sábado, 27 de enero de 2018

El valor principal de la marcha nórdica

La técnica de la Marcha Nórdica (MN) es una herramienta de gran utilidad para el practicante de senderismo, montañismo y carreras de montaña. Sin embargo, el valor principal de la MN reside en su potencialidad como deporte específico, completo, saludable, apto para todos, económico y practicable en cualquier entorno y condición.”

El párrafo anterior figura “todavía” en la declaración de principios del Comité de Marcha Nórdica de la Federación de Montañismo de la Región de Murcia (FMRM). Y entrecomillo “todavía”, porque fue precisamente la falta de cumplimiento de este principio por parte de los miembros del Comité lo que me llevó a dimitir del cargo que en él ocupaba, hace ya un año.

Tampoco la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), casi dos años después de reconocer la marcha nórdica como una de sus especialidades deportivas, parece haber comprendido la grandeza y unicidad de este extraordinario deporte.

En el B.O.E. del pasado 19 de enero, el Consejo Superior de Deportes publica una resolución de 10 de enero por la que, a propuesta de la FEDME, establece el plan formativo de la especialidad deportiva de Marcha Nórdica, en el nivel I, con la finalidad de “garantizar la homogeneidad de la formación de los entrenadores deportivos” de dicha especialidad, sobre un bloque específico de 85 horas lectivas y un periodo de prácticas de 150 horas.

Tras una prueba de acceso, basada en la apreciación de la técnica de MN del aspirante que, curiosamente, será evaluado por cualquiera (Técnico de Media o Alta Montaña, Licenciado o Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas, Técnico en conducción de actividades físicodeportivas en el medio natural) menos por quién debería evaluarlo (un instructor de MN de reconocida experiencia), el futuro técnico de MN recibirá las 85 horas de formación en cinco áreas:

Área 1. Fundamentos de la marcha nórdica: 10 horas de historia, material y beneficios de la MN.
Área 2. Formación técnica y metodología de la enseñanza de la marcha nórdica: 15 horas sobre cómo programar y dirigir una sesión de iniciación a la MN.
Área 3. Conducción en actividades de marcha nórdica: 40 horas de itinerarios, seguridad y conducción de grupos.
Área 4. Medio físico y humano: 15 horas más sobre itinerarios y meteorología.
Área 5. La marcha nórdica a nivel federativo: 5 horas de eventos de promoción deportiva de marcha nórdica.

es decir, que sólo un tercio del tiempo de formación se dedica a la marcha nórdica, y los otros dos, a asuntos que no tienen nada que ver con esta disciplina, y que entran de lleno en otros ciclos formativos de la FEDME, relacionados con el senderismo y el montañismo. No puedo entender esta mezcolanza. Imagino que la formación reglada exige un mínimo de horas que hay que “rellenar”, pero de ser así, se me ocurre que mucho más útil para el futuro instructor, y sobre todo para sus futuros alumnos, sería dedicar ese tiempo a mejorar sus conocimientos de anatomía y morfología humanas.

Con la mitad del tiempo específico dedicado a la MN, en cualquiera de los cursos de instructor que he recibido he tenido formación más que suficiente para poder desempeñarme como instructor de este deporte (1700 alumnos formados hasta la fecha). Como decía al principio, creo que la FEDME no ha entendido la unicidad de la MN ni su valor como deporte específico, completo, saludable, apto para todos, económico y practicable en cualquier entorno y condición. Salir al monte, en grupo, con bastones o sin ellos, está muy bien, y yo a veces lo hago, pero eso no es marcha nórdica, tiene otros nombres, ... es otra cosa … vamos, creo yo.

Esta misma falta de comprensión de nuestro deporte se refleja también en el actual Reglamento de Competiciones de Marcha Nórdica que, a pesar de los tibios cambios incorporados (http://nordicartagena.blogspot.com.es/2018/01/comentarios-sobre-el-reglamento-de.html), parece seguir primando la utilización de recorridos en montaña, poco adecuados para la práctica y la exigencia de una buena técnica de MN, demasiado largos para el cabal enjuicimiento técnico por un número razonable de árbitros, que resulte económicamente asequible para el organizador de la competición. Árbitros que tienen que realizar su difícil labor de apreciación técnica a simple vista, peligrosamente montados en una bicicleta, o viendo pasar a los competidores un número demasiado limitado de veces, debiendo aventurar un juicio unipersonal que puede significar su descalificación o la anulación de sus justas expectativas. Y con competidores sometidos a una exigencia técnica que las características del terreno no favorecen, enjuiciados por pocos y poco experimentados árbitros que les han de aplicar un reglamento poco claro, de forma individual, conscientes del daño que les pueden ocasionar por una injusta sanción y, por tanto, lógicamente reacios a una puntual aplicación de dicho reglamento.

Acabo de asistir en Madrid a un curso de reciclaje de árbitros de marcha nórdica de la FEDME. Mi serio y sincero involucramiento en el estudio y desarrollo de normativa sobre organización y arbitraje de competiciones de marcha nórdica, desde hace años, me han llevado a intentar participar activamente en la revisión del reglamento actual. Aunque algunas de mis aportaciones han sido recogidas en la nueva versión, esta sigue sin ser, ni con mucho, mínimamente aceptable, para mí. El reglamento actual continúa incluyendo conceptos difusos y contradictorios, que no permite una buena actuación arbitral. Pero, sobre todo, sigue careciendo de una apreciación correcta de la unicidad de la MN, distinta de las carreras por montaña y otras competiciones de la FEDME, y sin reflejar la necesidad de organizar las competiciones en circuitos reducidos (no más de 2,5 km), de perfil y superficie adecuados a su exigencia técnica, con sanciones colegiadas, lo más alejadas posible del probable error de apreciación de un sólo árbitro. En tanto el reglamento de competición no recoja estos mínimos, como competidor, puedo someterme voluntariamente a su imperfección, aceptarla y sufrirla, pero como árbitro y organizador, me siento moral y prácticamente incapaz de someter a otros a sus deficiencias y arbitrariedad.

Este año, por tanto, seguiré participando como competidor en algunas pruebas, observando, recopilando información y experiencia y, si me dejan y me lo siguen pidiendo, dando mi opinión y consejo sobre nuevos cambios a introducir, aunque, no creo que se aparten mucho de lo dicho en el párrafo anterior. Sinceramente espero que la próxima revisión nos proporcione un reglamento bastante mejor que el actual, a la altura de este único y extraordinario deporte de mis entretelas.



2 comentarios:

  1. En el tono de la entrada detecto un cierto pesar..., por no ser más contundente con el calificativo :)

    Estoy muy de acuerdo con lo que dices, como no podría ser de otra manera, la marcha nórdica es lo que es y no lo que desde determinados estamentos se pretende que sea. Al final a los futuros instructores de marcha nórdica se les da una formación que quiere cumplir con determinados requisitos, pero en definitiva lo que hay detrás es un intento más o menos claro de que para tener un "título" hay que pasar por caja. No dudo de que muchos, la inmensa mayoría de los que tengan ese título, serán magníficos instructores, pero tampoco dudo de que hay extraordinarios instructores, igual que hay extraordinarios árbitros y extraordinarios competidores que no han recibido ningún curso para ser árbitros o competidores. A mí me parece que la marcha nórdica es bastante más sencilla de lo que pretenden hacernos ver, pero bueno, allá cada cual. Abrazos desde Aranjuez.

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  2. Creo que llevas mucha razón en todo lo que dices. La marcha nórdica es mucho más sencilla de lo que nos quieren "vender". Se puede disfrutar desde el primer minuto y el perfeccionamiento de la técnica depende mucho de cada practicante, y poco del número de cursos que te pagues.

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