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jueves, 20 de junio de 2019

Cómo afecta la marcha nórdica a tu cerebro


La mayoría de las reflexiones sobre diferentes aspectos de la marcha nórdica que posteriormente comparto con todos vosotros a través de las entradas de este blog empiezan a gestarse en mi mente durante mis diarias prácticas de este bendito deporte. Es como si esta actividad física pusiera en marcha no sólo más del 90% de los músculos y articulaciones de mi cuerpo, sino, además, las dos o tres neuronas que todavía deben quedar dónde una vez tuve un cerebro.

Así, dispuesto a confirmar que, efectivamente, la marcha nórdica, aparte de sus bien conocidos y aireados efectos benéficos sobre nuestro organismo físico, también los tiene, y muy importantes, sobre nuestra psique, y su soporte corporal, nuestro tejido neuronal, me lancé a internet en busca de opiniones al respecto. Tengo que decir que he quedado asombrado por el número de estudios, trabajos, artículos e hipótesis que he encontrado, tras una somera exploración de la red, acerca de la relación entre la preparación física y la salud mental, provenientes de expertos y universidades de todo el mundo.

De entre todos esto trabajos, os traigo aquí un resumen del publicado por Brock Armstrong, en la página Quick and Dirty Tips, titulado Cómo afecta el ejercicio a tu cerebro (https://www.quickanddirtytips.com/health-fitness/exercise/how-exercise-affects-your-brain). El autor se refiere en líneas generales al ejercicio aeróbico, es decir, al que se realiza sin deuda de oxígeno, fuera de competiciones y situaciones estresantes, del que nuestra marcha nórdica, sigue siendo, mientras no se demuestre lo contrario, el más completo, equilibrado, racional y adaptable representante.

El autor señala que el ejercicio afecta al cerebro en muchas formas: aumenta las pulsaciones por minuto, llevándole más oxígeno, ayuda a liberar hormonas que mejoran el crecimiento de células cerebrales, estimula la formación de nuevas conexiones interneuronales, tal como demuestra un estudio de la Universidad de Los Ángeles, produce efectos antidepresivos, mejora el aprendizaje y la memoria, … El trabajo citado recorre las nueve áreas siguientes en las que el ejercicio tiene un efecto beneficioso sobre el cerebro:

  1. El ejercicio aumenta la memoria. El hipocaampo, que es el centro de aprendizaje y memoria de nuestro cerebro, responde extraordinariamente al ejercicio aeróbico.
  2. El ejercicio aumenta la concentración. Estudios en Holanda y EEUU muestran un mayor rendimiento de los estudiantes cuando se combina el aprendizaje con el ejercicio.
  3. El ejercicio mejora la salud mental. El denominado “subidón del corredor” es una realidad, probada en experimentos de laboratorio, que muestra una situación placentera y analgésica. En el otro extremo, los fundamentos científicos del “relax del yogui” también han sido constatados. Otro estudio ha establecido que el ejercicio es tan eficaz contra el estrés y la depresión como los tratamientos psicológicos o con fármacos.
  4. El ejercicio incrementa la creatividad. Esto es lo que dio pie a mi búsqueda de fuentes, pero veo que no he sido el único que cree que andar ayuda a pensar. El siguiente estudio muestra cómo el caminar mejora el pensamiento creativo, aunque disiento del autor en que creo que también ayuda a encontrar respuestas correctas normales, que no implican creatividad.
  5. El ejercicio ralentiza el deterioro cognitivo. 30-45’ de marcha nórdica (esto es una licencia que me permito), tres veces por semana, pueden ayudar a retrasar la aparición de la demencia. Aunque el levantamiento de peso y el baile también parecen ser alternativas, yo me quedo con la primera.
  6. El ejercicio mejora la circulación. Al aumentar las pulsaciones, la sangre lleva más oxígeno y glucosa al cerebro, estimulando la sinapsis entre sus neuronas y preservando las relaciones cerebro-musculares.
  7. El ejercicio facilita el aprendizaje y la memoria. Aunque todavía no se sabe muy bien cómo funciona, pero es probable que la mayor oxigenación y nutrición del cerebro sean los factores principales.
  8. El ejercicio crea más células cerebrales. Hasta finales del siglo pasado se creía que tras el nacimiento no aparecían nuevas neuronas, pero un estudio del Salk Institute demostró que un cerebro adulto es capaz de producir nuevas células (neurogénesis). De nuevo, no se sabe muy bien cómo, pero la teoría es que el ejercicio físico estimula la producción de una proteína (Noggin) que inicia la producción de la neurogénesis y de células madre.
  9. El ejercicio previene la enfermedad. Según el Instituto Nacional de Salud, permanecer físicamente activo ayuda a retrasar o prevenir el declive de las funciones cognitivas asociado con la edad. Los individuos sedentarios tienen el doble de probabilidades de desarrollar enfermedades tales como el Alzheimer.

Finalmente, el autor menciona un artículo publicado por la CNN en el 2017, titulado Tres formas en las que el ejercicio beneficia a tu cerebro:

  • Aumenta tu “estado de forma” mental. Hay unos 86.000 millones de neuronas en tu cabeza, diseñadas para dar órdenes al resto de tu cuerpo, con la ayuda de mensajeros químicos (neurotransmisores que regulan todo lo que pasa en él. Está demostrado que la falta de dos de ellos, el glutamato y la GABA, a menudo lleva a la depresión, pero un estudio del Diario de Neurociencia demuestra que el ejercicio moderado puede aumentar sus niveles.
  • Elimina el estrés para siempre. Cuando estás estresado, tu cerebro produce cortisol, la hormona del estrés que, cuando no estás ante un peligro real, puede ser tan problemática como una cardiopatía, una diabetes o la hipertensión. El ejercicio es una forma de estrés controlado que agudiza la respuesta de tu cerebro ante situaciones de estrés reales, y la inhibe ante las que no lo son.
  • Envejece con gracia. Según un estudio de la Universidad de Illinois, en 2006, mostró un aumento del volumen cerebral en los indivíduos que hacían ejercicio aeróbico de forma regular.

La guinda del pastel, es que el hipocampo, asociado con la memoria y el aprendizaje, que normalmente disminuye con la edad, es mayor en gente que se mueve. No es probable que esto te haga más listo, pero puede que te ayude a recordar lo que es importante. Si has visto a un ser querido mayor empezar a olvidar cada vez más cosas de su vida anterior y de su familia, sabrás que ésta es una excelente razón para ponerte en forma – desde ya!

Los investigadores están todavía estudiando cómo funciona todo esto, pero la clave parece estar en el mayor riego sanguíneo del cerebro, el aumento de hormonas de crecimiento y la expansión masiva de la red capilar cerebral.

Desde 1999 los neurocientíficos saben que el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) se libera durante el ejercicio aeróbico y estimula la neurogénesis (crecimiento de nuevas neuronas), pero últimamente los investigadores se han centrado en una hormona activada por el jercicio, llamada Irisin. En el 2012 descubrieron que esta hormona es capaz de ayudar a mantener un peso corporal saludable, mejorar las capacidades cognitivas, y ralentizar el envejecimiento, de manera que si te preocupan estos temas, ponla en tu diccionario.

Espero que hayas disfrutado con la lectura (el original, en inglés, está también grabado en audio), y perdona por no traducir los enlaces a artículos referenciados y explicaciones, algunos añadidos por mí. De todas formas, el corolario de todo esto es que lo que hacemos es bueno y hay que seguir haciéndolo. O sea, que saca tus bastones del paragüero y dales caña, cada día.

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