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jueves, 22 de agosto de 2024

Marcha nórdica para un envejecimiento digno

 

El ser humano comienza a envejecer biológicamente desde que nace, cuando las células, en constante renovación, comienzan a perder capacidad óptima de regeneración. A partir de los 20 o 30 años se perciben los primeros signos de envejecimiento fisiológico, cuando empieza a disminuir la producción de colágeno, desacelerándose gradualmente el metabolismo. Pero es a partir de los 40 cuando el envejecimiento se va haciendo notorio, con los efectos más evidentes a partir de los 60.

En mi experiencia, propia y observada, la vejez lleva implícito un deterioro de facultades neuronales, cardiovasculares y musculo-esqueléticas que, a partir de un determinado nivel llega a ser imposibilitante.

Un ejercicio racional, lo más equilibrado y completo posible, practicado de forma sistemática a lo largo de la vida, en el que la música juegue, a ser posible, un papel importante, mantendrá en movimiento todo nuestro sistema múculo-esquelético, activará la circulación cardiovascular, incluyendo el riego cerebral y neuronal general, y potenciará la producción de dopamina y endorfinas, esenciales para mantenernos activos y sin dolores.

Una práctica semanal de tres sesiones de 10 km de marcha nórdica, con música variada, una buena técnica que procuro cuidar, sin carreras, unida a rutinas diarias de calentamiento y estiramiento, y una alimentación variada, sin abusos ni carencias, creo firmemente que me está ayudando enórmemente a “envejecer con cierta dignidad”, es decir, sin las limitaciones y dolores “propios” de mi edad.

No sé el papel que estas rutinas jugarán en el desarrollo de enfermedades tales como las inmunológicas y los cánceres, pero quiero pensar que al menos no serán contraproducentes, ya que me generan un bienestar psicofísico que, a decir de los expertos, ejerce un efecto curativo general sobre los pacientes.

El cuidado bucodental, aunque nada tenga que ver con el ejercicio físico más allá del cepillado frecuente de dientes y encías, creo que merece ser mencionado en este papel, por su influencia en un envejecimiento digno.

Así que, tras un buen desayuno (y cepillado), calentad y sacad los bastones de marcha (y no olvidéis estirar a la vuelta).


domingo, 18 de agosto de 2024

ABCD de la marcha nórdica ... en cinco minutos

Esta mañana, haciendo mi recorrido habitual de marcha nórdica me han parado dos chicas. al parecer,  preparando  el Camino de Santiago.  Ayer intentaron salir con bastones y no se aclararon, así que al verme usar los míos, me han pedido "algún consejo" rápido sobre el uso de estas "infernales herramientas".  

Francamente, ante estas situaciones, no sé que contarles.  Yo hago mensualmente, les he dicho. un curso de "iniciación" de cuatro horas en el que resumo, de forma teórico-práctica mis conocimientos para conseguir que los alumnos salgan del mismo con un manejo básico de la técnica alternativa de la marcha nórdica y con unos conocimientos generales sobre la evolución que deben perseguir para perfeccionar dicha tácnica, en la inteligencia de que dicho perfeccionamiento les llevará a mayores resultados físicos y de salud.  Me han dicho que han intentado alguna vez apuntarse, pero que la realidad es que ahora necesitaban un "consejo mágico" ante la inminencia del desafío.

Tengo que decir que desconfío de esos "bautismos" de marcha nórdica que algunos venden por ahí.  Yo no sé hacerlo para un grupo en menos de esas cuatro horas, si quiero que se enteren de lo que es la marcha nórdica y lo que pueden esperar de ella.  Para una o dos personas, que no sean demasiado descoordinadas, a veces he conseguido reducirlo a dos horas y media, pero siempre he observado, a posteriori, que me he dejado cosas importantes en el tintero, y no me gusta.  Mi padre puso gran empeño en eseñarme a hacer las cosas bien y soy incapaz de hacerlas de otra manera, si soy consciente de ello.

Tras un consejo apresurado, totalmente incompleto y atropellado, he continuado mi práctica recapacitando sobre lo que me han pedido y la pobre respuesta que les he dado y asi, he venido a concluir los puntos siguientes, que espero recordar si vuleve a surgir la necesidad, en forma de ABCD de la marcha nórdica, para gentes con prisa:

A.- Andar.  La marcha nórdica consiste, basicamente, en andar, así, en toda la extensión de la palabra.  Andar de forma natural, centrados en lo que estamos haciendo, sin contemplación de escaparates ni florecitas; sin whatsapear ni conversar con los colegas.  Es practicar el noble y antiguo deporte de andar, partiendo de una postura erguida, que nos esforzaremos en mantener a lo largo de todo el ejercicio.

B.- Bracear.  Con un braceo amplio, desde los hombros, si equipo que nos dificulte la oscilación de los brazos por delante del torso (hasta vernos los codos a cada paso) y por detrás de la cadera (hasta perder de vista las manos).  Esta oscilación amplia facilitará la contra-rotación de hombros y caderas que permitirá un excelente trabajo de todos los músculos y articulaciones de la columna vertebral, posiblemente, el mayor beneficio de este deporte.

C.- Coordinar brazos y piernas, de manera de cada mano clave el bastón en el suelo, firmemente sujeto, al mismo tiempo que se apoya el talón del pie contrario, abndonando el terreno pie y bastón contrario simultáneamente.  El apoyo progresivo del pie desde el talón a los dedos se coordina con el empuje sobre el bastón, que va pasando similarmente de la empuñadura al fiador.

D.- Desplazar nuestro cuerpo de manera más eficiente, gracias a la inclinación adecuada de los bastones en todo momento, que nos permita descomponer la fuerza ejercida a lo largo de los mismos en una componente vertical, que nos proporcionará apoyo y equilibrio, y una menor, horizontal, que aumentará el impulso adelante o la retención, según que vayamos llaneando/subiendo o bajando, dependiendo de la mayor o menor inclinación del terreno.

No se me ocurre una condensación más justa para el consejo rápido que me pedían.  A esto sólo se puede añadir que lean mi folleto.  Se lo pueden bajar gratuítamente en este enlace.  Y, sobre todo, que saquen los bastones del paragüero y practiquen, de forma racional, fijándose en lo que hacen.


martes, 6 de agosto de 2024

Prevalencia de lesiones de cadera y columna en marchadores

 En mi última entrada de este blog hablaba de lecciones que se puede extraer de las competiciones de marcha atlética para mejorar algo el pobre estado actual de las competiciones de marcha nórdica. ¡Ojo, que no quiere decir que yo defienda las competiciones de ninguna de las dos modalidades!, sobre todo a partir de ciertas edades.

Concretamente, la regla de no flexionar la rodilla desde que la pierna entra en contacto con el suelo hasta que pasa de la posición vertical tiene efectos negativos sobre la velocidad y, sobre todo, para la salud a medio/largo plazo de los marchadores atléticos.


En lo que se refiere a la velocidad, la entrada de talón, con la pierna “bloqueada” presenta una resistencia inicial (C en las figuras) a la progresión que, sin duda, se vería “suavizada” si la pierna presenta una cierta flexión en el momento de la toma de contacto inicial con el asfalto.  La disminución de la amplitud del paso se compensa con el incremento de la energía cinética al adelantar el centro de gravedad.

En cuanto a las repercusiones para la salud, el impacto con el suelo del talón de la pierna bloqueada se transmite a todas las articulaciones de la misma, y sigue por la cadera a toda la columna del marchador. Estos microtraumatismos, aumentados por la energía cinética del competidor, repetidos millones de veces a los largo de años de entrenamientos y competiciones, han de tener, forzosamente, unas consecuencias negativas para la salud de los que los sufren.

La prevalencia de lesiones de cadera y columna entre marchadores, particularmente los que practican la marcha atlética (race walking), es un tema de interés debido a la mecánica específica y las demandas físicas del deporte. La marcha atlética requiere un movimiento controlado y continuo con una técnica que puede poner estrés en estas áreas del cuerpo.

La regla comentada, junto con el entrenamiento continuado sobre superficies duras, puede aumentar el riesgo de lesiones en cadera y columna debido al impacto repetitivo y a la necesidad de estabilización adicional.

El volumen e Intensidad del Entrenamiento, ante la exigencia en intensidad y duración de las pruebas de las competiciones en este deporte, sin un descanso adecuado, pueden contribuir a la aparición de lesiones por sobreuso (estrés físico).

Problemas biomecánicos o desalineaciones, como la dismetría de las piernas, problemas en la alineación de la cadera o angulaciones anormales de la columna vertebral (v.g. escoliosis) también pueden predisponer a los marchadores a lesiones musculares, óseas o de ligamentos, dolorosas y persistentes, que puedan precisar de corrección quirúrgica a medio o largo plazo, sin mucha garantía de recuperación.

La técnica correcta de marcha, con un entrenador más preocupado por la salud del atleta que por los resultados en las competiciones (algo difícil de encontrar), puede reducir el riesgo de lesiones, aunque será más bien el aumento progresivo y racional de la intensidad y el volumen del entrenamiento, junto con el adecuado fortalecimiento de los músculos alrededor de la cadera para mejorar la estabilidad y reducir la carga en las articulaciones, buenas rutinas de calentamiento previo, estiramientos, masajes y la incorporación de períodos de descanso y recuperación en el programa de entrenamiento lo que más puede contribuir a disminuir este peligro.

En mi humilde opinión, el entrenamiento cruzado con sesiones de marcha nórdica y la práctica constante de esta especialidad al final de la vida competitiva (que nunca debe prolongarse mucho) del marchador, pueden servir de alivio y, en el mejor de casos, de prevención de estas lesiones. El efecto benéfico de la dulcificación del impacto sobre el tren inferior, la corrección de desalineaciones y el equilibrio proporcionado por el uso coordinado de los bastones mediante la práctica de las técnicas alternativa y simultánea de la marcha nórdica, la musculación y trabajo articular en general a consecuencia de un buen trabajo sostenido de contra-rotación, pueden disminuir el riesgo de lesión de cadera y columna de los marchadores. Y además. Podréis seguir practicando algo parecido a vuestro deporte muchos años y por entornos en los que antes nunca pudísteis soñar. De manera que, si tenéis los bastones en el paragüero, sacadlos y dadles marcha … y si aún no los tenéis, ya estáis tardando.



jueves, 1 de agosto de 2024

Marcha atlética: lecciones para las competiciones de marcha nórdica


Con las dos medallas olímpicas de esta mañana para la marcha atlética española todavía impresas en mis retinas, constato la enorme diferencia entre esta disciplina y la marcha nórdica. Por un lado, la experiencia y el apoyo por parte de la Federación Española de Atletismo a la primera, y por otro la incomprensión por parte de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada de la segunda, no reconociendo el verdadero valor diferencial de este deporte, su enórme rédito saludable que lo diferencia de todos los demás conocidos.

Dicho esto, dado el incomprensible empeño de una parte importante de responsables y practicantes de marcha nórdica en obviar este valor diferencial y realizar competiciones de velocidad, desvirtuando así la magia de este deporte, voy a tratar de traer a las líneas siguientes algunas lecciones aprendidas de los más de cien años de competiciones en que la marcha atlética aventaja a la nórdica, por si los responsables de este deporte quieren y pueden mejorar en algo la situación actual.

Para empezar, el reglamento de marcha atlética (MA) sólo establece dos condiciones, muy bien definidas, que los competidores deben observar para no ser sancionados: 1. Mantener siempre (al menos, supongo) un pie en contacto con el suelo; 2. No flexionar la rodilla desde que la pierna entra en contacto con el suelo hasta que pasa de la posición vertical. Supongo que esta última condición es para evitar el paso deslizante (a lo Groucho Marx) que, como he indicado en alguna ocasión en este blog, permite desarrollar velocidades mayores, aunque con una postura “poco digna”.

El reglamento de marcha nórdica (MN) establece un mínimo de cinco reglas, pobremente (por decir algo) definidas, algunas tan difíciles de observar como que en todo momento haya (al menos, supongo) un bastón en contacto con el suelo, que el brazo debe mantener la extensión “natural” (!?) del codo al paso por la cadera, que el empuje sobre el bastón debe ser “evidente y potente” (!?), o evitar la oscilación “excesiva” de la cadera o de los hombros. El paso deslizante, ni se contempla. ¡Dios mío! Sigo preguntándome cómo hay en España personas que osan arbitrar con semejante “reglamento”.

Para todo ello la MA cuenta con 6-9 árbitros en un circuito entre 2 y 2,5 km, lo que, teniendo en cuenta que los circuitos son de ida y vuelta, nos da una densidad media de 1 árbitro cada 100/150 metros. En la prueba de los 20km de Paris había un árbitro cada 80 m.

El reglamento de competiciones de MN habla de circuitos de 3 km, o incluso itinerarios no cerrados, sin una densidad mínima de jueces, y que en no pocas ocasiones obligan a montar árbitros en bicicletas. Ya ha habido más de un accidentado, y nos podemos hacer una idea de la atención que pondrán a la técnica cuando se están jugando su propia integridad física.

La observación de los dos pies en el aire, a simple vista, es bastante difícil para árbitros con poca experiencia. Hoy, en la retransmisión desde París, cuando la televisión ralentizaba tomas de los pies de los marchadores, se veía a gran número de ellos que perdían contacto total con el asfalto sin ser amonestados. La observación de los dos bastones en el aire es, simplemente, imposible si no se utilizan medios técnicos que permitan la ralentización e incluso la congelación de imágenes.

Todo esto redunda en el general descontento de competidores (con la excepción, comprensible, de los que son proclamados vencedores) por el tratamiento injusto al que los árbitros, poco duchos y bastante insensatos, los someten en cada competición a la que asisten. Claro que, la culpa no es sólo de los que consienten tal reglamento y de los que se avienen a arbitrar con él. Los que asisten a estas competiciones no están exentos de pecado (y en el pecado va la penitencia), máxime cuando, conocedores de todo esto, dejan el campo de una práctica deportiva saludable para entrar en un desafortunado y peligroso “palirunning” (el término no es mío, y bien que lo siento).

En fin, aquí me quedo. Sed sensatos, sacad los bastones del paragüero y dadles buena (y sana) marcha nórdica.