viernes, 11 de mayo de 2018

La progresión técnica en la marcha nórdica


Si bien es cierto que no coincido con muchos de mis alumnos a la hora de mi práctica diaria de marcha nórdica, es raro que no me cruce cada día con varios de ellos que siempre, me agrada decirlo, me saludan cariñosamente por mi nombre. Yo siempre contesto al saludo, aunque no siempre recuerdo el nombre del saludado, cosa que, aunque comprensible, teniendo en cuenta el número de alumnos formados, siempre me deja mal sabor de boca… pero mi memoria es la que es, y no mejora con la edad. Espero que ellos lo entiendan y me disculpen, que no por no recordar su nombre los aprecio menos.

Pero no es de saludos, ni de memorias, de lo que quería hablar hoy, sino de la “deformación profesional” (yo prefiero llamarlo “celo pedagógico”) que me lleva a observar el grado de perfeccionamiento técnico que cada uno de ellos va alcanzando.

A pesar de que resulta evidente su progresión general, ese celo pedagógico me impulsa siempre a fijarme en lo que podrían hacer mejor, y me deja siempre con un comentario en los labios que, salvo muy raras excepciones, con gente con la que tengo gran confianza y amistad, se queda justo ahí, en los labios.

Y es que todos y cada uno de mis alumnos que veo practicando marcha nórdica de forma habitual se merecen el mayor de mis respetos y admiración. Desde el que hace podios en todas las competiciones nacionales en las que participa, hasta el que coge los bastones esporádicamente, pasando por toda la gama intermedia de nordimarchadores que, habiendo entendido la grandeza y ventajas de la práctica de este deporte, lo han colocado entre sus prioridades y lo practican, perfeccionando la técnica en mayor o menor grado.

No quiero, por tanto, vulnerar ese respeto con un comentario que, aún naciendo de un justificable interés de docente responsable, pudiera no ser bien entendido o recibido por la persona objeto del mismo. Es por eso que sólo en los contados casos en los que mi alumno me pide una opinión, yo procuro ayudarle mediante consejos a mejorar en la fase de perfeccionamiento técnico en la que se encuentre.

Lo mismo me sucede cuando observo un video, o imágenes en general, de una competición. Desde aquí he defendido la conveniencia (necesidad, diría yo) de grabar las competiciones, del modo más profesional posible, por la oportunidad que esta grabación proporciona a organizadores, jueces y competidores para diseccionar pausadamente y valorar su actuación y técnica durante la competición, con el objetivo principal de identificar áreas de mejora. Es algo que no cuesta mucho, ni en términos económicos ni de esfuerzo, y hablo con conocimiento de causa, ya que yo lo he hecho en las cuatro competiciones que he organizado.

Cierto es que cumple tratar estas imágenes con la delicadeza que se debe a cualquier cosa que entra en el terreno de lo personal. Es por esto que sólo he ofrecido comentarios sobre dichas imágenes a quienes me los han pedido, y he procurado limitar las imágenes compartidas con cada uno a aquellas del grupo reducido que incluía al interesado. Naturalmente, en los montajes realizados para cursos de formación de árbitros o competidores, no existen estas limitaciones, aunque he procurado limitar al máximo posible la facilidad de identificación de personas concretas mediante la ocultación de caras y dorsales, aunque esto no siempre es posible en un mundo en el que no hay tumba al soldado desconocido, porque todos nos conocemos.

La técnica es muy importante en la marcha nórdica. La competición sacrifica la técnica en aras de la velocidad y, muchas veces a costa de la propia salud. Cuanto más compitamos, más relevancia adquiere el perfeccionamiento técnico, para que durante los sacrificios de la competición, mantengamos una técnica suficiente que nos asegure la ausencia de tarjetas … y de lesiones (nunca debemos obviar las señales de alerta de nuestro cuerpo: cansancio y dolor).

Y el perfeccionamiento técnico depende del interés y el esfuerzo de cada uno. La marcha nórdica es un ejercicio simple y tanto la técnica como las pautas para el mejoramiento de la misma, deben quedar impresas en el nordimarchador desde el mimo día de su curso de iniciación. Es misión de todo buen instructor el que esto sea así.

El problema principal para el perfeccionamiento técnico es la falta de percepción objetiva de lo que hacemos en cada momento. En una entrada de febrero pasado, en este mismo blog (http://nordicartagena.blogspot.com.es/2018/02/propiocepcion-y-marcha-nordica.html), insistía sobre la importancia de la propiocepción del nordimarchador y daba un decálogo de puntos de referencia de auto-observación de la técnica que, junto con la observación de grabaciones, pueden ser una buena herramienta de ayuda en este empeño.

El entrenador personal es otra solución, pero mi experiencia me dice que son difíciles de encontrar (quiero decir los buenos, los que realmente saben lo que hacen) y, por ende, caros. Y además, utilizando esta vía corremos el grave peligro de caer en manos de los muchos “aficionados” que, a pesar de su supuesta buena fe, pueden causarnos daños irreparables … siendo igual de caros que los buenos.

Pero lo importante no es la competición, ni siquiera el perfeccionamiento técnico, sino que disfrutes con tus bastones cada día, de manera, que ¡al paragüero a por ellos!



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