El
pasado miércoles salí con mis bastones para hacer mis 10km básicos
cotidianos de fartlek nórdica musical. Después de calentar bien,
algo muy recomendable, salgo ya “enchufado” de casa, al ritmo de
la selección musical del día, con mis conteras MNL, por 2,5 km de
asfalto y aceras, hasta que entro en los caminos de la subida a
Tentegorra (100 metros de desnivel), donde quito mis conteras y
utilizo las puntas metálicas de mis Fizan Speed, durante los 2,5 km
de subida y otros tantos de bajada. Luego vuelvo a poner mis
conteras para volver a casa. Allí preparé mi equipaje para un
largo finde en Madrid, empezando por mis bastones de marcha nórdica,
los de senderismo, dos pares de zapatillas (trail y NW) y ropa de
deporte suficiente para todos los días.
El
jueves, había quedado con Regina y Marcelino en Tres Cantos para ver
el recorrido del Primer Campeonato Regional de Marcha Nórdica de
Madrid, que tendrá lugar el próximo domingo 19 de noviembre.
Marcelino nos mostró el recorrido, que pinta bastante bien. Lo
cierto es que en el pie de monte del sur de la sierra de Guadarrama
hay excelentes escenarios dónde poder seleccionar buenos circuitos
para la organización de competiciones de marcha nórdica, con un
firme muy favorable para la utilización de bastones y gradientes que
facilitan el desarrollo de una técnica adecuada en toda su
extensión. El reglamento desarrollado por la Comunidad de Madrid
incluye, por primera vez en nuestro país, la utilización de un
anillo de penalización, y es el primero en no demonizar la marcha
atlética. Siento no poder asistir, pero mi agenda y mi cartera no
dan para más. Les deseo y auguro un buen campeonato.
Después
del recorrido, en muy buena compañía (es siempre un placer volver a
encontrarse con viejos conocidos de los tiempos, ya históricos, de
los difíciles comienzos de las competiciones “incunables” de la
marcha nórdica, cuando no había federación que nos “amparase”),
ayudé a Marcelino con un curso multitudinario de marcha nórdica,
haciéndome cargo del perfeccionamiento de un grupo ya iniciado y con
cierta experiencia, en el incomparable escenario de la pista de
atletismo de Tres Cantos. Una gozada para todos, pero sobre todo,
para mí, que siempre disfruto enseñando lo poco que sé a gentes
inquietas, con ganas de aprender. ¡Que Dios les bendiga!
El
viernes repetí una experiencia a la que vuelvo con fruición cada
vez que regreso a Madrid. A las ocho de la mañana bajaba por la
Cuesta de San Vicente, para entrar en la Casa de Campo, privilegio de
los madrileños, por la puerta de la Huerta de la Partida, subiendo
hasta el Lago, y siguiendo por sus anchas y arboladas avenidas hacia
el oeste para, una vez completada una hora de marcha, quitar las
conteras y deshacer lo andado por caminos bien pisados, en los que la
práctica de la marcha nórdica en un verdadero placer. Tampoco está
la Casa de Campo mal dotada que digamos para albergar competiciones
de marcha nórdica, ni para la práctica habitual de este deporte,
ofreciendo al nordimarchador la oportunidad de variar cada día de
recorrido, a cuál mejor.
El
sábado, en el Metro con mis bastones (en Madrid nadie se para a
mirarte, lleves el atuendo que lleves – una de las ventajas de los
que viven en ciudades cosmopolitas), hasta la Plaza de Castilla, de
dónde partían los autobuses que nos llevaban hasta San Sebastián
de los Reyes, para participar en el Ecotrail que, este año por
primera vez, incluía 22km de marcha nórdica, no competitiva, hasta
El Pardo. Gracias a Bea por cederme su dorsal (siento su lesión,
triste consecuencia de un recorrido poco adecuado para una
competición de marcha nórdica), a la organización que no puso
pegas para el cambio, y a Regina que se molestó en andar todos los
pasos para lograrlo.
En
la zona de salida, en la Dehesa Boyal, en un día espléndido, tuve
la oportunidad y la inmensa alegría de reencontrarme con alumnos de
mis cursos de Aranjuez, ya atrapados por el gusanillo de la marcha
nórdica, tanto como para asistir a estos eventos. Todos ellos
sienten la dimisión de José Luis, que tanto hizo por crear y echar
a andar el club de marcha nórdica de esta privilegiada localidad,
otro escenario ideal para la práctica y la competición de nuestro
deporte. Ni ellos ni yo entendemos muy bien este cambio de actitud,
aunque la respetamos y, personalmente, la atribuyo, al menos en
parte, a la decepción ante la falta de sensibilidad de las
federaciones de montaña ante nuestro deporte, ignorando sus
intrínsecas particularidades. Tanto este día, como el de Tres
Cantos, pude apreciar sentimientos similares en otros
nordimarchadores conocidos. Una pena.
El
recorrido del Ecotrail, en su mayor parte, por dehesas, con continuas
subidas y bajadas, negociables con la técnica básica diagonal y
algún doble bastón, en las que había que prestar especial atención
a la afloración de raíces, circunstancia que produjo algún
accidente. Gracias a Dios, la prueba era “no competitiva”. De
no ser así, el número de accidentes, y sus consecuencias, podría
haber sido peor. El tramo por el campo de maniobras del El Goloso,
algo desagradable por el excesivo calor (este verano no va a acabar
nunca) y la falta de sombras. Sólo un avituallamiento, tras el
kilómetro 12, y ni un miserable recuerdo por parte de la
organización para los que completamos el recorrido, alrededor de la
tres horas. Así no se hacen clientes. Lo mejor de la mañana, los
participantes, y la jarra de clara fresquita que nos tomamos en un
bar de El Pardo.
En
fin, la finalidad de esta perorata no es contaros mi largo y nórdico
finde, sino poner en negro sobre blanco la realidad de los múltiples
escenarios existentes para la práctica de nuestro deporte: urbanos,
mixtos (urbanos/naturales), pistas de atletismo, entornos de baja y
media montaña,… todos adecuados para hacer marcha nórdica, aunque
no todos idóneos para montar competiciones, sobre todo si la única
técnica permitida es la básica diagonal.
El
lema de Nordicartagena es “MARCHA NÓRDICA, PARA TODOS Y PARA
TODO”, porque esa es una de las principales características de
nuestro deporte. Pero también es una de sus peculiaridades
intrínsecas el hecho de que se pueda practica en casi cualquier
entorno. De manera que no tenéis escusa para no sacar vuestros
bastones del paragüero, cada día, y pasearlos por cualquiera de
ellos.
Siempre tan ponderado y acertado en tus apreciaciones :D
ResponderEliminarPor lo que me toca, simplemente un matiz, no dimití de ningún cargo. Los estatutos del club marcan que una vez transcurridos seis meses desde la puesta en marcha del club era obligatorio convocar unas elecciones en las que elegir una junta directiva que guiara los designios del club en adelante ya que hasta ese momento simplemente había una junta gestora formada por los fundadores del club. Y tomé la decisión de no presentarme a ningún cargo, más que nada para poder volver a disfrutar de la marcha nórdica, cosa que no estaba haciendo cuando organizaba actividades desde el club.
Es cierto que los intereses de federaciones y pseudofederaciones alrededor de la marcha nórdica no me gustan ni mucho ni poco, pero no era ese el motivo fundamental, simplemente quería volver a disfrutar de la marcha nórdica, y afortunadamente lo estoy haciendo, raro es el fin de semana en el que tanto mi mujer como yo mismo bajamos de los 30-40 km, además he conseguido iniciar a unas cuantas amigas que me acompañan un par de días más entre semana después de dejar a los niños en el cole. Hoy mismo hemos organizado una salida con mucha chiquillería en bicicleta y yo he ido intentando seguir su ritmo con mis bastones, me dieron un cuarto de hora de ventaja y necesitaron casi siete kilómetros para poder alcanzarme. Estoy volviendo a disfrutar de la marcha nórdica, volviendo a "ritmos de competición" que casi tenía abandonados hace unos meses, pero como siempre dices lo importante es seguir sacando los bastones del paragüero. Un abrazo.
JL