En mi última entrada de este blog hablé de la eficiencia ("Capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos") referida a la marcha nórdica. Abundando en esta cualidad,y aproximándonos a ella de otra perspectiva, podemos considerar la eficiencia como el logro de unos objetivos con el máximo de beneficios y el mínimo de perjuicios.
En lo que se refiere a la marcha nórdica, podemos partir de la base de que sus objetivos son la mejora/mantenimiento de la salud y del desplazamiento mediante la realización de un ejercicio completo, equilibrado y progresivo, basado en caminar de forma natural utilizando dos bastones con una técnica adecuada. Para ello, nuestro deporte ha de practicarse con…
máxima amplitud de movimientos, que nos permitan involucrar el mayor número posible de músculos y articulaciones,
máximo trabajo activo del pie, con una carga progresiva desde el talón hasta el dedo gordo, con unas zapatillas con buena amortiguación en el talón y mucha flexibilidad que nos permita movilizar las 23 articulaciones de cada pie,
máxima firmeza en la sujeción del bastón, aumentando progresivamente desde la fase de recobro hasta el momento de “clavar” y comenzar la tracción, que nos permita trabajar las 23 articulaciones de cada mano,
máxima extensión de los brazos durante toda su oscilación, que nos ayude a trabajar los grandes grupos musculares que sujetan y movilizan la columna y, especialmente,
máxima amplitud de la oscilación de los brazos, desde los hombros, viéndonos los codos por delante del torso a cada paso, hasta perder de vista la mano que empuja sobre la dragonera por detrás de la cadera,
máxima contra-rotación entre hombros y caderas, para movilizar y oxigenar las 64 articulaciones de la columna vertebral, principal sostén de nuestro organismo, de la que sólo nos acordamos cuando nos duele,
máxima coordinación entre el tren superior y el inferior, que redundará en un desplazamiento fluido, cayendo la punta del bastón al suelo al mismo tiempo que el talón del pie contrario y manteniéndose allí hasta que dicho pie lo abandona,
mínimas repercusiones negativas de nuestra práctica deportiva,
mínimo cansancio, debido a la coordinación y fluidez lograda en el desplazamiento,
mínimas molestias, que detectaremos de forma temprana, estando atentos a ellas, en la seguridad de que podremos identificar y corregir la causa (exceso de intensidad, exceso de carga, material -bastones o zapatillas- no adecuado, etc) antes de que degeneren en dolores o lesiones,
mínimo estrés, huyendo de competiciones y trabajos en grupo que nos dificultan atender convenientemente a nuestra práctica deportiva,
máximo disfrute de nuestra sesión, eligiendo buenos recorridos, agradables, sombreados y a horas que afloje este maldito calor (yo estoy saliendo a las 7 de la mañana y me estoy planteando salir a las 6, aunque sea con frontal), … y con buena música que me ayude a mantener y variar ritmos,
máxima preocupación por mantener la postura, erguida, durante toda la práctica deportiva.
Y máximo posible de salidas de los bastones del paragüero … a pesar del calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si estás registrado en este blog, tus comentarios son más que bienvenidos. La moderación de comentarios, por mi parte, se limita a evitar los que falten al respeto mínimo debido a otras personas, y nunca a censurar opiniones contrarias a las mías.