sábado, 9 de marzo de 2024

FARTLEK, MÚSICA Y NORDIC WALKING


 Cuando, hace alrededor de un siglo, el entrenador sueco Gösta Holmér desarrolló el fartlek (juego de velocidad, en su idioma) como sistema de entrenamiento de la resistencia y la velocidad para los equipos de campo a través de su país, que competían contra los finlandeses, consiguió resultados espectaculares gracias a los efectos sobre el organismo de los atletas de los continuos cambios de ritmo en los que se basaba el nuevo sistema, adaptados (provocados, decía él) por las irregularidades del terreno, en plena naturaleza, dónde el individuo se mueve “por instinto”, cambiando la velocidad, la intensidad y el volumen de la carrera a su propio gusto.

Si Holmér hubiese dispuesto de la tecnología actual, es posible que se le hubiese ocurrido adaptar los cambios de ritmo a música, aleatoria o no, reproducida en los auriculares del atleta por algunos de los medios ligeros y portátiles de que ahora disponemos.

Conocedor y practicante desde hace más de 40 años del fartlek como sistema de entrenamiento/mantenimiento ideal, cuando hace 17 empecé a sustituir mi running habitual por el nordic walking (NW), continué utilizando el fartlek como sistema regular de actividad física en esta nueva modalidad, utilizando una selección musical grabada en mi MP3, o la sintonización de una emisora cualquiera de radio músical, para proporcionarme los cambios de ritmo en los que se basa el sistema.

Con el running, el volumen del trabajo no tiene que ser excesivo ya que eso traería un empeoramiento de la calidad del entrenamiento, razón por la cual se recomienda que la duración no sobrepase una hora. Sin embargo, en el NW yo realizo prácticas habituales próximas a las dos horas sin percibir agotamiento, dolor o detrimento en la calidad del ejercicio realizado.

Debido a los continuos cambios de ritmo, el fartlek mejora rápidamente las resistencias aeróbica y anaeróbica, ayuda a reducir lesiones por uso excesivo del ejercicio aeróbico repetitivo, mejora la velocidad en función de los ritmos utilizados, favorece la pérdida de grasa corporal, mejora la circulación y la capacidad cardio respiratoria y puede, además, utilizarse como entrenamiento cruzado para distintos deportes, adaptándolo a las exigencias específicas de los mismos.

Mi fartlek musical me proporciona, además, una condición que yo considero fundamental para la práctica deportiva habitual. Siempre repito a mis alumnos que el NW tiene que ser LSD (lúdico, sano y deportivo) para que tenga continuidad en el tiempo y proporcione los beneficios que de él esperamos. Para mí hay pocas cosas más lúdicas que una actividad física en la que una música variada juegue un papel importante, marcando continuos y agradables cambios de ritmo, que siempre tendremos la opción de ralentizar si el cansancio o las molestias físicas así nos lo aconsejan, resultando en una práctica deportiva excelente para cualquier edad y nivel de forma física.

En cualquier caso, sea haciendo fartlek o utilizando cualquier otro sistema, lo importante es sacar los bastones del paragüero todo lo que podáis, y ¡darles marcha!





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