jueves, 22 de septiembre de 2022

LOS MEJORES BASTONES DE MARCHA NÓRDICA

 Los bastones son, sin duda, la herramienta esencial del desplazamiento nórdico. Todo lo demás, en el equipo del practicante de este maravilloso deporte es accesorio, aunque pueda redundar en una actividad más o menos placentera y gratificante.

Sin caer en la exageración de la señora que vino a uno de mis primeros cursos de iniciación con dos escobas, por cierto, mucho antes de que el vídeo de Marko Kantaneva utilizando los mismos adminículos se hiciese viral entre nuestra grey, debo decir que creo que casi todos los bastones sirven para nuestra práctica, con tal que tengan un fiador que nos permita mantenerlos unidos a la mano para poder prolongar el empuje más atrás de la cadera.

Lo que pretendo con la entrada de hoy es mostrar unos más, los míos, con los que salgo cada día, ya sea por ciudad, campo o montaña, intentando explicar porqué he llegado, tras mucho probar, a la conclusión de que estos son, para mí,  los mejores bastones de marcha nórdica … aunque tenga otros cuantos, que casi nunca utilizo.

A los que no suelan leer este blog, seguramente les llamará la atención que estos bastones se parezcan poco a los que se conocen generalmente como “de marcha nórdica”. Efectivamente, se trata de unos bastones de trekking, de duraluminio, con punta de widia, que se pueden comprar en Decathlon por 19,99€ (la unidad). Son los Forclaz MT500 Antichoq (sic), ligeramente tuneados por mí.

Lo del “antichoq” (antishock o amortiguador, en román paladino) para mí es fundamental. Con unos codos de “andar por casa”, he sufrido epicondilitis y epitrocleítis en mis inicios con los bastones, así que procuro poner todos los medios a mi alcance para evitar recaídas.

Tras 15 años usándolos a diario, he llegado a la conclusión de que prefiero los bastones de duraluminio a los de fibra de carbono, algo más ligeros (lo cual no siempre es bueno, especialmente con viento lateral) y bastante más caros (lo que, definitivamente, no es nunca bueno).

Los tres tramos resultan muy convenientes cuando se tienen que transportar los bastones, sobre todo si se han de meter en una maleta, bolsa o mochila. Los de dos tramos no siempre caben. Los de un solo tramo, además de ser un incordio, no te permiten adaptarlos a tus necesidades técnicas, que pueden variar con tu experiencia y el objetivo de cada día.

La empuñadura de “goma eva” del original ha desaparecido gracias a un cutter, y a mi experiencia pelando bananas, lo que me permite un agarre en el que las articulaciones de mi mano realizan un ejercicio mucho más completo a cada paso.

Las dragoneras de bucle son mis preferidas:

  • te permiten utilizar las manos en cualquier momento, con los bastones colgando de los brazos (por ejemplo, para beber agua, trepar, enjugarte el sudor, ajustarte algo, …)

  • te “invitan” a agarrar fuerte para clavar, evitando así el peligro de llevar el bastón suelto, motivo del mayor número de accidentes que se registran en nuestro deporte

  • en caso de caída, la mano irá a apoyarse en el suelo, instintivamente, y no caerá sobre la empuñadura, añadiendo a las lesiones del accidente una casi segura de alguno de los huesos del metacarpo.

En lo que se refiere a la sujeción del bastón durante la fase de recuperación, en la entrada http://nordicartagena.blogspot.com/2017/11/el-hecho-diferencial-de-la-marcha.html tenéis una detallada explicación que espero que os convenza.

Los practicantes de esquí nórdico han vuelto a utilizar estas dragoneras de bucle, en lugar de las de guantelete que usaron años atrás. Una tira de un material flexible (bote o botella de plástico) grapada a la parte posterior del bucle facilita la entrada rápida de la mano cuando hemos tenido que sacarnos los bastones, por ejemplo, para poner o quitar conteras.

Y hablando de conteras, yo no utilizo otras que las LMN azules. Son las mejores, y me duran más de un año … quizá porque tengo buen cuidado de quitarlas para andar por caminos y pisos de tierra donde lo mejor son las puntas metálicas. Si os fijáis veréis unos pequeños agujeros que les hago cerca del final del hueco interno, para evitar el vacío que dificulta su extracción cuando el ajuste entre la contera y la pieza de soporte de la punta metálica es demasiado estrecho. El amigo Jesús Lodosa, padre de la criatura, si lee esto, quizá se plantee incluirlos de fábrica en próximas tiradas.

Y poco más. Siempre digo que este deporte es, además de todo, barato. Como empecé diciendo, casi cualquier bastón vale. Lo principal son las ganas de sacarlos del paragüero ... y darles buena marcha.

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