sábado, 29 de diciembre de 2018

Bastones, pistas, blogs, y tal.

Hoy llueve en Cartagena ¡bendito sea Dios!  Una de esas raras ocasiones, aunque estos últimos meses no podemos quejarnos.  Es una lluvia de esas que haría sonreír a un gallego, por lo exagerado del término, y que en otros momentos y lugares de mi vida no me habría desviado un ápice de mis rutinas deportivas.  Pero aquí,este orballo persistente, me tiene toda la mañana pendiente de un claro para tirarme a la calle con mis bastones.

A cambio, esta poco usual situación me da la oportunidad de retomar, por unos minutos, esta otra afición mía, que es escribir.  Me gusta escribir.  La razón de ser de este blog es doble: por un lado, ofrecer una oportunidad de compartir experiencias y sensaciones acerca de este bendito deporte de la marcha nórdica (razón confesada), en la esperanza de que puedan resultar útiles a otros; pero por otro lado (razón que ahora confieso), con este blog puedo satisfacer, en parte, mi necesidad de sentarme delante del ordenador y contar (o intentar contar) lo que siento, aunque procuro limitar mis "reflexiones" a asuntos relacionados con mi práctica deportiva, tal como reza en la introducción al blog, en la esperanza de que nadie se sienta engañado o defraudado por lo que lea.

Y esa es otra.  Muchas veces me he preguntado por qué escribimos.  En mi caso, no es por ganarme una vida, que gracias a Dios, tengo suficientemente cómoda y segura (hasta dónde estos convulsos tiempos y gobiernos nos permiten tal aseveración).  Si me apuráis, ni siquiera escribo muchas veces con la esperanza de que lean mis pobres letras más de una docena de despistados e incondicionales (muchas gracias a unos y otros).  Simplemente, siento la necesidad de escribir, y me siento mucho mejor después de hacerlo.  

Muchas veces no tengo tiempo para escribir la mayoría de las reflexiones que, curiosamente, me vienen a la cabeza mientras ando por ahí con mis bastones.  Y es que la vida de un jubilado (al menos la mía y la de otros que conozco) esta demasiado llena y no da de sí para hacer todo los que quisiéramos.  Con tanto tiempo para pensar, que antes estaba cubierto por el atareado día a día, caes en la cuenta de todas las cosas que te gustaría hacer, y el día no tiene horas suficientes para todo.

Pero bajando de los etéreos terrenos de la divagación a los más concretos de nuestro tema estrella, estos días de vacaciones he vuelto a retomar mi práctica deportiva en pista de atletismo.  Esta afición me viene de mis muchos años viviendo en Aranjuez, junto a la pista de atletismo que había alrededor del campo del fútbol.  Cuando volvía de mi trabajo en Madrid, la mayor parte del año era ya noche cerrada y esa pista, iluminada para el entrenamiento del CF Aranjuez, era una oportunidad, prácticamente única, de hacer ejercicio entre semana.

Mucho ha mejorado la cosa desde aquella pista de ceniza, de seis calles, a la de tartán de ocho calles a la que ahora voy aquí, en Cartagena.  Pero la sensación general, del entorno, es la misma: la de estar entre colegas, con un objetivo común de disfrutar de un ejercicio saludable.  ¡La verdad es que anima!  Si nunca lo habéis intentado, os aconsejo que lo probéis.

Después de mi trabajo de core, mi desayuno y buen calentamiento, salgo de casa y tengo unos dos kilómetros de recorrido urbano de marcha nórdica hasta la pista.  Una vez allí, suelo hacer unos cuatro kilómetros corriendo con mis bastones, a unos 5:30'/km, y otros dos kilómetros de marcha nórdica, a unos 7'/km, para regresar a casa por el mismo camino y marcha de la ida.  A veces alterno un kilómetro de carrera con medio de marcha en la pista, o dejo los bastones y le doy unas cuantas vueltas corriendo con los demás.  Lo que me pida el cuerpo, que a estas edades es sabio, y sabe lo que es mejor para mí.

Otros días, sobre todo los fines de semana, que la pista suele estar cerrada, sigo haciendo mis 10-12 km de asfalto, pista y senda, subiendo unos 100 o 200 metros de desnivel acumulado, en los que procuro combinar algunos tramos de carrera con bastones, dentro de la práctica habitual de mi marcha nórdica.  Y todo ello, siguiendo los diferentes ritmos que me marca mi MP3, con mis músicas favoritas.

Y vale por hoy.  Ahora voy a asomarme de nuevo a ver si ha dejado de llover, porque me parece oír la amarga queja de mis bastones, que no entienden de meteorología y se preguntan extrañados que pasa hoy que los tengo olvidados en el paragüero, mientras que todos los paraguas ya han desaparecido de allí.

viernes, 21 de diciembre de 2018

LA MAGIA DE MIS BASTONES




 Cuando, hace ya más de una docena de años, decidí y pude hacer realidad mi viejo sueño de cruzar el Pirineo de mar a mar, enfrentado a la cruda realidad de unas piernas genéticamente poco dotadas y huérfanas del duro entrenamiento que requiere la superación diaria de grandes desniveles, recurrí al uso de bastones para poder enfrentarme al reto.

Desde el primer día que los agarré, pude percibir la magia que de ellos emanaba. Como las espinacas a Popeye, los bastones me trocaron, casi de la noche a la mañana, en casi todo un campeón, capaz de casi cualquier empresa, al menos en lo que a travesías montañeras toca.

Los bastones me permitieron, como los polvitos mágicos de Campanilla, volar en poco más de un mes por lo más alto del Pirineo, desde el Cantábrico de Baroja al Mediterráneo de Serrat, descubriendo la belleza y la magia de pueblos, collados y valles que difícilmente tengan parangón en nuestro país.

Pero, además, los bastones me dieron algo que yo no esperaba y que, pasado el medio siglo, se valora enormemente: salud. La salud es también una magia cuando vamos alcanzando esos estadios de nuestra vida en los que cada vez va siendo más fácil no tenerla. ¡No hay cómo perder algo para valorarlo! Ningún deporte, medicina o dieta alimenticia, me ha proporcionado el bienestar y la salud que me da la practica habitual de ejercicio con mis bastones.

Y, por si fuera poco, en un momento de mi vida en el que la acumulación de años me rinde cada vez más inútil y poco capaz de hacer algo por los demás, los bastones me han proporcionado la mágica oportunidad de poder transmitir a otros esa magia que les permita mejorar su salud, recuperar un poco la alegría de vivir, practicando un deporte sencillo, equilibrado, completo, económico, válido para todos y para todo, que no necesita un tiempo o espacio especial. Mis 65 cursos de iniciación y mis más de 2000 alumnos, han sido fruto de esa magia.

De modo que, así los veo. Ahí, durmiendo la noche en el paragüero, esperando, como yo, que llegue el nuevo día, para volver a disfrutar juntos de su magia. Para volver a volar agarraditos los dos, como decía María Dolores Pradera, esos diez kilómetros de cada día, olvidados de mis años, saludando a otras gentes que disfrutan, como yo, de la magia de sus bastones, agradecido por la oportunidad de haber mejorado algo sus vidas. Y es que, al final del día, eso es lo mejor que te da la vida: la magia de poder hacer un poco más fácil y agradable las vidas de quienes se cruzan en tu camino.

Feliz Navidad.  Disfruta de la magia de tus bastones y transmítela a tus seres queridos.  ¡Que Dios os bendiga!

jueves, 20 de diciembre de 2018

VI Cross Trail Calas de Bolnuevo

Me acabo de inscribir para la prueba de 11 km del VI Cross Trail Calas de Bolnuevo, el último domingo de enero. Como en las tres ediciones anteriores que he participado, saldré con mis bastones tras todos los corredores y disfrutaré de un recorrido espectacular, sin árbitros ni reglamentos defectuosos, haciendo marcha nórdica la mayor parte del tiempo, pero corriendo con mis bastones cuando el terreno y el cuerpo me lo pida. En el enlace siguiente tienes todos los detalles de esta prueba (y de la media maratón) y la pasarela para la inscripción https://www.lineadesalida.net/carreras/vi-cross-trail-calas-de-bolnuevo/ .  Son 12€ si te inscribes antes del 9 de enero y no hay precio especial para federados de ninguna "marca".  Si te animas, nos vemos allí, tras los corredores, delante de los senderistas.  Pero vayas o no, no dejes de sacar tus bastones del paragüero, todos los días.

viernes, 14 de diciembre de 2018

No hay marcha nórdica sin técnica


Hay gente que, aún reconociendo los beneficios de la marcha nórdica, no da a la técnica la importancia que tiene. Y es que la costumbre de andar, de por sí, es beneficiosa. Y más aún la costumbre de andar con unos bastones que, mal que bien, siempre nos van a proporcionar equilibrio y apoyo, muy bien venido cuando los años y las lesiones nos hacen triste y dolorosamente conscientes de la debilidad y fragilidad de nuestras piernas.

Hay mucha gente por ahí (no señalo a nadie) que piensa que hace marcha nórdica porque anda con bastones, y porque nota la diferencia de usarlos a no usarlos. Pero la marcha nórdica es mucho más que eso, y los beneficios que nos puede reportar son estratosféricamente mayores que los que percibimos con el simple “andar con bastones”. Y es una pena que tanta gente, quedándose en la antesala de este extraordinario deporte, por desconocimiento o autosuficiencia, se vea privada de tantos y tan buenos dividendos.

La marcha nórdica consiste en andar de forma natural y completa, utilizando dos bastones con una técnica que nos permita sacarles el máximo beneficio. Cuando hacemos marcha nórdica, no inventamos una nueva forma de andar; el movimiento natural de la marcha se mantiene (yo diría que se perfecciona) cuando andamos con los bastones; pero andando de forma completa, es decir, no saliendo a pasear y fotografiar las mariposas, o ver escaparates, o hablar por el móvil … vamos, lo que viene siendo salir a ANDAR. Pero, además (y esto es lo que diferencia la marcha nórdica del simple andar con bastones) lo hacemos utilizando los bastones con una técnica que nos permita hacer de ellos herramientas perfectas para obtener los máximos beneficios de su uso, tanto para nuestra propia salud (poniendo en movimiento el mayor número posible de músculos y articulaciones de nuestro cuerpo) como para nuestra progresión (facilitándonos un desplazamiento lo más eficaz y seguro posible).

El curso de iniciación a la marcha nórdica, la bondad del instructor y la atención y el interés con que los alumnos lo sigan, van a marcar de forma crucial el futuro de los mismos como nordimarchadores y, sobre todo, los beneficios que van a conseguir con la práctica de este deporte. El curso debe proporcionar a los asistentes una base técnica suficiente para que puedan empezar a practicar, disfrutando de sus bastones, y a percibir las posibilidades de este deporte; pero también debe proporcionarles una clara visión anticipada de la técnica completa y de sus beneficios, así como de los métodos y pautas para conseguirla. El instructor debe tener todo esto claro y sistematizado, para ser capaz de transmitirlo a los alumnos en el tiempo disponible, y éstos deben salir con una idea muy clara de sus posibilidades actuales, el camino a seguir, y los beneficios a los que pueden aspirar con el posterior perfeccionamiento técnico.

Un braceo amplio y coordinado, con un agarre potente del bastón al clavar, con un trabajo activo del pie desde el talón a la punta, con una buena contrarrotación de caderas y hombros, adecuada inclinación de los bastones y suficiente tracción/impulso sobre ellos, nos asegurará un sano ejercicio para todas nuestras articulaciones, incluidas las 67 de nuestra columna vertebral, tan importante y tan olvidada (hasta que nos duele por ese mismo olvido), o las 23 de cada extremo de nuestras cuatro articulaciones, tan obviadas y descuidadas (hasta que las deformaciones y la artrosis nos las recuerdan), bien oxigenadas y regadas por un sistema circulatorio adecuadamente ejercitado.

Esta es la diferencia. Cualquier ejercicio es preferible a la inactividad, y nos proporciona ventajas apreciables. Pero la marcha nórdica, con su buena técnica, marca una clara diferencia con los demás deportes, y merece la pena el esfuerzo de su perfeccionamiento. Eso lo sabemos bien los que hemos convertido su práctica cotidiana en religión y, como buenos evangelistas, tratamos de ransmitir nuestra experiencia a cuantos quieran escucharnos.

No es este un deporte para competir, aunque se pueda hacer, ni para socializar y disfrutar de la naturaleza, aunque también sea posible. Para eso ya están las carreras y el senderismo. La verdadera bondad de este deporte, lo que lo hace único, es la posibilidad de nos da, a todos, en cualquier entorno, de disfrutar haciendo un ejercicio sano, equilibrado, racional y completo. Las sensaciones que nos aportará la práctica habitual de una buena técnica nos animará a gastar más en zapatillas, en la inteligencia de que lo ahorraremos en médicos y medicinas.

De manera que, ya sabes, saca tus bastones del paragüero y trata de mejorar tu técnica, pero sobre todo, no dejes de disfrutar con la marcha nórdica.

martes, 4 de diciembre de 2018

Nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica en Cartagena


El domingo, 16 de diciembre, de 08.30 a 13.30, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 10º y último de este año, 65º en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras que hay junto al Parque de la Rosa, frente al EuroSpar de la prolongación de la calle Juan Fernández https://www.google.es/maps/@37.620062,-0.9925477,15.5z . Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conoci­mientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este formulario: https://goo.gl/forms/4flQW1Sx9VPW8IMM2
El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos o de ciclismo, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de marcha nórdica o de senderismo. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.
Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,
José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).


CENTRO EXCURSIONISTA DE CARTAGENA