sábado, 8 de noviembre de 2014

Andar Sano

(Atendiendo a inquietudes y peticiones de algunos andarines y marchadores, incluyo en el blog esta entrada.  Los que ya conocéis mi trabajo "Andar Sano" os podéis ahorrar su lectura.)
 
El senderismo no es una forma de preparación física en sí mismo, aunque, sin duda, reporta una interminable lista de obvios beneficios psicofísicos al que lo practica con asiduidad. El disfrute de la naturaleza, la libertad del campo abierto, lejos del aire viciado de nuestros entornos habituales, la belleza del paisaje nuevo, la recompensa del esfuerzo y el alcanzar la meta propuesta son probablemente el primer objetivo del andarín, aunque algunas veces esta actividad se inicie por “prescripción facultativa” debido a sus repercusiones positivas sobre el propio organismo.

También, como cualquier otra actividad física, el senderismo puede producir algunas consecuencias no deseadas. Una actividad física desproporcionada para nuestra edad y, sobre todo, para nuestra condición física o de salud, puede agravar insuficiencias funcionales preexistentes. La intensidad o duración del esfuerzo, el peso acarreado, así como el perfil del recorrido y la naturaleza del suelo, pueden causar lesiones a largo o corto plazo, dependiendo siempre de la proporción entre nuestras posibilidades reales y lo que nos exigimos. 

Hay dos factores que influyen, cada vez más sobre la actividad física realizada mediante el senderismo. Por un lado, el sedentarismo propio de la sociedad de bienestar en que vivimos nos ha llevado a mantener, durante la mayor parte de nuestra vida, grados de actividad y posturas en las que nuestros principales grupos musculares, incluido el corazón, están fuera de tono, o con una actividad mínima. Por otra parte, la sensación de placer y libertad que experimentamos en contacto con la naturaleza, tan ajena a nuestra vida cotidiana, y el poco tiempo que nuestras obligaciones nos permiten disfrutarla, nos lleva con frecuencia a “descontrolarnos” cuando salimos al campo o la montaña, sin medir demasiado las consecuencias de esos excesos semanales, en el mejor de los casos, o incluso meramente vacacionales.

En un sucinto trabajo, "Andar Sano", publicado en Bubok, propongo al andarín una serie de consejos básicos que le permitan un mayor disfrute de sus oportunidades de contacto con la naturaleza, asegurándole unos mayores beneficios físicos del esfuerzo realizado, minimizando sus efectos negativos. Para mayor facilidad de consulta y estructuración del contenido, el citado trabajo está dividido en cuatro partes. La primera, antes de la marcha, trata sobre el acondicionamiento del organismo para un ejercicio que supera nuestra actividad física cotidiana. La segunda parte se propone el aprovechamiento de la actividad física realizada, complementada mediante la ejercitación de los principales grupos musculares, para proporcionar mejoras físicas más perdurables, así como la readaptación del cuerpo a una actividad física menor, mediante una serie de ejercicios realizados después de la marcha. La tercera parte incluye una serie de actividades aconsejables durante la realización del recorrido, dirigidas tanto a la relajación de los grupos musculares más cargados, como a la realización de actividades complementarias durante la marcha, que hagan más completo el ejercicio realizado durante la jornada completa. A continuación, he incluido un apartado de consejos prácticos que, por su simplicidad, puede ser fácil tener presentes a modo de decálogo para nuestras excursiones. Finalmente, convencido de los beneficios físicos que reportan al andarín la utilización habitual de bastones y a la vista de las dudas sobre su utilización, me he decidido a incluir un apartado sobre marcha con bastones.  Este último apartado puede resultar especialmente atractivo y útil para los que sientan curiosidad por la marcha nórdica, así como para los que habiéndose iniciado en esta beneficiosa actividad necesiten repasar los fundamentos de la técnica ALFA.

Este trabajo va dirigido a andarines en general, sin necesidad de que tengan conocimientos especiales de anatomía o educación física. Por esa razón, he huido de terminología técnica, utilizando en su lugar expresiones simples que puedan ayudar al lector a una mejor interpretación de ejercicios y sensaciones. Por último, quiero añadir que los ejercicios presentados son sólo una base de partida para no iniciados. Realizados en su totalidad, una vez mecanizados, no deben llevarnos más de 6-7 minutos antes de la marcha, 3-5 en los descansos, ni 10-15 al finalizar. La experiencia personal aconsejará a cada uno la sustitución de unos ejercicios por otros, ... su prolongación o acortamiento.

En http://www.bubok.es/libros/227505/Andar-Sano podéis descargar gratis este folleto.
Que lo disfrutéis….

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