Los numerosos y sabrosos comentarios,
secuela de mi anterior reflexión sobre este tema, pusieron sobre la mesa un
importante asunto pendiente, de los muchos que esta joven actividad deportiva
aún tiene por resolver, a saber, el de las normas de competición.
El reciente artículo del Maestro
Mariano Moreno sobre el caso Bernabé en El Contrapunto de Diario Nordic http://www.diarionordic.com/texto-diario/mostrar/289383/el-caso-bernabe-la-caida-de-un-mito , me
ha animado a adelantar esta segunda reflexión, en lugar de limitarme a comentar su
valiosa y valiente aportación, pues pienso que la importancia del asunto merece
una reflexión más profunda que un mero comentario, como tal necesariamente
limitado en espacio y profundidad.
Vaya por delante que entiendo
perfectamente los sentimientos encontrados de D. Mariano. El Sr. Bernabé es, sin duda, un gran atleta
que ha hecho una importante aportación a la difusión de la marcha nórdica en
España. Cuando no había normas de
competición (y no es que ahora las tengamos, pero de eso hablaré más tarde), el
fue el más rápido, con un estilo que puede gustar más o menos, pero con un
mérito innegable.
Tengo que decir que, tras la prueba de
Elburgo (Álava) de este año, recibí un video sobre D. Bernabé, en el que me
pedían mi opinión sobre su técnica. Lo
examiné cuidadosamente, visionando fotograma a fotograma una y otra vez y, a
pesar de que considero erróneo tratar de diseccionar la técnica de un marchador
en las proximidades de un punto de avituallamiento, en ningún momento pude
detectar un tiempo de “vuelo” en el que los dos pies del marchador estuviesen
simultáneamente en el aire. Es decir, a
la vista de ese video, la “técnica de marcha” de D. Bernabé, es correcta: no
corre.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, marchar equivale a una de las
acepciones de andar que, “dicho de
un ser animado, es ir de un lugar a otro dando pasos”, siendo el paso el “movimiento sucesivo de ambos
pies al andar” o, como explica en su acepción 6ª, “movimiento regular con que
camina un animal con patas, levantando sus extremidades una a una y sin dar
lugar a salto o suspensión alguna”.
La cuestión es que la marcha nórdica es
algo más que la marcha. Entre las
múltiples y variopintas definiciones de marcha nórdica a las que he tenido
acceso, buceando, entre otros, en los reglamentos de competición de las
federaciones polaca, francesa, campeonato alemán, Pórtland, INWA y los de las
dos federaciones autonómicas españolas que de momento contemplan esta
actividad, entre todas esas definiciones, digo, me parece la más completa, a la
par que la más sencilla, la que da el reglamento de atletismo francés: La marcha nórdica consiste en propulsar el
cuerpo con la ayuda de los cuatro miembros, utilizando dos bastones
específicos, manteniendo en todo momento un pie y un bastón en contacto con el
suelo.
Curiosamente, nadie más establece en su
definición este requisito referente al hecho diferencial de la marcha nórdica
sobre el simple andar: la necesidad de mantener
constantemente al menos un bastón en el suelo. Los dos reglamentos autonómicos existentes en
España mencionan de pasada, entre las múltiples obligaciones del marchador, (y
sólo para apuntar que en las inmediaciones de las zonas de avituallamiento y
rehidratación no es necesario observarla) que “la regla fundamental de la Marcha
Nórdica Competitiva requiere el contacto permanente con el
suelo de los bastones alternativamente”.
Se podría argumentar que esta
referencia a la técnica diagonal, excluye la posibilidad del doble bastón. A los efecto de esta reflexión, me centro en
la técnica diagonal por dos razones: hablando de competición, en la que gana el
más rápido (observando, naturalmente, la normativa vigente), el doble bastón
sería un handicap para quien lo practicase; por otro lado, resulta obvia la conveniencia
de realizar la competición sobre terreno más o menos llano. El uso de doble bastón queda relegado, en los
reglamentos que lo contemplan, a terreno muy abrupto que, en cualquier caso, no
parece adecuado para competiciones de marcha nórdica, por las naturales
dificultades que éste presenta para mantener una técnica “correcta” de marcha
nórdica.
Volviendo a lo que yo denomino la regla
diferencial de la marcha nórdica, esto es, la necesidad de mantener en todo momento un pie y un bastón en contacto
con el suelo, se podría argumentar, como dice D. Mariano en su artículo,
que un “picoteo” breve puede
producir más impulso que otro con un mayor contacto de la puntera con el
terreno. Siendo éste, en verdad, un
asunto difícil de cuantificar, resulta cuando menos defendible que siempre será
más fácil teatralizar un gesto de “picoteo” con el bastón que uno de constante
apoyo. También resulta difícil
comprender cómo en un apoyo puntual y limitado en el tiempo, el bastón puede ayudar
debida y eficazmente el paso del pie contrario en todas sus fases (toma de
contacto con el suelo, carga, equilibrio e impulso).
Precisa,
y curiosamente, todo lo que no se fijan los reglamentos en la necesidad de
mantener un bastón (al menos) siempre en contacto con el suelo, hacen luego
hincapié en asegurar algo mucho más difícil de comprobar, a saber, que se
ejerza presión sobre ese bastón para apoyar efectivamente el trabajo del pie
contrario. Este esfuerzo efectivo, que
sólo sería mesurable mediante la instalación de un dinamómetro en cada bastón,
con algún sistema de aviso que pusiera de manifiesto la falta o insuficiencia
de dicha presión, se deja a criterio de los jueces mediante la apreciación de
un movimiento más o menos amplio de los brazos, de manera que codo y mano pasen por delante del torso, en el momento de la toma
de contacto de la puntera del bastón con el suelo, y por detrás del torso, al
finalizar la fase de impulsión, antes de que la puntera del bastón abandone
el suelo para iniciar la recuperación del mismo.
Volviendo
al video que examiné de D. Bernabé, atendiendo a la regla de “siempre un bastón
en contacto con el suelo”, es evidente que éste no la aplica. Incluso en las fotografías que acompañan el
artículo de D. Mariano, se aprecia claramente que ambos bastones están en el
aire en el momento de la instantánea.
Sin embargo, en el vídeo es difícil apreciar si las manos pasan por
delante y por detrás del torso con cada paso (para mí que sí). Con esta sola regla, sería difícil cuestionar
la validez de su técnica. En este
sentido, entiendo que D. Mariano se oponga a la “lapidación técnica” de D.
Bernabé y a la descalificación en pruebas cuyo reglamento no vaya más allá de
la mera observancia de pies y manos (y no de puntas de bastones).
Finalmente,
con esta sola regla de manos para apreciar la bondad de la técnica empleada
sobre los bastones, se fomenta el arrastre de los mismos, un hecho demasiado
frecuente, que ya observé y comenté en mi anterior reflexión. Si el bastón tiene que realizar un trabajo
eficaz de apoyo a todas las fases del paso, parece necesario que el apoyo de la puntera se produzca entre el pie adelantado y el retrasado, próximo
a la vertical del centro de gravedad del cuerpo. Un apoyo a la altura (o por delante) del pie
adelantado sería un freno inicial y no permitiría pasar la mano por detrás del
torso. Al contrario, un apoyo por detrás
del pie retrasado llevaría a una pérdida rápida de nuestra capacidad de apoyo
sobre el bastón, incluso antes de completar la fase de impulsión del pie
contrario.
Los
reglamentos actuales de competiciones de marcha nórdica, se pierden, a mi
humilde entender, en disquisiciones enrevesadas, confundiendo cadencia y
velocidad o estableciendo complicadas fórmulas que pretenden limitar la
velocidad de los competidores (!?) y que, a la postre, dejan al futuro participante
con una idea poco clara de qué puede o no puede hacer, o cuál será el coste de
una posible infracción. Hasta ahora,
sólo la buena fe de los marchadores que participan en estos eventos (Dios los
bendiga) hace que no acaben como el Rosario de la Aurora.
Un reglamento de 25 páginas, cuando todo lo que hay
que decir se puede condensar en una, sólo contribuye a dificultar su
comprensión. El “corta y pega” de otras
competiciones o reglamentos, no garantiza que se esté haciendo bien. Al contrario, he observado alguna malísima
traducción repetida hasta la saciedad en una y otra ocasión (v.g.- Original
Nordic Pole Walking – pag 68.- Technique Check List. 4. Try to finish the pole
thrust behind the pelvic line. Traducido como: El bastón se debe clavar
siempre por detrás de la línea de la pélvis (!?).
Como D. Mariano, soy reacio a perder
participantes en nuestras escasas y poco concurridas competiciones por una
reglamentación excesivamente exigente o exigentemente aplicada por jueces que,
todo sea dicho, hacen lo que pueden dentro del panorama descrito (mi sincero
reconocimiento al Sr. Tolo Vert por su dedicación y esfuerzo en este campo). Mucho menos quisiera que se perdieran
participantes por críticas e impresentables descalificaciones de quienes ni
siquiera se dignan a participar, defendiendo como principio sacrosanto la “no
competitividad de la marcha nórdica”, a pesar de que unas páginas más allá se
permitan publicar un reglamento para competiciones (!?). De momento, creo que es en interés de todos,
incluso de los que no participan, que crezca la afluencia a estas pruebas,
dentro de la buena predisposición que he podido constatar en las pocas en las
que he tenido la suerte de participar, aceptando la imperfección de la reglamentación
actual, la falta de jueces calificados y su comprensible poca disposición a una
severa aplicación de las normas.
Mientras tanto, animo desde aquí a
participar en estos eventos, siempre festivos y gratificantes para los amantes
de la marcha nórdica, con mente abierta, comprensiva y agradecida hacia los
organizadores que, en las actuales circunstancias de indefinición normativa y
escasa participación, acometen la ingente tarea de prepararlas. ¡Que Dios les ilumine!
Como corolario de las anteriores
reflexiones, expongo el siguiente reglamento, abierto a comentarios (constructivos,
por favor) y susceptible, por su simplicidad, de ser complementado en pruebas
específicas con todo aquello que los organizadores estimen conveniente, pero
siempre manteniendo en mente la bondad de la simplicidad.
Los marchadores que
participen en esta prueba deberán observar en todo momento las siguientes normas:
- La marcha nórdica consiste en andar con bastones
utilizando una técnica tal que, aprovechando la acción del braceo natural
del cuerpo sobre dichos bastones, se optimice la progresión.
- No se
puede correr. Se debe mantener en todo momento al menos un pie y un
bastón en contacto con el suelo. Sólo dentro de las zonas de
reavituallamiento, o puntual y limitadamente fuera de ellas, pueden los
marchadores romper la cadencia de los bastones mientras se rehidratan,
enjugan el sudor, miran su cronómetro, etc.
- Se deben utilizar los bastones activamente. La punta del
bastón se debe plantar en el suelo por detrás del pie contrario y por delante
del otro. En cada paso, el codo y la
mano contrarios al pie adelantado deben seguir el movimiento de dicho pie,
rebasando el torso del marchador por delante y por detrás del mismo.
- No se debe dificultar la progresión de
los demás participantes.
- Se deben seguir fielmente, en todo
momento, las instrucciones de los miembros de la organización y/o jueces
designados para la prueba.
- Los miembros de la organización y/o jueces
designados para la prueba podrán advertir y, en caso de inobservancia de la
advertencia, descalificar al marchador que incumpla las normas anteriores.
El sufrido y avieso lector observará que
no digo nada sobre bastones “exclusivos” de marcha nórdica, tacos de asfalto,
auriculares para musica, y otras menudencias que provocan ríos de tinta en los
distintos reglamentos, sin ir a lo fundamental. Lo hago adrede. Y que cada cual piense lo que quiera y, en su
prueba, “pontifique” lo que estime conveniente, teniendo en cuenta que cuantas
más cortapisas pongamos, más limitaremos la participación.
Finalmente, quisiera aprovechar esta
oportunidad para pedir desde aquí a los organizadores de pruebas de marcha
nórdica un esfuerzo extraordinario en la grabación
del evento, con tomas más o menos prolongadas que permitan la observación
de la técnica de los distintos participantes.
El acceder a material grabado permitirá, más allá de la siempre imperfecta
y subjetiva “propiocepción”, el
posterior análisis, discusión, corrección y mejora de técnicas y eliminación de
vicios que, seguramente, muchos participantes agradeceremos.
Y un frente abierto. Un aspecto común e injustamente (creo)
denostado en los reglamentos actuales de marcha nórdica es todo lo relacionado
con la marcha atlética, a pesar de que es el antecedente más inmediato con el
que podemos contar en términos de reglamentación de competiciones. Sin embargo, nos empeñamos en copiar
innecesariamente (creo) sus limitaciones. La marcha atlética, antigua como es, está
condenada a tener que apreciar las faltas cometidas por los marchadores “a
simple vista”. Cambiar esto, a estas
alturas, supondría una larga sequía de records (en tomas de video, todos los
marchadores vuelan en un momento u otro) que el mundillo de la marcha atlética no parece dispuesto a enfrentar. Sin
embargo, la marcha nórdica, dónde todo está por escribir, records incluidos,
podría diferenciarse aquí de la marcha atlética y beneficiarse de elementos tan
accesibles y fiables como cámaras de video que permitan la observación,
ralentización y análisis de técnicas empleadas en carreras, casi en tiempo
real, eliminando prácticamente la posibilidad de error a la hora de juzgar y
descalificar. Dejo este tema de “juzgar a simple vista o aprovechar
tecnología disponible” para una futura discusión, e invito a otros “ponentes”
a iniciarla.
Saludos para todos.