jueves, 7 de agosto de 2025

LESIONES ATRIBUÍDAS A LA MARCHA NÓRDICA

 En estos últimos días, en los que una operación de rodilla de mi mujer me ha mantenido apartado de este blog, tan sólo he podidio acceder a algunos comentarios de FB (intento no dejar de leer, entre otros, los de mi maestro Mariano Moreno que, aunque ha divesificado bastante su área de interés, sigue manteniendo bastante atención sobre la marcha nórdica).

En una de sus últimas emtradas hablaba de un tema que muchos amantes de este deporte tienen como "tabú" y es que, como nos hartamos de hablar de los innumerables (y ciertos) beneficios de la marcha nórdica, parece que si admitimos que puedan existir lesiones durante su práctica, le quitamos prestigio a esta actividad.

Y es que, tal como decía en el Capítulo 9 de mi https://www.bubok.es/libros/263433/TEORIA-Y-PRACTICA-DE-LA-MARCHA-NORDICA, dedicado precisamente a este asunto, la marcha nórdica tiene, como cualquier actividad humana, sus aspectos negativos. Hasta ahora, en nuestro afán por promocionar la práctica de este nuevo deporte, tan completo, racional y saludable (para mí, el que más), hemos hecho como esos padres super-protectores que negando los defectos obvios de sus hijos creen, insensatamente, protegerlos de los mismos.

La marcha nórdica exige un esfuerzo de prácticamente toda nuestra anatomía, incluyendo algunas partes de la misma que suelen estar poco trabajadas y son, por tanto, más sensibles a esta nueva y (normalmente) tardía exigencia. Por otro lado, ya hemos visto que la marcha nórdica, siendo tan equilibrada y racional, nos permite practicar durante más tiempo que otros deportes que sobrecargan rápidamente alguna parte concreta de nuestro organismo. Si a todo esto añadimos que la media de edad de los practicantes de marcha nórdica está por encima de los 55 años, debemos admitir que no es nada extraño que este deporte pueda tener algún efecto negativo para quienes lo practiquen de forma habitual, ... sin tomar las debidas precauciones.

En el enlace http://nordicartagena.blogspot.com/2017/08/marcha-nordica-salud-y-sensatez.html hablo de la sensación de “superpoder” que la marcha nórdica puede inducir en un nuevo practicante, que llega a este deporte por “prescripción facultativa”, tras una importante afección o intervención quirúrgica, por insuficiencias cardíacas o respiratorias, sobrepeso, poco entrenado o lesionado por prácticas abusivas o irracionales de otros deportesPero en este blog he advertido repetidamente sobre los peligros de una práctica irracional (competiciones, quedadas multitudinarias, ultras,…), y en el enlace anterior también traté sobre los peligros de utilizar material defectuoso o inapropiado, así que cuadra ahora hablar de lo que menciono al comienzo del párrafo anterior, es decir, de aquellas partes de nuestra anatomía que, por poco trabajadas, pueden resultar más sensibles a una práctica intensiva de este deporte. En mi experiencia, hablo de los codos, los hombros y las caderas.

El continuo apoyo, tracción y empuje sobre los bastones, convierte una práctica habitual de 10 km de marcha nórdica, en más de 13000 esfuerzos sobre los bastones, que gravitan principalmente sobre los codos, una articulación que, a excepción de tenistas, golfistas y ciertos trabajos de percusión, está poco acostumbrada a tal estrés. Así, a lo largo de mis años de práctica habitual, yo he desarrollado, sucesivamente, una epicondilitis (codo de tenista) y una epitrocleitis (codo de golfista)… mejor dicho, empe a desarrollar… porque (y esto es una de las mejores cosas de este deporte), mientras que en otros deportes, como correr, cuando notamos una tendinitis, el daño ya está hecho, la marcha nórdica te deja ver venir las lesiones desde lejos, dándote más tiempo para reaccionar y evitarlas, algo que se puede conseguir normalmente huyendo de posturas no naturales de aquellas regiones anatómicas que nos avisan con molestias, fortaleciendo la zona en peligro, disminuyendo la intensidad o la forma de realizar el esfuerzo, repartiéndolo entre los otros tres miembros no afectados, intensificando los calentamientos y estiramientos en esa región, y recuperándola mediante masajes, frio, reposo y, si llega a ser necesario, un tratamiento antiinflamatorio.

Algo similar se puede decir de los hombros, ya mencionados por la variedad y complejidad de sus movimientos. La marcha nórdica es un ejercicio ideal para su recuperación tras intervenciones quirúrgicas, fortalecimiento y mantenimiento de su movilidad articular, sin embargo, debemos prestar atención a las señales de peligro que nos manda nuestro organismo cuando cometemos excesos físicos: el agotamiento y el dolor. El primero nos indica que estamos rebasando nuestra preparación física en el volumen o en la intensidad del esfuerzo realizado, y que hemos de dar un pasito atrás en alguno de estos dos aspectos de nuestra práctica habitual para no dañarnos. En cuanto al dolor, éste no es más que un indicador de que estamos haciendo algo técnica­mente mal ejecutado, con un material no adecuado o excediendo la preparación física actual de un determinado grupo muscular o articulación. Por la lenta evolución de las lesiones en este deporte, mencionada en el párrafo anterior, normalmente disponemos de capacidad de corrección y reacción antes de que se produzca la lesión. En el enlace siguiente trato en mayor detalle este interesante asunto http://nordicartagena.blogspot.com/2019/03/el-lento-desarrollo-de-las-lesiones-en.html.

El movimiento de rotación de las caderas exigido por un paso más largo de lo normal, al que nos lleva de forma indefectible el perfeccionamiento de la técnica (prolongando la acción sobre los bastones por detrás de la cadera)fue ampliamente tratado en la entrada de este blog que se puede ver en el enlace siguiente http://nordicartagena.blogspot.com/2019/04/mueve-tus-caderas.html. Muchos practicantes habituales de marcha atlética y saltadores de vallas desarrollan, como me pasó a mí, una cadera en resorte, un chasquido audible producido por la tensión de la cintilla iliotibial al pasar rozando el trocanter del fémur durante la andadura. No es doloroso y, de nuevo, gracias al preaviso benéfico de la marcha nórdica, es absolutamente controlable fortaleciendo convenientemente la zona, trabajando la movilidad de la cintura pélvica, intensificando los calentamientos y estiramientos de dicha zona y (he observado personalmente) utilizando mallas elásticas que proporcionen una buena sujeción, en lugar de los típicos pantalones de running de pata ancha.

Las muñecas también pueden ser uno de esos puntos débiles del nordimarchador, al ser el lugar de paso obligado de los tendones de todos los músculos flexores y extensores de los dedos, que tanto trabajan en nuestro deporte. El huir de posturas forzadas, la utilización de bastones de senderismo, en lugar de los típicos de marcha nórdica, el uso de guantes que añadan sujeción a esta zona, y los consejos de calentamiento, fortalecimiento y estiramiento apuntados en los párrafos anteriores, también son de aplicación aquí.

Un caso muy especial de lesión es la rotura de escafoides o algún otro hueso del carpo o metacarpo, producido por la caída al suelo del nordimarchador que utiliza un bastón "específico" de marcha nórdica. Los fiadores de estos bastones hacen que, en caso de caída, el acto reflejo de intentar amortiguarla poniendo las manos abiertas en el suelo, hace que todo nuestro peso caiga violentamente sobre dichas manos, forzosamente apoyadas sobre las empuñaduras por la acción de dichos fiadores, dando como resultado la lesión descrita. Esta es la peincipal razón por la que recomiendo encarecidamente la utilización de bastones de senderismo para la práctica de la marcha nórdica, algo que yo llevo haciendo desde hace muchos años, sin que mi técnica se haya visto perjudicada por ello (yo diría que todo lo contrario). Esta recomendación se hace mucho más perentoria en la práctica en montaña, donde se incrementa sensiblemente el riesgo de caída. En el enlace siguiente abundo más en el tema, explicando la forma de encarar los fiadores de estos bastones para su perfecta utilización en marcha nórdica http://nordicartagena.blogspot.com/2017/05/marcha-nordica-en-montana-i-bastones.html.

Como he repetido muchas veces, "la marcha nórdica es un bálsamo, pero no es el Bálsamo de Fierabrás. La marcha nórdica es salud, pero tiene aspectos negativos si no hacemos caso a las señales que nos manda nuestro organismo, o si la practicamos obviando esa otra bendición que debe presidir todas nuestras actividades: la sensatez. Creo que ha pasado ya el tiempo de esconder la cabeza en la arena, cual avestruz, ante posibles aspectos negativos de la práctica habitual de este deporte. Reconocerlos es el primer paso para corregirlos porque, a diferencia de otros deportes, la marcha nórdica avisa con suficiente antelación y nos da buenas oportunidades de prevenir, antes que tener que curar. Con todo, si examinamos atentamente el momento en que se produce la lesión, llegaremos probablemente a la conclusión de que no ha sido la marcha nórdica sino nuestra falta de concentración o sensatez, la causante de la misma.

No dejes de sacar los bastones del paragüero.  Recuerda que 

"¡¡¡¡CONTRA EL DOLOR, LA MARCHA NÓRDICA!!!!"  

(¿os acordáis de esta hormiguita?)

... con cabeza ...



miércoles, 22 de noviembre de 2023

MI VISIÓN DE LA MARCHA NÓRDICA - LAS LESIONES DE ESTE DEPORTE

La marcha nórdica tiene, como cualquier actividad humana, sus aspectos negativos. Hasta ahora, en nuestro afán por promocionar la práctica de este nuevo deporte, tan completo, racional y saludable (para mí, el que más), hemos hecho como esos padres super-protectores que negando los defectos obvios de sus hijos creen, insensatamente, protegerlos de los mismos.

La marcha nórdica exige un esfuerzo de, prácticamente, toda nuestra anatomía, incluyendo algunas partes de la misma que suelen estar poco trabajadas y son, por tanto, más sensibles a esta nueva y tardía exigencia. Por otro lado, ya hemos visto que la marcha nórdica, siendo tan equilibrada y racional, nos permite practicar durante más tiempo que otros deportes que sobrecargan rápidamente alguna parte concreta de nuestro organismo. Si a todo esto añadimos que la media de edad de los practicantes de marcha nórdica está por encima de los 55 años, debemos admitir que no es nada extraño que este deporte pueda tener algún efecto negativo para quienes lo practiquen de forma habitual ... sin tomar las debidas precauciones.

En el enlace http://nordicartagena.blogspot.com/2017/08/marcha-nordica-salud-y-sensatez.html hablo de la sensación de “superpoder” que la marcha nórdica puede inducir en un nuevo practicante, que llega a este deporte por “prescripción facultativa”, tras una importante afección o intervención quirúrgica, por insuficiencias cardíacas o respiratorias, sobrepeso, poco entrenado o lesionado por prácticas abusivas o irracionales de otros deportes. Pero en este trabajo ya he advertido de los peligros de una práctica irracional (competiciones, quedadas, ultras,…), y en el enlace anterior también traté sobre los peligros de utilizar material defectuoso o inapropiado, así que cuadra ahora hablar de lo que menciono al comienzo del párrafo anterior, es decir, de aquellas partes de nuestra anatomía que, por poco trabajadas, pueden resultar más sensibles a una práctica intensiva de este deporte. En mi experiencia, hablo de los codos, los hombros y las caderas.

El continuo apoyo, tracción y empuje sobre los bastones, convierte una práctica habitual de 10 km de marcha nórdica, en más de 13000 esfuerzos sobre los bastones, que gravitan principalmente sobre los codos, una articulación que, a excepción de tenistas, golfistas y ciertos trabajos de percusión, está poco acostumbrada a tal estrés. Así, a lo largo de mis años de práctica habitual, yo he desarrollado, sucesivamente, una epicondilitis (codo de tenista) y una epitrocleitis (codo de golfista) … mejor dicho, empecé a desarrollar … porque (y esto es una de las mejores cosas de este deporte), mientras que en actividades físicas, como correr, cuando notamos una tendinitis, el daño ya está hecho, la marcha nórdica te deja ver venir las lesiones de lejos, dándote más tiempo para reaccionar y evitarlas, algo que se puede conseguir normalmente huyendo de posturas no naturales de aquellas regiones anatómicas que nos avisan con molestias, fortaleciendo la zona en peligro, disminuyendo la intensidad o la forma de realizar el esfuerzo, repartiéndolo entre los otros tres miembros no afectados, intensificando los calentamientos y estiramientos en esa región, y recuperándola mediante masajes, frio, reposo y, si llega a ser necesario, un tratamiento antiinflamatorio.

Algo similar se puede decir de los hombros, ya mencionados por la variedad y complejidad de sus movimientos. La marcha nórdica es un ejercicio ideal para su recuperación tras intervenciones quirúrgicas, fortalecimiento y mantenimiento de su movilidad articular, sin embargo, debemos prestar atención a las señales de peligro que nos manda nuestro organismo cuando cometemos excesos físicos: el agotamiento y el dolor. El primero nos indica que estamos rebasando nuestra preparación física en el volumen o en la intensidad del esfuerzo realizado, y que hemos de dar un pasito atrás en alguno de estos dos aspectos de nuestra práctica habitual para no dañarnos. En cuanto al dolor, éste no es más que un indicador de que estamos haciendo algo técnica­mente mal ejecutado, con un material no adecuado o excediendo la preparación física actual de un determinado grupo muscular o articulación. Por la lenta evolución de las lesiones en este deporte, mencionada en el párrafo anterior, disponemos de capacidad de corrección y reacción antes de que se produzca la lesión ¡aprovechémosla! En el enlace siguiente trato en detalle este interesante asunto http://nordicartagena.blogspot.com/2019/03/el-lento-desarrollo-de-las-lesiones-en.html.E

El movimiento de rotación de las caderas exigido por un paso más largo de lo normal, al que nos lleva de forma indefectible el perfeccionamiento de la técnica (prolongando la acción sobre los bastones por detrás de la cadera), fue ampliamente tratado en el enlace que se muestra a continuación http://nordicartagena.blogspot.com/2019/04/mueve-tus-caderas.html. Muchos practicantes habituales de marcha atlética y saltadores de vallas desarrollan, como me pasó a mí, una cadera en resorte, un chasquido audible producido por la tensión de la cintilla iliotibial al pasar rozando el trocanter del fémur durante la andadura. No es doloroso y, de nuevo, gracias al preaviso benéfico de la marcha nórdica, es absolutamente controlable fortaleciendo convenientemente la zona, trabajando la movilidad de la cintura pélvica, intensificando los calentamientos y estiramientos de dicha zona y (he observado personalmente) utilizando mallas elásticas que proporcionen una buena sujeción, en lugar de los típicos pantalones de running de pata ancha.

Las muñecas también pueden ser uno de esos puntos débiles del nordimarchador, al ser el lugar de paso obligado de los tendones de todos los músculos flexores y extensores de los dedos, que tanto trabajan en nuestro deporte. El huir de posturas forzadas, la utilización de bastones de senderismo, en lugar de los típicos de marcha nórdica, el uso de guantes que añadan sujeción a esta zona, y los consejos de calentamiento, fortalecimiento y estiramiento apuntados en los párrafos anteriores, también son de aplicación aquí.

Un caso muy especial de lesión es la rotura de escafoides o algún otro hueso del carpo o metacarpo, producida por la caída al suelo del nordimarchador que utiliza un bastón “específico” de marcha nórdica. Los fiadores (tipo guantelete) de estos bastones hacen que, en caso de caída, el acto reflejo de intentar amortiguarla poniendo las manos abiertas en el suelo, hace que todo nuestro peso caiga violentamente sobre dichas manos, forzosamente apoyadas sobre las empuñaduras por la acción de dichos fiadores, dando como resultado la lesión descrita. Esta es la razón por la que recomiendo encarecidamente la utilización de bastones de senderismo para la práctica de la marcha nórdica, algo que yo llevo haciendo desde hace años, sin que mi técnica se haya visto perjudicada por ello (yo diría que todo lo contrario). Esta recomendación se hace mucho más perentoria en la práctica en montaña, donde se incrementa sensiblemente el riesgo de caída. En el enlace siguiente abundo más en el tema, explicando la forma de encarar los fiadores de estos bastones para su perfecta utilización en nuestra práctica de marcha nórdica http://nordicartagena.blogspot.com/2017/05/marcha-nordica-en-montana-i-bastones.html.

Como he dicho repetidamentela marcha nórdica es un bálsamo, pero no es el Bálsamo de Fierabrás. La marcha nórdica es salud, pero tiene aspectos negativos si no hacemos caso a las señales que nos manda nuestro organismo, o si la practicamos obviando esa otra bendición que debe presidir todas nuestras actividades: la sensatez. Creo que ha pasado ya el tiempo de esconder la cabeza en la arena, cual avestruz, ante posibles aspectos negativos de la práctica habitual de este deporte. Reconocerlos es el primer paso para evitarlos o corregirlos porque, a diferencia de otros deportes, la marcha nórdica avisa con suficiente antelación y nos da buenas oportunidades de prevenir, antes que tener que curar.


lunes, 16 de junio de 2025

NUEVO CURSO DE DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA EN CARTAGENA

El domingo, 29 de junio, de 07.30 a 11.30, para tratar de evitar las horas de más calor, tendremos un nuevo curso de iniciación (o reiniciación, si quieres) a la marcha nórdica (el 5º de este año) en Cartagena, en el paseo de palmeras junto al Parque de la Rosa, frente al EuroSpar, prolongación de la calle Juan Fernández  https://www.google.es/maps/dir//37.6215857,-0.9910311/@37.621471,-0.9910955,17z/data=!4m2!4m1!3e2?entry=ttu. Tras esta sesión, podrás mejorar sensiblemente tu forma de andar y estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, al tiempo que adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios. Si quieres asistir, abre, lee, rellena, revisa y envía este FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN, antes del 28 de junio.

El curso es gratuito y abierto a no socios; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de senderismo o de marcha nórdica, da igual. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. Este curso es también muy útil para senderistas, montañeros o corredores por montaña y de trail que quieran sacar el máximo provecho de la utilización de sus bastones. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.

Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,

José Antonio Pérez González (Piri) -

659657981 (nordicartagena@outlook.com).

jueves, 12 de junio de 2025

Marcha nórdica y escoliosis

Siempre que salgo a hacer mi marcha nórdica me fijo en la cantidad de personas que me encuentro con una escoliosis notable y no puedo por menos que pensar en el bien que les haría practicar nuestro deporte.  Posiblemente sea un "vicio" de mi formación como profesor de educación física.  En cualquier caso, he preguntado a la inteligencia artificial y esto que me ha contestado, lo pongo aquí (con algunas ligeras modificaciones como técnico en la materia) por si le fuese de utilidad a alguien.

La escoliosis es una curvatura anormal de la columna vertebral que puede ser estructural (cuando la deformidad es permanente) o funcional (cuando es reversible y suele deberse a causas posturales o musculares). La marcha nórdica, una actividad física que combina el caminar con el uso de bastones nediante una técnica adecuada, puede tener efectos beneficiosos en la prevención y mitigación de esta condición, especialmente en casos leves o funcionales.

✅ ¿Cómo actúa la marcha nórdica en la prevención y mitigación de la escoliosis?

1. Mejora de la postura

Trabajo simétrico: A diferencia de caminar sin bastones, la marcha nórdica implica el uso activo y coordinado de brazos y tronco, favoreciendo una postura erguida y simétrica.

Activación del core: Fortalece la musculatura del abdomen y la espalda, clave para mantener la estabilidad y alineación de la columna.

2. Fortalecimiento muscular equilibrado

Activa el 90% de los músculos del cuerpo, incluidos los paravertebrales, glúteos, dorsales y hombros.

Un sistema muscular fuerte y equilibrado puede reducir el riesgo de progresión de curvaturas leves o funcionales.

3. Reeducación del patrón de movimiento

La marcha nórdica implica un patrón de marcha rítmico y coordinado que puede corregir hábitos posturales incorrectos.

Útil en casos de escoliosis funcional, donde la causa principal es un mal hábito postural.

4. Aumento de la movilidad torácica

Ayuda a movilizar la caja torácica y la columna torácica, zonas donde comúnmente se desarrollan curvaturas escolióticas.

Mejora la capacidad respiratoria, que puede verse afectada en escoliosis severas.

5. Reducción del dolor

El fortalecimiento muscular y la mejora de la postura reducen la sobrecarga en estructuras vertebrales, aliviando el dolor crónico en casos leves o moderados de escoliosis.

🟡 Consideraciones importantes

No reemplaza un tratamiento médico o fisioterapéutico en casos de escoliosis estructural avanzada.

Debe ser practicada con técnica adecuada y preferiblemente bajo la supervisión de un instructor, al menos al inicio.

Contraindicada en fases agudas de dolor o en deformidades severas sin evaluación previa.

✅ Recomendaciones generales

Recomendación     Detalle

Frecuencia             2–3 veces por semana

Duración                     30–60 minutos por sesión

Supervisión             Por fisioterapeuta o instructor de marcha nórdica capacitado

Complemento ideal Ejercicios de fortalecimiento del core, estiramientos, y control postural

   🧩 En resumen

La marcha nórdica es una herramienta eficaz de prevención y apoyo terapéutico en casos leves o funcionales de escoliosis, gracias a su capacidad para mejorar la postura, el tono muscular y el equilibrio corporal. En un enfoque integral, puede formar parte de un programa de rehabilitación o mantenimiento postural.

martes, 10 de junio de 2025

¿Eso es realmente marcha nórdica?

 

A menudo nos cruzamos con gente andando con bastones y haciendo algo con ellos que no nos parece que sea exactamente “marcha nórdica”. ¿Hasta qué punto podemos juzgar que eso sea o no “marcha nórdica”? ¿Podemos establecer unos estándares para emitir un juicio más o menos justo?

Vaya por delante que cualquier persona que salga de su esfera de confort para hacer ejercicio, merece todo mi respeto y consideración. Levantarse del sillón, sacar los bastones del paragüero y abandonar la protección del aire acondicionado para salir a sudar un rato por esos andurriales, con un par de bastones, con lo que está cayendo, requiere echarle al asunto un par de … bastones.

Dicho esto, a la hora de juzgar si el ejercicio realizado por la persona en cuestión es, o no, “marcha nórdica” precisa, a mi juicio, establecer unos estándares que definan el término y nos permitan su confrontación con la “técnica” observada en el deportista (que sin duda lo es) en cuestión.

Habida cuenta de que parece existir un acuerdo generalizado en localizar el origen de nuestro deporte en el esquí nórdico (de ahí su nombre), creo que deberíamos establecer los estándares buscados en los básicos de la técnica alternativa del esquí de fondo y más concretamente en la coordinación de brazos y piernas, en la amplitud de movimientos y en el impulso completo que se puede observar en los esquiadores de fondo que utilizan dicha técnica al progresar por terreno más o menos llano.

En lo que toca al primero de los aspectos citados, la coordinación de brazos y piernas, capa bastón debe seguir exactamente las vicisitudes del pie contrario, cuya acción apoya en todo momento: cae al suelo con él, apoya su impulso hasta el final y sale del suelo al mismo tiempo que él.

En lo que se refiere al impulso amplio y completo, a una persona que no realice una oscilación total de los brazos desde los hombros, por delante y por detrás de la vertical, podemos juzgarla como practicante de un ejercicio que poco o nada tiene que ver con la marcha nórdica. La tan común oscilación de los brazos tan sólo desde el codo aparta al practicante completamente de un movimiento amplio de toda la extremidad superior (que implique la participación activa de los grandes grupos musculares del torso) impidiendo un impulso completo (que sume al de las piernas la acción del brazo en toda su capacidad como palanca).

Para el practicante, a menudo resulta difícil apreciar su técnica (o la falta de la misma), por lo que daré un par de pistas que yo utilizo para autoconvencernos de que vamos por el buen camino. 1. Si a cada paso que damos nos vemos el codo del brazo adelantado, significa que no se ha quedad “pegado” al cuerpo, es decir, que estamos braceando desde el hombro, con toda la extremidad. 2. Si a cada paso que damos vemos desaparecer la mano, antes que el codo, por detrás de la cadera, significa que estamos empujando con toda la palanca del brazo (no “serrucheando”), y al desaparecer también el codo, estaremos haciendo un impulso completo.

Creo que observando los tres aspectos citados seremos capaces de juzgar, sin miedo a emitir un juicio temerario, si lo que estamos observando es marcha nórdica u otra cosa que, sin dejar de ser un buen ejercicio, nunca procurará a quién la practica todos los beneficios de la marcha nórdica.