La FEDME "acepta" la marcha nórdica

La asamblea general de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) acordó ayer, a propuesta de su junta directiva, la inclusión de la marcha nórdica entre las actividades que conforman los deportes de montaña y escalada.  La noticia completa viene publicada en Diario Nordic, en el enlace siguiente:

http://www.diarionordic.com/texto-diario/mostrar/294048/la-asamblea-de-la-federacion-espanola-de-montana-aprobo-por-unanimidad-la-inclusion-de-la-marcha-nordica-en-sus-estatutos

La noticia me produce reacciones encontradas.  Por un lado, siempre he pensado que la marcha nórdica es un verdadero deporte en sí mismo, susceptible, por tanto, de organizar competiciones.  Desde este punto de vista competitivo, que además considero esencial para que este deporte se implante entre niños y gente joven, resulta sumamente difícil, por no decir imposible, establecer reglas y normas que regulen la marcha en circuitos con ciertos desniveles, propios de la montaña.  Por esa razón, siempre me ha parecido más lógica la inclusión de la marcha nórdica en la federación de atletismo, como sucede con la marcha atlética.  Sin embargo, ya hay en España dos federaciones autonómicas (Baleares y Andalucía) que han incluído la marcha nórdica en sus federaciones de montaña (¿puede que por la pasividad o falta de voluntad o de visión de futuro de las respectivas federaciones de atletismo?) y la FEDME, "con el fin de evitar un desajuste entre sus estatutos y los de las mencionadas federaciones territoriales", ha tomado la decisión de incluir la marcha nórdica en sus estatutos. 

Me habría hecho más ilusión que la FEDME hubiese dado una razón más "honrosa" y stisfactoria para los miles de practicantes de marcha nòrdica de este país, reconociendo el implante o, al menos, la potencialidad de este nuevo deporte en lugar de la pobre justificación apuntada.  Pero, nos guste o no, las cosas en este país funcionan de esta forma y hay que aceptar la realidad, de manera que alegrémonos de que finalmente tengamos un reconocimiento "oficial" y esperemos que en este nueo entorno se establezcan las normas mínimas generales que permitan el desarrollo de este deporte, de indudables beneficios para sus practicantes, por encima de las actuales rencillas basadas en intereses políticos o económicos, totalmente ajenos al deporte.