En mi definición de marcha nórdica, al hablar de la utilización de los bastones incido en el hecho de que la técnica empleada para su manejo debe permitir sacar el máximo provecho de su uso, tanto desde el punto de vista de la salud que nos proporciona (mediante el ejercicio amplio y cuidadoso de la mayoría de músculos y articulaciones de nuestro cuerpo) como asegurando la mayor eficiencia en el desplazamiento.
Esto de la eficiencia puede resultar un tanto confuso para quienes no tengan clara la diferencia entre este concepto y el de eficacia. Acudiendo a nuestro diccionario, vemos que mientras que la eficacia busca simplemente conseguir resultados, la eficiencia persigue este mismo objetivo con la mayor economía de recursos posible (menor esfuerzo).
Así, si el objetivo es desplazarse de un lugar a otro, la marcha nórdica es la forma más eficiente de hacerlo, puesto que nos permite cubrir el recorrido con el menor esfuerzo. También es la forma más saludable de conseguirlo, mediante un ejercicio completo (lo trabaja todo), equilibrado (no sobrecarga ninguna parte del cuerpo sobre otras), y controlado (para minimizar el riesgo de lesión).
Cuando competimos, el objetivo no es simplemente desplazarse, sino hacerlo a la mayor velocidad posible. En este caso, la marcha nórdica no es la forma más eficaz (ni eficiente) de hacerlo: correr, o simplemente marchar (sin bastones) consigue el objetivo con demostrada ventaja sobre la marcha nórdica. En la persecución de este objetivo de velocidad, falseamos la técnica (hasta dónde un mal reglamento y unos árbitros poco preparados e insuficientes nos lo permiten) y perdemos ese control tan necesario para poder presumir de que practicamos el deporte más sano que existe.
Resumiendo, la marcha nórdica es la forma más eficiente de desplazamiento de un ser humano sin la utilización de medios externos, pero esa eficiencia (y otras bondades de nuestro deporte) se pierde cuando lo que prima es la velocidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si estás registrado en este blog, tus comentarios son más que bienvenidos. La moderación de comentarios, por mi parte, se limita a evitar los que falten al respeto mínimo debido a otras personas, y nunca a censurar opiniones contrarias a las mías.