lunes, 9 de septiembre de 2024

Técnica de bastones: observar, experimentar, mejorar

 

Hace unos días leí en el FaceBook de Tom Rutling (el padre norteamericano de la caminata con bastones, Exerstride) que lleva casi 40 años haciendo este ejercicio a diario. Calcula que le ha dado vuelta y media a la Tierra por el Ecuador. Pero no es esto lo que me llama la atención de este gran marchador con bastones, sino la postura que se le ve en todas las fotografías.

Incluso en la tecnica ALFA se menciona la postura erguida como el primer principio a observar, y yo insisto mucho en este aspecto, tanto en mi práctica diaria como en mis cursos de iniciación, convencido de que no sólo es fundamental para una buena salud vertebral, sino que también influye positiva y decisivamente en la actitud y la salud mental de la persona que se preocupa de salir cada día de su casa con esta postura, y de procurar mantenerla a lo largo del día.

Sin embargo, no es común observar practicantes de marcha nórdica en España con una postura tan erguida, lo cual no es de extrañar si pensamos que en la técnica ALFA, probablemente la más extendida en nuestro país para enseñar a andar con bastones, se preconiza que se tome la altura del ombligo sobre el suelo como medida de referencia para la longitud inicial de los bastones.

Aunque esta altura suele ser buena para favorecer oscilaciones amplias de los brazos y desarrollar una buena técnica que prime la contra-rotación, fundamental para la salud de la columna, de alguna manera invita al practicante a llevar su tronco inclinado por delante de la vertical, alejándolo de la postura erguida que tanto nos preocupa.

Si nos fijamos en los bastones que utiliza Tom Rutling, con una empuñadura ergonómica y sin dragoneras, nos llama la atención su longitud, muy por encima de la preconizada por la técnica ALFA. Es sin duda esa longitud la que ayuda a conseguir la postura de los practicantes de Exerstriding que, si bien es difícil que logren una buena contra-rotación, sí que trabajan la columna de otra forma, al tiempo que garantizan que el bastón no vaya “suelto”, como suele suceder con las dragoneras de guantelete, previniendo así los tropiezos que son origen de la mayoría de las lesiones de nuestro deporte.

En fin, una reflexión que nos debe abrir la mente para no quedarnos en lo que aprendimos y podamos así observar otras opciones, experimentarlas, y mejorar nuestra técnica. Tras ver todo esto yo, por ejemplo, le he dado un par de centímetros más a mis bastones de dragonera de bucle y, aunque me cueste más extender totalmente el brazo por detrás de la cadera, he comprobado que ando bastante más erguido.

Pero lo importante es que saquemos los bastones del paragüero, sean los que sean, y les demos mucha marcha. A ver si pillamos a Tom Rutling y su mujer antes de que completen su segunda vuelta al Globo … o de que cumplan los 80 años, lo que suceda antes.

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