jueves, 2 de noviembre de 2017

La seguridad en las competiciones de marcha nórdica

En este mismo foro ya he comentado en repetidas ocasiones mi punto de vista contrario a la celebración de competiciones de marcha nórdica en entornos de montaña poco propicios para el desarrollo de una técnica minimamente aceptable, sobre todo cuando se trata de recorridos en línea, que obligan a los jueces a seguir a los competidores en bicicleta, con el consiguiente peligro para la integridad física de participantes y árbitros, tal como hemos podido constatar a lo largo de la presente temporada.

Hoy quiero centrarme en la seguridad en las competiciones de marcha nórdica en entornos más seguros y adecuados a este deporte. Me refiero a pruebas celebradas en circuitos de 2 a 4 km, con superficies y desniveles más propicios para la técnica básica diagonal de la marcha nórdica, a los que los marchadores has de dar varias vueltas para completar un recorrido, permitiendo la ubicación fija de jueces que pueden así observar la técnica y el comportamiento de los competidores, de forma segura y relajada, sin tener que preocuparse de su propia seguridad ni tener que correr tras los participantes para hacerles las observaciones pertinentes.

Estos circuitos permiten, además, la ubicación de un tablón de amonestaciones en las inmediaciones de la meta, tal como sucede en las competiciones de marcha atlética, que los competidores pueden revisar en cada vuelta para asegurarse de que no han sido amonestados, o comprobar el número de amonestaciones recibidas hasta ese momento (algo que por cierto, el actual reglamento de competiciones de la FEDME debería recoger en la próxima revisión).

Los circuitos, siendo normalmente mucho más seguros que los recorridos en montaña, no están exentos de peligros y debe ser una prioridad de los organizadores minimizarlos y prevenir a los participantes sobre los mismos.

El momento más crítico, desde el punto de vista de la seguridad, en toda competición es, sin duda, el de la salida. Es entonces cuando tenemos la mayor densidad de participantes por unidad de superficie, todos intentando conseguir una buena posición en los primeros metros, y “armados” con unos bastones que pueden resultar demasiado peligrosos. Un accidente en estos primeros instantes puede provocar una caída masiva, con múltiples heridos, y dar al traste con todos los buenos esfuerzos de organización de una competición, independientemente de las posibles demandas por responsabilidad civil (o criminal) de los afectados.

Es fundamental contar con un área de salida y un recorrido inicial que permita garantizar a los competidores suficiente espacio entre ellos para prevenir tropiezos y alcances en los primeros momentos de toda competición. Considero que hay tres aspectos básico a tener en cuenta en una salida en línea en un circuito: la parrilla de salida, la colocación por tiempos y el embotellamiento inicial.


En lo que se refiere a la parrilla de salida, idealmente, cada competidor debería disponer de un cuadrado de dos metros de lado, siendo el frente de la línea de salida tan amplio como sea posible. Sin embargo, la realidad de un circuito, limitará esa situación ideal que, en ningún caso debe ser menor de un metro cuadrado por competidor. La anchura disponible, obligará a organizar a los competidores en un número de lineas sucesivas, según el párrafo siguiente.

La colocación de los participantes por tiempos acreditados (obtenidos de su participación en otras competiciones) o por promedios de progresión esperados por ellos mismos (para aquellos que no tengan aún tiempos acreditados en competiciones) permitirá a los organizadores asegurar (hasta dónde ello es posible) que se minimice el número de competidores que ralenticen en la salida la progresión de los más rápidos, y el número de los que se vean obligados a adelantar en un momento tan crítico y en un espacio tan repleto y peligroso.

Finalmente, hay pocos circuitos que permitan mantener todo el frente de salida a lo largo de todo el circuito. Es decir, en algún momento (que interesa que sea lo más tarde posible, y nunca antes de completar los primeros 500m) se producirá un “cuello de botella” que puede provocar una aglomeración que repita los peligros de la salida. En aquellos circuitos en los que la ida y la vuelta se disputan el espacio disponible, es necesario que los organizadores prevean esta circunstancia para minimizar sus efectos negativos.

Al margen de todo lo anterior, sobre todo si la salida es sobre superficie dura, puede resultar conveniente obligar a utilizar pads de asfalto para evitar heridas por alcances directos de las puntas de los bastones.

Ya a lo largo del recorrido, dependiendo de la anchura del mismo, habrá que habilitar, vigilar con especial atención y hacer cumplir, reglas encaminadas a preservar la seguridad de los competidores y la deportividad en la competición. Estas reglas exigen una atención especial a evitar el braceo cruzado por delante del cuerpo (que lleva a una excesiva y peligrosa separación lateral de las puntas de los bastones), el apoyo de los bastones a la altura del pie retrasado (que lleva a una excesiva y peligrosa “dejada” de las puntas de los bastones por detrás del marchador), obligar a los competidores a marchar por un lado del circuito, e incluso establecer una distancia mínima de seguridad entre marchadores, sólo violable durante los adelantamientos, advirtiendo previamente del mismo.

A pesar de todas las precauciones, los organizadores no deben olvidar poner alguna velita al santo local, para que todo salga bien y no haya accidentes. Lo que tratamos, con todas estas previsiones, es de minimizar la eventualidad de que sucedan. Evitarlos, de manera absoluta, es imposible.

Y a los competidores, pues lo dicho: colocarse en la salida en el lugar adecuado, para que no atropellemos ni nos atropellen. Todos sabemos nuestra velocidad media de progresión en competición, de manera que, si nos preguntan, seamos sinceros, por el bien de todos, incluidos nosotros mismos. Y luego, progresar con una buena técnica, que no dificulte la marcha de los demás, atendiendo siempre a las directrices de árbitros y organizadores.


Pero sobre todo, compitáis o no, no dejéis de sacar los bastones del paragüero cada día.

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