martes, 24 de mayo de 2022

ALARGAMIENTO DEL PASO EN LA MARCHA NÓRDICA

 Nuestro Diccionario de la Real Academia de la Lengua, una joya que no todos los idiomas tienen, a la que me gusta acudir con frecuencia para resolver dudas y ampliar conocimientos, define la profesionalidad como: La cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con capacidad y aplicación relevantes. En una segunda acepción, define la profesionalidad como la actividad que se ejerce como una profesión. En ningún momento vincula la capacidad y la aplicación que cita a la obtención de determinados títulos o diplomas que con harta frecuencia comprobamos que no son garantía de nada.

Últimamente vengo leyendo comentarios de profesionales de la Marcha Nórdica (MN) que me dejan un tanto ¡¿asombrado!? Cierto que cada quien, en su casa (léase, su blog), puede decir y opinar lo que quiera, y yo soy bastante respetuoso (eso creo) con todos los puntos de vista expresados, y razonados, en las redes sociales. Sin embargo, tengo que confesar que hay afirmaciones que me hacen preguntarme qué les habrá llevado a hacer ciertas aseveraciones que me parecen totalmente ilógicas. Cuando tales afimaciones van acompañadas de un cierto “tufillo” de autosuficiencia y de desconsideración hacia otros profesionales, a los que se les presupone cierta falta de capacidad y/o aplicación para la promoción de la MN porque, puede que, no tengan determinados títulos o diplomas, me siento obligado a decir aquí, en mi casa (léase, mi blog) algo que, al menos, explique por qué creo que están equivocados. Esta explicación, puede ayudar (ojalá) a lectores que se sientan confundidos, o al menos, puede abrir la mente a posibilidades diferentes de las preconizadas desde ciertos blogs de MN.

Hace poco hablé aquí de la confusión creada desde uno de estos blogs al establecer diferenciaciones entre nuestro deporte y el senderismo basadas en la utilización o no de bastones, o incluso en el punto dónde se estos se apoyan. Hoy la cosa va de una afirmación vertida desde el mismo origen diciendo que “no hay que alargar el paso”.

La longitud del paso de una persona andando de forma natural y dedicada (es decir, cuando salimos a andar, sin otra finalidad que la de practicar ese sano ejercicio) suele ser una característica personal, dependiente de su morfología y movilidad articular. Esta longitud, multiplicada por el ritmo (número de pasos por minuto) nos dará la velocidad de desplazamiento. El ritmo suele ser también una característica de cada persona, mucho más fácil de modificar que la longitud del paso, aunque ambos factores pueden sufrir ligeras variaciones sin que la naturalidad del movimiento se vea sensiblemente afectada.

En todos mis cursos de iniciación paso un buen rato explicando la biomecánica de la marcha (yo prefiero decir “andadura” para no confundirnos con la marcha atlética), sin bastones. Siempre acabo ese apartado llamando la atención de mis alumnos sobre el hecho de que, por la necesaria coordinación entre los trenes superior e inferior, y la compensación de contra-rotación de la torsión de la línea de las cadera por parte de la torsión contraria de la línea de los hombros, la amplitud del braceo viene dada en función de la amplitud del paso; y siempre les advierto que, cuando utilicemos los bastones correctamente, veremos que esta relación se invertirá y será la amplitud del braceo, impulsando sobre los bastones, la que va a regular la longitud de nuestro paso.

En efecto, cuando realizamos una técnica alternativa completa (impulsando por detrás de la cadera hasta completar la oscilación del brazo), al (1) impulso de pie y pierna apoyados se une el (2) producido sobre el bastón contrario resultando en una fuerza que impulsa hacia adelante al pie que está en el aire, de tal manera que le impide caer al suelo hasta que ambas acciones no pueden seguir ejerciéndose (o nosotros las limitamos voluntariamente) y este pie acaba apoyando el talón, atraído por la fuerza de la gravedad.

Resumiendo, al andar con bastones utilizando una buena técnica de MN, la longitud de cada uno de nuestro pasos aumenta de forma totalmente natural, dependiendo la magnitud de este incremento de la calidad técnica y de la morfología de cada practicante, pero, indudablemente, con respecto a la marcha sin bastones, se alarga sensible y naturalmente el paso.

Cierto que hay personas que piensan que el alargamiento del paso es lo que mejora la técnica de la MN, y lo intentan de forma antinatural, sin entender que este alargamiento no es la causa sino la consecuencia de una buena técnica en el uso de los bastones. Quizá nuestra bloguera se refería a eso y no se explicó suficientemente … o yo no la entendí bien.

En cualquier caso, lo importante es que el astuto lector saque sus propias conclusiones … y saque también los bastones del paragüero y salga a poner en práctica todo esto, y a disfrutar con el deporte más saludable y completo que existe.

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