A
lo largo de la semana pasada he realizado una encuesta por correo
electrónico entre 125 asistentes a mis cursos de iniciación a la
marcha nórdica, perteneciendo la mayoría de los
encuestados a los cursos realizados entre enero de 2018 y marzo de
2019. A pesar de que responder a la encuesta no llevaba más de dos o
tres minutos, sólo uno de cada tres encuestados ha respondido. En
cualquier caso, llantos aparte, incluyo aquí un breve resumen de los
resultados.
La
edad media de quienes han respondido está ligeramente por encima de
los 53 años. Sobre los 52 para las mujeres, que suman casi dos
tercios del total, y sobre los 54 para el tercio correspondiente a
los hombres. Tengo que decir aquí que estos datos se corresponden
bastante con las medias de edad de participantes en mis cursos, e
incluso en competiciones de marcha nórdica, que son las únicas
fuentes estadísticas con las que he contado hasta ahora.
La
primera parte de la encuesta versaba sobre el curso en sí mismo:
valoración, lo mejor, lo peor, con la finalidad de utilizar las
respuestas para mejorarlo, por lo que no procede incluir aquí los
resultados, aunque debo aprovechar la ocasión para agradecer a
quienes respondieron su benevolencia y generosidad.
Sobre
un tercio de quienes han contestado a la encuesta dicen no practicar
marcha nórdica habitualmente, mientras que el 30% practica entre una
y dos horas a la semana, el 20% entre dos y cinco horas, y el 10% más
de cinco horas semanales.
Entre
los practicantes habituales, casi el 60% ha notado algunas mejoras en
su salud desde que practica marcha nórdica, y más del 33% dice
haber notado importantes mejoras en su estado de salud. Todas estas
mejoras se centran mayoritariamente en espalda, rodillas, y
rendimiento físico general, por este orden.
Tan
solo una respuesta atribuye una lesión (inflamación de codos) a la
práctica de marcha nórdica no competitiva, aunque luego el
encuestado dice no estar seguro de la causa.
Algo
más del 22% de los practicantes habituales de marcha nórdica
participan en competiciones. La mitad de ellos dicen haber sufrido
alguna lesión compitiendo o entrenando para competir.
Soy
consciente de que la encuesta, ni por el total de la muestra, ni por
el número de respuestas, da para un trabajo minimamente serio sobre
la práctica actual de la marcha nórdica. Sin embargo, dada la falta
de datos al respecto, pienso que puede ser una referencia inicial
que, como he dicho antes, en términos generales coincide con la idea
que saco de mis trece años de experiencia en este deporte.
Desde
aquí animo a clubes o federaciones que cuenten con datos, a
publicarlos, para beneficio de todos. Y si no los tienen, a procurar
obtenerlos y compartirlos para, contrastándolos, poder llegar a una
visión general más objetiva.
Gracias Piri por compartir con nosotros los resultados de tu encuesta. Mis bastones de marcha nórdica se han convertido en una prolongación de mis brazos cada vez que salgo a caminar o a hacer senderismo y, la verdad, que ya no sé salir sin ellos....
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