A lo largo de los cursos de iniciación, mis alumnos suelen quejarse de la cantidad de detalles que les pido que observen, siendo los objetivos de estos cursos que obtengan todos los conocimientos necesarios, no sólo para iniciarse en la práctica de la marcha nórdica, sino, también, para poder progresar de forma autónoma en el perfeccionamiento de la técnica, en la inteligencia de que ese es el camino para obtener los máximos beneficios físicos y de salud de este completo deporte.
Si bien la marcha nórdica es un deporte natural, basado en prácticas sencillas, al alcance de todos, yo suelo utilizar reglas mnemotécnicas para asegurarme de trabajar la totalidad de los diferentes aspectos que coadyuvan al perfeccionamiento técnico y, consecuentemente, a la obtención de los mejores beneficios.
La entrada de hoy tiene por finalidad proporcionar al practicante habitual una de estas reglas que le ayuden en su persecución de la excelencia. Para ello he buscado una regla sencilla (PACO va a la Universidad Autónoma de Barcelona a Cursar Derecho) con la que repasar los diferentes aspectos esenciales de una buena técnica, en una aproximación a la misma distinta de la que utilizamos durante el aprendizaje, pero mucho más racional para el practicante ya iniciado. Espero que os sea tan útil como a mí.
Empezaremos por recordar mi definición preferida de caminata nórdica: Andar de forma natural y completa, utilizando dos bastones con una técnica que nos permita sacarles el máximo rendimiento. Sobre esta definición construyo mis cursos de iniciación y ella es también la base de cualquier perfeccionamiento técnico. Pero veamos a Paco en la UAB cursando Derecho:
Postura erguida. Base de partida fundamental. Cuidándola al caminar obtendremos los máximos beneficios para nuestra columna, la gran olvidada y la que más problemas nos da con la edad y los malos usos.
Andar de forma natural y completa. Al hacer marcha nórdica no hacemos nada distinto de andar de forma natural, pero centrándonos en eso precisamente: andar. Las fotos, los pajaritos, los escaparates, las competiciones, las francachelas, están muy bien, pero nos separan de una práctica eficaz. Paso generoso y trabajo activo del pie, desde el talón, pasando por la cara externa del arco plantar, al metatarso, para abandonar el suelo por la punta del dedo gordo.
Coordinación de piernas y brazos. Tanto en tiempo como en amplitud, cada bastón cae al suelo al mismo tiempo que el talón del pie contrario, y abandona el suelo al tiempo que lo hace dicho pie.
Oscilación completa de brazos.
Desde los hombros, con una mínima flexión en el codo para combatir una innecesaria rigidez.
Con un ángulo de oscilación con bisectriz en la vertical, pasando codo y mano por delante y por detrás de la cadera a cada paso. Una buena prueba de esto es que nos veamos el codo al clavar el bastón y que perdamos de vista la mano tras la cadera al final de cada fase de impulso.
Uso Activo de los Bastones. Agarrando fuerte para clavar y relajando el agarre a continuación para que la acción sobre el bastón pase progresivamente de sujetar con firmeza la empuñadura a apoyar sobre el fiador (dragonera) para completar la oscilación y el empuje hacia atrás, pasando la cadera siempre la mano antes que el codo.
EJEMPLO DE MAL USO
DE BASTONES
Cuando nos concentramos en agarrar fuerte para clavar el otro bastón, la mano del primero se relaja lo suficiente para permitir la transición explicada. Siempre ha de haber un bastón que nos proporcione apoyo, equilibrio y, por la adecuada inclinación del mismo,retención, cuando bajamos pendientes fuertes (>10%), clavando por delante del pie adelantado, o
impulso, en llano, subidas, y bajadas suaves (<10%), clavando por detrás del pie adelantado (aproximadamente en la vertical del hombro), con el brazo estirado (recuerda: viéndote el codo).
Concentración. La buena marca en marcha nórdica no está en la velocidad desarrollada, ni en el tiempo invertido en el recorrido. La mejor marca la conseguimos con los mejores beneficios físicos de nuestra actividad, derivados de la mejor técnica, y la técnica va a depender en gran medida de que mantengamos nuestra atención en lo que estamos haciendo.
Disfrutar. Del plus de impulso y de la consecuente disminución del agotamiento del tren inferior. De la ayuda a la concentración que nos proporciona un ritmo adecuado, sostenido por una música agradable. Del entorno que nos permite apreciar una actividad sosegada. De los beneficios físio-psíquicos de se derivan de la práctica habitual de un ejercicio completo, equilibrado, adaptable y super-saludable. El que más.
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