y compás.” Asímismo, andar es “Dicho de un ser
animado: Ir de un lugar a otro dando pasos”, mientras que paso es
el “Movimiento regular con que camina un animal con patas,
levantando sus extremidades una a una y sin dar lugar a salto o
suspensión alguna.”
De
todo esto, podríamos colegir que la marcha exige un cierto “aire
marcial”, esto es, una postura grácil y un ritmo vivo, manteniendo
siempre un pie en el suelo, ayudados por un braceo adecuado a la
amplitud y viveza del paso. Esto es lo que quiero decir en mi
definición con el “andar de forma completa y natural”, algo
bastante alejado de lo que solemos hacer a diario, medio arrastrando
los pies, encorvados, con las manos en los bolsillos.
Por
eso, en mis cursos de iniciación a la marcha nórdica, pasamos más
de media hora recapitulando sobre la postura erguida, la
bipedestación perfecta, que tantos siglos le costó a nuestros
antepasados perfeccionar, y el andar completo y natural, parándonos
en cada una de las fases del paso (toma de contacto, carga,
equilibrio, impulso), con un trabajo activo del pie, empezando por el
talón, recorriendo todo el arco plantal, hasta salir por la punta
del dedo gordo.
Pasando
al apartado de beneficios de salud que cito en la definición, el
pie, en ese movimiento activo, trabaja sus más de 30 articulaciones,
al tiempo que produce una acción de “bombeo” que activa la
articulación de retorno de las extremidades inferiores.
Y
todo ello, apoyado por un braceo amplio, generoso, desde el hombro
(es curioso observar cuánta gente bracea sólo desde el codo, sobre
todo mujeres ¿culpa de los bolsos colgados que inmovilizan los
brazos?), la ingeniosa solución inconsciente del cuerpo humano para
compensar de forma natural las variaciones de dirección de la
cintura pélvica con cada paso, utilizando los hombros y los brazos,
ociosos durante la marcha, para, en contra rotación con las caderas,
evitar una deambulación errática.
Los
bastones, en la marcha nórdica, nos permiten, aparte de impulsarnos
también con lo brazos, aportar una “carga” al trabajo de hombros
y brazos, poniendo en movimiento y trabajando con cierta intensidad
los grandes grupos musculares del torso, tan necesarios para el
sostén correcto de la columna vertebral, mientras que la contra
rotación citada en el párrafo anterior nos permite trabajar,
oxigear y en definitiva aportar salud a las más de 60 articulaciones
de dicha columna.
El
movimiento amplio de los brazos, manteniendo el impulso sobre los
bastones más allá de la cadera, nos obligará también a abrir y
cerrar las manos en cada paso, ejercitando así las más de 30
articulaciones de cada mano, al tiempo que favorecemos, con esta
acción, la circulación de retorno de nuestras extremidades
superiores.
Finalmente,
el impulso sobre los bastones, apoyando la acción del pie contrario,
desde que entra en contacto con el suelo hasta que lo abandona,
aporta un plus de apoyo, equilibrio e impulsión que, además de
descargar las extremidades inferiores, supone unos evidentes
beneficios de eficacia en el desplazamiento del nordimarchador.
Pero
lo de menos es la definición y mis elucubraciones teóricas. Lo
importante es que salgas a disfrutar de tus bastones y que
experimentes en tu propio organismo todos estos beneficios.
¿A qué estás
esperando?
Yo estoy esperando a que llegue el sábado y recibir el curso de iniciación. Pero si preguntas que es la marcha nórdica al comienzo del curso creo que me voy a saber la respuesta que te gusta más ;)
ResponderEliminarUn saludo y hasta el sábado.