Desde
el mismo comienzo de la corta andadura de la marcha nórdica
competitiva (MNC) he observado y denunciado en varias ocasiones la
inquina y el desdén con que se trata a la marcha atlética desde
nuestras filas. Este irracional sentimiento, viene sin duda motivado
por el miedo a que atletas que vienen del mundo de la primera puedan
desbancar a los formados en nuestro deporte, o establecer marcas
inalcanzables para los nordimarchadores “puros”, por llamarles de
alguna forma que los diferencie de los procedentes de la marcha
atlética.
En
el enlace siguiente
http://nordicartagena.blogspot.com.es/2015/09/marcha-atletica-y-marcha-nordica.html
publiqué en este mismo blog, en septiembre del 2015, una entrada
explicando las similitudes existentes entre la marcha atlética (MA)
y la marcha nórdica (MN), apoyada en figuras, a la que remito al
lector interesado en este tema. No se trata aquí, pues, de repetir
algo ya explicado, sino de tratar de demostrar la incongruencia y
perjuicios de no aceptar, y aprovechar, dicha similitud.
Y
para hacerlo, seguiremos un poco la pista a la evolución del
reglamento galo de competiciones de marcha nórdica, porque no somos
nosotros los únicos que hemos caído en este error, y posiblemente
haya tenido parte de culpa nuestra tendencia a copiar cosas de
allende los Pirineos, sin pararnos mucho a cuestionar razones y
consecuencias.
Los
franceses también comenzaron su andadura por la MNC demonizando todo
lo que tuviese que ver con la MA. Sin embargo, y eso no lo hemos
copiado, su reglamento de competición ha evolucionado y ahora, todo
lo que vetan es que “la pierna de apoyo esté bloqueada al pasar el
centro de gravedad sobre ella” (ver otra entrada de este blog de
julio del 2016,
http://nordicartagena.blogspot.com.es/2016/07/reglas-tecnicas-de-la-marchanordica.html).
Esto, al menos, es algo que los árbitros pueden intentar observar,
porque ¿cómo comprueban que un nordimarchador no hace MA?, o mejor
aún, ¿qué es la marcha atlética?
Despreciar
un deporte tan similar al nuestro es un craso error. Ellos nos
llevan más de 100 años de ventaja y experiencia en estos temas de
tratar de competir con la mayor rapidez, sin correr, es decir, sin
que en ningún momento se encuentren los dos pies del competidor en
el aire. Si no utilizamos su experiencia, estamos llamados a cometer
los mismos errores y a perder los próximos 100 años para
encontrarnos en el lugar que ellos se encuentran ahora.
Y,
¿dónde se encuentra la MA ahora? La MA es actualmente un deporte
bien desarrollado pero con un gran problema: el arbitraje.
Cualquiera que sea aficionado al atletismo y observador de
competiciones de MA, podrá constatar, como yo mismo, que en todas
las competiciones de MA se puede “cazar” a cualquiera de los que
hacen podium con los dos pies en el aire. Sólo tenemos que visionar
un video a cámara lenta o detenerlo cuando queramos. Y esto no es
porque los árbitros no tengan experiencia o no pongan interés. Es
que, simplemente, observar
a simple vista si un marchador tiene los dos pies en el aire o no, es
algo sumamente difícil.
Por
esta dificultad de observar “a simple vista”, es por lo que se
estableció la regla, ahora estigmatizada por el reglamento de MNC
francés, de tener la pierna de apoyo bloqueada en el momento en que
el centro de gravedad del marchador pasa sobre ella.
En
la biodinámica de la carrera, el corredor, durante la fase de carga,
cuando su CG pasa sobre la pierna de apoyo, esta pierna tiene
flexiones articulares en cadera, rodilla y tobillo que le permitirán,
en la fase de impulso, con la extensión de todas ellas, realizar una
fase de vuelo, con los dos pies en el aire, hasta caer con el pie
contrario en la fase de toma de contacto (ver
pierna de apoyo del corredor de zapatillas blancas).
Si
todas las articulaciones de la pierna de apoyo están bloqueadas en
la fase de carga, es mucho más difícil que el marchador “vuele”
tras la fase de impulso, que realizará sólo con el pie. Difícil,
sí, pero no imposible, como se puede observar en los videos
mencionados, ya que el perfeccionamiento de la técnica ha llevado a
los marchadores a conseguir velocidades que les permiten, por
inercia, volar a pesar
del bloqueo de la pierna de apoyo.
Los
franceses (y ahora nosotros, en el reglamento de la FEDME), una vez
prohibido el bloqueo de la pierna de apoyo, siempre por la irracional
anatemización
inicial de
la MA, sienten la necesidad de limitar la posibilidad de vuelo del
nordimarchador, y así, lo obligan a hiperextender la pierna de
impulso al final de esta fase. Intento baladí, e irracional, dónde
los haya; si favorecemos la flexión, aunque sea leve, de la pierna
de apoyo (y eso es lo que hacemos a prohibir su bloqueo), estamos
favoreciendo el posterior
vuelo del marchador.
Entiendo que este irreflexivo intento francés se debe, como he
explicado, a la necesidad de pasar de conceptos “esotéricos”
como prohibir la marcha atlética, a otros más dignos de figurar en
un reglamento que se precie, como el mencionado de no bloquear la
pierna, en un tan loable
como inútil intento de no perder la naturalidad de la marcha en la
MNC. Simplemente se olvidan de que andar más
rápido que
los demás no es algo
natural … para eso inventó el ser humano la carrera.
O
sea, que en lugar de prohibir el bloqueo de la pierna de apoyo,
deberíamos copiar el reglamento de la MA, si queremos ayudar a los
árbitros en su difícil papel de controlar “a simple vista” que
los nordimarchadores no corren. Y
olvidarnos de la “naturalidad” en una competición de marcha
nórdica. Los italianos todavía lo complican más y andan más
lejos de una solución, cuando lo que prohiben es “mover
excesivamente las caderas” !!?? Alguien tendrá que explicarle a
sus árbitros qué es excesivo y qué no. Excesivo, demasiado,
exagerado, son términos que, simplemente, no caben en un reglamento
que se precie de serlo.
Algunas
cosas hemos aprendido (franceses y algo nosotros), aunque a
regañadientes, de los “odiados” (yo diría “temidos”)
marchadores. La necesidad de dos dorsales en la competición, la no
utilización de camisetas de distinto color en delantera y trasera,
la utilización
de tableros de amonestaciones, la conveniencia de competir en
circuitos limitados en longitud y desnivel, … pero todavía tienen
(ellos y más nosotros), que aprender mucho de las competiciones de
MA. Por ejemplo, la necesidad de no sancionar en las amonestaciones,
dado el alto índice de error del juicio arbitral que se deduce de la
observación de los videos de las competiciones. Como figura en el
Reglamento de Competiciones de Marcha Nórdica de la Federación de
Montañismo de la Región de Murcia (el único reglamento regional
que no se utilizó como bibliografía a la hora de hacer el de la
FEDME) y en las competiciones de Aranjuez y Cartagena, para
descalificar a un competidor son necesarias tres amonestaciones, de
al menos dos árbitros diferentes, y las amonestaciones son sólo
eso, advertencias (según
nuestro tan frecuentemente
ignorado Diccionario) y no
sanciones.
En
la MA tienen pocas posibilidades de salir de la “trampa” de la
observación “a simple vista”, a pesar de encontrarnos en el
siglo XXI, con todos los medios técnicos de que podrían disponer
sus árbitros (circuitos cerrados de televisión, drones, sensores en
las zapatillas). Si ahora los utilizaran, no se volvería a batir
una marca de MA en varios siglos. Sin embargo, nosotros aún no
tenemos marcas. Yo no soy técnico, pero resulta fácil suponer que
todos estos medios no deben
ser excesivamente caros
para competiciones oficiales y su utilización facilitaría
enormemente el papel de los árbitros. Pero hay que molestarse en
investigar y trabajar el asunto, y la FEDME no parece estar por la
labor.
Y
esto es la parte fácil del enjuiciamiento técnico de la MNC, porque
los videos observados (y puedo asegurar que llevo unas
cuantas
horas) me demuestran que, a pesar de la ligereza con que se acusa a
tal o cual de correr o trotar, casi nadie lo hace. Pero, amigo, la
otra regla, la de mantener siempre al menos un bastón en el aire (a
ver si el reglamento de la FEDME lo redacta correctamente de una
vez), esa sí que es realmente imposible de observar “a simple
vista”. Para las competiciones de Aranjuez y Cartagena, durante
los cursos de formación de sus árbitros, desarrollamos una serie de
“indicadores observables”
de esta falta (manos por
encima de las caderas, bastones apoyados tras el pie retrasado,
descoordinación pie-bastón) que en los videos observados daban como
resultado la subsiguiente
coincidencia de los dos
bastones en el aire. Pero o estos indicadores se incluyen en el
reglamento como faltas sancionables, o siempre quedará la duda de si
estamos sancionando a alguien indebidamente, porque, los dos bastones
en el aire, que es lo que ahora se sanciona, casi nunca los vamos a
ver, a pesar de que sea la falta más común observable en los videos
de competiciones, en que
la mayoría de los competidores incurren.
Habiendo
practicado esgrima durante unos
años, sé por experiencia
que no debe ser
muy difícil, ni caro, dotar a los bastones de los competidores de un
sistema que evidencie la coincidencia en el aire de ambos bastones
mediante, por ejemplo,
una señal luminosa fácilmente observable por los árbitros. Ese
mismo sistema debería activarse si la presión del bastón sobre el
suelo no se ejerciese con una fuerza mínima y/o durante un período
de tiempo adecuado, en cada paso. Con esto solucionaríamos todo el
tema del uso adecuado de los bastones, que ahora relegamos a la
obsrvación de si la mano pasa o no de la cadera, lo que no siempre
es garantía una buena utilización de
dichos bastones.
En
fin, nadie ha dicho que la marcha nórdica competitiva sea un asunto
fácil de manejar. Tampoco digo que haya que desarrollar todos estos
medios técnicos antes de poder hacer competiciones. Tan sólo
intento reflejar en estas líneas que hay trabajo que se debería
estar haciendo ya
y que, mientras tanto, debemos aprender de quienes nos llevan un
siglo de ventaja en esto de competir andando, y de
paso, poner algo más de
sensatez en la elaboración de nuestros reglamentos.
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