miércoles, 1 de junio de 2022

Peligros de la “dragonera de Marcha Nórdica”

 Son bien conocidos y publicitados los innumerables beneficios que la marcha nórdica (MN) reporta a sus practicantes habituales. Sin embargo, poco o nada se habla de posibles efectos negativos, peligros o lesiones, que la MN, como cualquier otra actividad física, puede causar a quienes la practican. Parece como si, por mentar algo negativo en relación con nuestro deporte, estuviésemos perjudicando a los deportistas, o al propio deporte. Todo lo contrario, creo que si difundimos los problemas que encontramos, contribuimos a que se puedan prevenir, poniendo los medios necesarios para evitarlos y asegurar una práctica más segura de este deporte.

Es cierto que entre las muchas virtudes de la MN está su baja tasa de accidentes. El hecho de que la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) sólo exija para la participación en competiciones la licencia federativa más barata de todas las que tiene es una demostración de que hay pocas lesiones reportadas (el seguro de accidentes es lo que encarece las licencias deportivas y las compañías de seguros no regalan nada). Pero no podemos obviar el que un número importante de las lesiones producidas sea posiblemente cubierto por la Seguridad Social, u otros seguros particulares, sin que se dé parte a la FEDME.

Sea como sea, lo cierto es que yo he presenciado en mi entorno inmediato una serie de accidentes, algunos de ellos con consecuencias serias, que creo necesario difundir, junto con lo que yo estimo que son sus causas principales (peligros) y la forma de soslayarlas en pos de esa seguridad que todos debemos buscar en nuestra práctica deportiva.

En mi experiencia, dada la naturalidad de la técnica diagonal, el principal peligro en su práctica viene de una caída, debida al tropiezo con los bastones o con algún obstáculo del terreno.

El tropiezo con los bastones suele ser consecuencia de no agarrarlos firmemente en el momento de clavarlos. Eso supone que no se coloquen los bastones en el lugar adecuado, fuera de la trayectoria que han de seguir nuestros pies (o los de otro practicante próximo). Las mal llamadas “dragoneras de MN”, favorecen la recuperación del bastón desde el final de la fase de empuje sin necesidad de agarrar la empuñadura, con el consiguiente peligro de apoyo impreciso de bastón, posible tropiezo, caída y lesión. Y digo “mal llamadas”, porque estas sujeciones de los bastones a las muñecas no fueron inventadas para la MN, sino que eran las que se llevaban en los bastones de esquí en el momento en que nace nuestro deporte como tal, con entidad propia. Las dragoneras de los esquís, por cierto, han vuelto al original bucle de cinta, supongo que por los mismos motivos que hoy estamos utilizando como argumentos en esta entrada: la seguridad del deportista.

El tropiezo con un obstáculo del terreno suele ser consecuencia de una falta de atención hacia lo que estamos haciendo, provocada en la mayoría de las ocasiones por la práctica de la MN en grupo, ya sea en competición, senderismo, quedada o cualquier otra forma de práctica gregaria. Es bastante difícil que una practicante de MN en solitario tenga un accidente de este tipo … aunque no imposible, por supuesto.


En cualquier caso, sea por una u otra causa, si tropezamos y caemos, el reflejo de autoprotección nos llevará a abrir y echar las manos adelante, en busca del suelo que se acerca, para amortiguar el golpe. Si llevamos unos bastones con “dragoneras de MN”, los bastones permanecerán íntimamente ligados a las manos y estas caerán al suelo apoyadas sobre las empuñaduras, lo que puede añadir a las consecuencias de la caída lesiones de carpianos y metacarpianos, de complicado y largo tratamiento.

He recibido múltiples testimonios de este tipo de lesiones, sufridas por nordimarchadores que conozco. Pero también he recibido múltiples testimonios de caídas en las que quienes tropezaron, al sentir sus manos “apresadas” por las dragoneras, no quisieron o no pudieron utilizarlas para parar el golpe, cayendo al suelo sobre un hombro o la cara, con consecuencias incluso más graves que las mencionadas en el párrafo anterior.


La utilización de bastones con dragonera de bucle de cinta (los mal llamados de senderismo) permite una práctica perfecta de la MN (yo hace tiempo que no utilizo otros) al tiempo que fomenta el agarre para clavar (difícilmente se puede recuperar el bastón si no se agarra) y que es un seguro de disponibilidad y utilización de las manos en caso de caída, ya que perdemos la sensación de aprisionamiento y, al abrirlas de forma instintiva ante una caída, los bastones se separan de ellas lo suficiente para que el apoyo sobre el suelo no se produzca sobre las empuñaduras.

Los bastones de senderismo suelen ser más baratos, plegarse más para el transporte, reponerse de forma individual y tener amortiguadores, aportando así razones suplementarias a las ya citadas en el campo de la seguridad para preferir sus uso al de los que, equivocadamente, consideramos como bastones específicos para la práctica de la MN, que la FEDME sigue exigiendo como obligatorios para las competiciones, como si su utilización fuese garantía de realización de una buena técnica diagonal. Yo creo haber aportado aquí justificación suficiente para todo lo contrario. Os aconsejo que lo penséis, lo probéis y me comentéis cómo ha ido la experiencia.

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