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viernes, 1 de mayo de 2020

EL RETORNO DEL NORDIMARCHADOR

Mañana es el gran día.  Después de todas estas semanas de confinamiento, por fin vamos a poder sacar nuestros bastones del paragüero para volver a darles marcha por ahí fuera. Y supongo que vosotros, como yo, vais a salir como potro que escapa de la cuadra, por eso he pensado en escribir aquí unos cuantos consejos para este reencuentro con nuestra actividad física habitual.  Para el retorno a nuestra práctica habitual de marcha nórdica.

En realidad, mis consejos se limitan a los tres siguientes: sentido común, sentido común y sentido común.  Bien fácil de recordar y de seguir, si no fuera por que es bien sabido que el sentido común es el menos común de los sentidos.  Por eso voy a detallar un poco estos consejos.

Seguro que, con respecto a la actividad registrada durante estos días de confinamiento, cada uno de nosotros se puede considerar incluído en una de las categorías siguientes:

  1.  Los que han mantenido una actividad similar a la anterior al confinamiento, si no en la forma, ya que utilizar los bastones en el lugar de confinamiento no siempre habrá sido posible, sí en el volumen y la intensidad del ejercicio realizado,
  2.  Los que han reducido su actividad física con respecto a la realizada anteriormente, y 
  3.  Los que han reducido drásticamente (o totalmente) su ejercicio físico diario durante estos aciagos días.
Para los del primer grupo, mi consejo es intentar mañana volver a realizar una sesión normal de las de antes del confinamiento.  Eso sí, con cabeza, y prestando mucha atención a las señales que nos manda nuestro cuerpo (ver escucha-tu-cuerpo.).  Una de las muchas bondades de la marcha nórdica es que nos avisa con tiempo antes de hacernos daños (ver el-lento-desarrollo-de-las-lesiones), por lo que siempre podremos reducir volumen o intensidad, o incluso aplazar la sesión, si percibimos alguna molestia.

Los que se ven incluídos en el segundo grupo, pueden empezar por realizar una sesión de la mitad del volumen que se hacía antes del confinamiento y, con los mismos consejos del párrafo anterior, ir aumentando lenta y progresivamente en días posteriores.

Para los del tercer grupo, el sentido común y la atención ya recomendados alcanza la máxima expresión.  Lo último que queremos es salir de esta pesadilla con una lesión, por querer ir más deprisa de lo que debemos. 

Una vez que todos, estemos en el grupo que estemos, consigamos disfrutar de sesiones del volumen de las que realizábamos habitualmente antes del encierro, será el momento de trabajar progresivamente la intensidad de las mismas, para retornar al estado físico en que nos encontrábamos.  La clave, para mí, será recuperar una buena técnica y, sobre todo, volver a disfrutar de una marcha nórdica LSD (Lúdica, Sana y Deportiva). 

Todos quisiéramos volver lo antes posible al estado físico que teníamos antes de que la palabreja coronavirus irrumpiera en nuestras vidas.  Sin embargo, la conocida sentencia: "vísteme despacio, que tengo prisa", es totalmente aplicable en esta situación.  Nuestra forma física actual es la que es, y llegar al estadio que nos proponemos requerirá un tiempo y un proceso, mayor o menor en función de lo que hayamos estado haciendo durante el confinamiento.  Cualquier exceso puede suponer un serio paso atrás.   Con paciencia y sentido común, lo lograremos.

¿Preparados para sacar los bastones del paragüero? ...  a sus puestos ... listos ... YA!

¡Ah, y no os olvidéis de calentar y estirar!

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