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lunes, 17 de junio de 2019

LA ENTRADA DE TALÓN EN LA MARCHA NÓRDICA


Durante mis cursos de iniciación a la marcha nórdica pasamos un buen rato reflexionando sobre lo que hacemos al andar, que es sobre lo que se construye toda la técnica cuando, más tarde, cogemos los bastones. De los cuatro tiempos en los que podemos dividir cada paso (impulso, oscilación de la pierna retrasada, impacto del talón, carga-equilibrio), observamos que solamente el primero es un tiempo “eficiente” en cuanto al fin que nos marcamos al andar: avanzar al frente. Hoy nos proponemos aquí analizar la fase de impacto de talón, ya que ésta no sólo no es eficiente, sino que parece oponerse al fin descrito, tal como se ve en la figura de la izquierda.

Dice el reglamento de competición de marcha nórdica de la FEDME “5.6 - El pie de avance debe contactar primero el suelo con el talón.” Efectivamente, en una entrada de hace un par de meses, mueve-tus-caderas en la que analizábamos someramente la biomecánica de la marcha, decíamos que en “La tercera fase (de impacto del talón), el miembro inferior oscilante toca el suelo por medio del talón, recibiendo parte del peso del cuerpo. Durante esta fase el miembro inferior ha de medir, frenar y regular la progresión hacia delante. Tras el primer contacto, se observa una flexión plantar rápida (llevada a cabo por el músculo tríceps sural), que toma control de frenado y sitúa toda la planta en contacto con el suelo. En la rodilla, que en el momento del impacto se encuentra prácticamente en extensión completa, se produce una ligera flexión amortiguadora.”

Parece, pues, que esta acción “contraria” a nuestro avance, convenga reducirla al máximo, pasando lo antes posible al contacto de toda la planta del pie con el suelo, y aquí es dónde nos encontramos a veces con una interpretación “sui-generis” por parte de algunos árbitros, que quieren ver una clara flexión dorsal del pie, en una estresante contracción de tibiales anteriores, que suele desembocar en sobrecargas de dichos músculos y tendinitis en sus inserciones, al tiempo que, como hemos visto, alarga innecesaria y antinaturalmente, un momento indeseable de frenado de la marcha.

En el artículo siguiente al citado anteriormente, el reglamento de la FEDME dice “5.7 - No está permitido bajar el centro de gravedad del cuerpo flexionando ambas piernas.” Interpretado al pie de la letra, esto supondría andar manteniendo en todo momento las dos piernas hiperextendidas, lo que nos llevaría a una desplazamiento totalmente anormal, que no creo que sea lo que los desafortunados redactores tenían en mente.

Más bien, el reglamento debería decir algo parecido al francés (que tampoco es un dechado de perfección), que previene contra el lanzamiento de la rodilla por delante del talón (se entiende que “en el momento de la toma de contacto del talón con el suelo”).

El empeño de no flexionar las rodillas demasiado proviene de la marcha atlética, dónde una de las dos faltas descalificantes (la otra es correr) consiste en no tener la pierna de apoyo hiperextendida al pasar el centro de gravedad del marchador sobre ella. Y todo ello se deriva de la necesidad de mantener una marcha natural, huyendo de la flexión excesiva de las piernas al andar, lo que los franceses llaman “paso deslizante” y yo llamo “paso Groucho Marx”.

Este paso, al minimizar, o incluso anular la entrada de talón, resulta en una marcha mucho más eficiente y rápida, aunque se necesitan unos cuádriceps extraordinarios, como los de Bernabé Rodriguez, que ANDABA 10km en poco más de 40’. En la imagen de video la izquierda, tomada durante una competición en 2016, podemos apreciar la diferencia entre la pierna de carga bloqueada del marchador naranja, y la suya, muy flexionada. Los dos competidores, por cierto, tienen ambos bastones en el aire, una violación muy frecuente, pero muy difícil de apreciar a simple vista, típica de marchadores con gran potencia del tren inferior y poca técnica de marcha nórdica. Para detectarla, normalmente se necesita un video de alta calidad y pasarlo imagen a imagen.

Bernabé, un extraordinario atleta que llegó a ostentar una decena de records mundiales, fue cruelmente tratado por cometer el error de creer que lo que hacía era marcha nórdica, cuando apenas utilizaba los bastones. Toda su potencia al ANDAR estaba en sus portentosas piernas. Obsérvese que digo ANDAR, con mayúsculas, porque doy fe de que he examinado horas de vídeo de este atleta sin conseguir verle en una sola toma los dos pies en el aire. En la imagen de la derecha volvemos a ver a los dos competidores anteriores, y podemos apreciar la diferente flexión de sus piernas de carga, y la diferente posición de sus centros de gravedad. También aquí los dos tienen los bastones en el aire.

De todo esto podemos sacar dos conclusiones:

  1. Los que practicamos marcha nórdica no debemos hacer un esfuerzo extraordinario por mantener el metatarso elevado cuando entramos de talón. Cuanto antes se abata el pie sobre el suelo, menos resistencia experimentaremos al avance.
  2. Los responsables de la FEDME deberían revisar el reglamento de competiciones de marcha nórdica y aclarar los puntos tratado anteriormente, dando una referencia clara a los árbitros (por ejemplo, que en el momento de la toma de contacto del pie con el suelo, la vertical de la rodilla no puede estar por delante de la vertical del talón).

Y mientras tanto, tu y yo a sacar los bastones del paragüero, todos los días, para hacer una marcha nórdica lúdica, sana y deportiva (LSD).

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