viernes, 16 de junio de 2023

LA ARMONÍA EN LA MARCHA NÓRDICA

Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: Armonía.- 3. f. Proporción y correspondencia de unas cosas con otras en el conjunto que componen


Desde que empecé con esto de la marcha nórdica, hallá por el 2006, he ido buscando y perfeccionando (espero) una definición de marcha nórdica que, de momento, reza lo siguiente:
La marcha nórdica consiste en andar de forma natural y dedicada, con la ayuda de dos bastones utilizados con una técnica que nos permita obtener los máximos beneficios de su uso.

Nota del Autor: En puridad debería referirme a la “andadura” nórdica, ya que el concepto “marcha” se aparta de lo que entendemos por andar, pero para no complicar esta entrada, referiré al lector interesado por este tema a otra de mi blog, del año 2018, en la que trato la desambiguación de la terminología frecuentemente utilizada en este deporte http://nordicartagena.blogspot.com/2019/11/ejercicio-nordico-nordic-fitness.html

En la marcha nórdica no hacemos nada que no forme parte de la biomecánica natural de la andadura del ser humano, eso sí, cuando dicho ser humano sale a practicar el noble deporte de andar, sin otras finalidades y distracciones, tales como ver el paisaje, escaparates, charlar con los colegas, whatsappear, competir, etc.

Ahora, lo que hace único este deporte (junto con el esquí de fondo, del que procede) es la utilización de dos bastones con una técnica que nos permita aprovecharlos al máximo para obtener los mayores beneficios personales, tanto desde el punto de vista físico/saludable, como desde el punto de vista de la eficiencia en el desplazamiento.

En el plano de la salud, la marcha nórdica (nordic walking) es el más sano ejercicio con deplazamiento que se conoce. En él, los bastones, utilizados con la técnica adecuada, no sólo minimizan lesiones y repercusiones negativas de la marcha sobre columna y articulaciones inferiores, sino que, además, movilizan todo el cuerpo, haciendo de este ejercicio, junto al esquí de fondo, el más completo y equilibrado de todos, trabajando la práctica totalidad de nuestros músculos y articulaciones. La marcha nórdica proporciona salud: corrige la postura y ayuda a prevenir/aliviar problemas de columna y articulares en general, mejora la circulación, la oxigenación y la producción de endorfinas (el analgésico natural que genera nuestro organismo), quema grasas, aumenta la resistencia y la autoestima … muy económico, apto para toda edad y condición física, desde niños y personas mayores y/o con movilidad reducida hasta deportistas de élite, y se puede practicar con diferentes ritmos e intensidades, en cualquier lugar y momento. Si te interesa tu salud, sin duda este es tu deporte.

En lo que se refiere a la eficiencia en el desplazamiento, tanto en terreno llano como en pendientes de subida y bajada, de cualquier gradiente, la correcta utilización de dos bastones aumentan la adherencia del ser humano al terreno, permitiéndole mejorar tanto la impulsión como la retención, junto con el equlibrio y la seguridad en la deambulación que le procura el contar con cuatro puntos de apoyo, en lugar de los dos habituales.

Pero, independientemente de todas estas ventajas y bondades, seguramente bien conocidas y apreciadas por todos los que lestán leyendo esto, hoy quiero resaltar una cualidad de la que creo que poco se ha hablado: la marcha nórdica es un deporte de gran armonía.

La sincronización, movimiento coordinado y equilibrado del tren superior y el inferior es a la vez condición y resultado de una técnica correctamente aplicada. Durante su práctica habitual, el nordimarchador disfruta de la elegante armonía de un movimiento que, si además, se produce ayudado por un ritmo musical adecuado, fluye como la melodía de una orquiesta bien avenida y dirigida.

No es fácil explicar esto a quién no lo haya experimentado, pero quiero suponer que la mayoría de los que practican la marcha nórdica pura, lejos de quedadas y competiciones perturbadoras, saben de qué estoy hablando, y la felicidad añadida que comporta el alcanzar esta especie de “nirvana” … aparte de todos los demás beneficios bien conocidos de este extraordinario deporte.

Esto me vuelve a llevar a lo adecuado de este deporte para niños y adolescentes, cuando lo que buscamos es el desarrollo integral y armónico de ese cuerpo en formación, sin olvidar su aspecto psicosomático, la autoestima y el desarrollo de la personalidad. Pero, desgraciadamente, yo no he conseguido interesar a estos grupos de edad en la marcha nórdica “pura”, más allá de esa falsificación a la que les lleva la competición. Tan sólo en la práctica en el seno de la familia, y hasta una determinada edad, he visto algún resultado limitado. Dejo esta inquietud para gentes más capaces que yo, padres y formadores. Os animo a intentarlo. El objetivo merece la pena.

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