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martes, 26 de abril de 2022

Marcha Nórdica para personas con movilidad reducida


 Uno de los lemas de Nordicartagena es “Para Todos y Para Todo”, expresando el pocas palabras la amplitud del espectro de los potenciales practicantes de este deporte, así como su polivalencia (terapeútica, recuperadora, de mantenimiento, de entrenamiento, etc). Hemos podido ver incluso videos de personas en silla de ruedas impulsándose con dos bastones. Las competiciones de marcha nórdica para invidentes (con guía) son una realidad. Lo que pretendo con la entrada de hoy es algo menos exigente que todo eso, aunque no desde el punto de vista de la cantidad de gente a la que puede afectar.

La población que ve su movilidad reducida debido a lesiones y enfermedades congénitas o adquiridas es, por desgracia, bastante numerosa, y ellos no sólo tienen derecho a aprovechar los múltiples beneficios de la marcha nórdica, si no que, desde mi modo de ver, forman quizá el colectivo con más necesidad de ella. Para las personas sin limitaciones extraordinarias de movilidad, la marcha nórdica representa el mejor ejercicio que pueden practicar y un seguro de salud. Para el colectivo al que nos referimos hoy, la marcha nórdica posiblemente sea el único ejercicio que pueden practicar al aire libre, o al menos el más accesible, y un clavo ardiendo al que agarrarse para conservar y, posiblemente, mejorar su precaria condición.

Aunque no tengo una formación profesional ni académica especial para tratar este asunto, me atrevo a volcar aquí mi experiencia en la formación de marchadores de todo tipo y condición, en la esperanza de que sirva a otros para ayudar a este grupo de personas a conocer, practicar y utilizar la marcha nórdica.

Fundamentalmente, la reducción en la movilidad puede venir impuesta por una lesión o enfermedad que afecta a los miembros inferiores, o por una enfermedad transitoria o degenerativa que disminuye el sentido del equilibrio. Cada alumno es un mundo, con capacidades muy diferentes, por lo que las pautas generales que doy aquí deberán adaptarse a las necesidades y posibilidades de cada uno.

Mi definición favorita de marcha nórdica, sobre la que baso toda mi metodología de enseñanza, dice que “consiste en andar de forma natural y completa, utilizando dos bastones con una técnica que nos permita obtener el máximo beneficio de su uso”. Andar de forma natural, siguiendo el patrón normal biomecánico que usamos al caminar, pero de forma “total”, es decir, centrándonos en andar, y no en cualquiera de las múltiples cosas que podemos hacer mientras andamos. En cuanto al beneficio que nos ha de proporcionar la técnica de utilización de los bastones, incluye tanto el beneficio físico que se sigue de utilizarlos correctamente, como al aumento de eficacia en el desplazamiento que dicha utilización reporta al practicante.

Consecuentemente, mis cursos de iniciación (para personas sin movilidad reducida) comienzan analizando y recapacitando sobre lo que hacemos al andar, de manera que identificando posibles problemas o errores, podamos corregirlos y partir de una andadura lo más perfecta posible, sobre la que podamos introducir, progresivamente, el uso de los bastones, comenzando por arrastrarlos, para ir, poco a poco, agarrándolos y utilizándolos, con una inclinación similar a la que tenían al arrastrarlos. Primero, impulsando hasta la cadera, y luego prolongando el empuje más allá de la misma.

Los bastones, en todo este trabajo nos proporcionan las cualidades de sostén, equilibrio e impulso, que añadidas a una caminata natural y correcta, nos ayudarán a conseguir los tan buscados beneficios de este maravilloso deporte.

En personas con movilidad reducida, el andar de forma natural y completa no es una base de partida lógica. En todo caso, se convertiría en un objetivo de la práctica habitual de la marcha nórdica.

Con este grupo de alumnos, comenzamos por aprovechar las cualidades de soporte y equilibrio que nos aportan los bastones, sin fijarnos mucho en la técnica. Los primeros pasos, tanto más vacilantes cuanto mayor sea la afección, es posible que necesiten de la ayuda de una persona que les proporcione la seguridad inicial imprescindible hasta que, confiando en las cualidades citadas, les baste con los bastones.

Los pasos iniciales serán necesariamente cortos y muy seguidos. Normalmente, ellos mismos tratarán de superar su falta de soporte o equilibrio a base de una sucesión rápida de pasos apoyados por bastones próximos a los pies, muy verticales, o incluso clavados por delante del pie adelantado, sobre todo cuando su limitación de movilidad les haya llevado a una inclinación anormal del tronco adelante durante la deambulación. No importa. Lo fundamental en los primeros intentos es que confíen en el soporte y el equilibrio que los bastones añaden a su andadura. Que perciban el “plus” de seguridad que los bastones les dan.

El objetivo a largo plazo será, como mencioné anteriormente, conseguir andar con la mayor naturalidad posible con la ayuda de los bastones, tratando de ir llevándolos a la posición adecuada para añadir impulso al soporte y al equilibrio logrado. Pero esta progresión ha de ser, forzosamente personalizada, sin prisas, pero siendo el alumno consciente de que la práctica continuada le ha de reportar indudables beneficios.

Las personas con movilidad reducida pueden caer en un círculo vicioso que los aleje del ejercicio habitual. Como me cuesta moverme, me muevo menos, y como me muevo menos, me cuesta más moverme. La marcha nórdica, gracias a las cualidades de soporte y equilibrio que nos aportan los bastones, puede abrir a todas ellas un acceso más fácil a la práctica deportiva habitual, rompiendo ese peligroso círculo vicioso, aportándoles las endorfinas, la oxigenación y la musculación que les ayude a mejorar su calidad de vida, definitivamente rompiendo la tendencia degenerativa que la inactividad crea en todos nosotros.

En unos pocos días tengo mi cita anual (recuperada tras el parón pandémico) con mis amigos de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Cartagena. Espero poder echarles una mano, y también espero que estas palabras sirvan para animar y ayudar a otros instructores que quieran empujar en este gratificante y entorno. De todas formas, los instructores, y los bastones, sólo somos útiles si los sacas del paragüero. Los buenos propósitos necesitan después esfuerzo y constancia.



lunes, 18 de abril de 2022

Marcha Nórdica Psicosomática

 


Es difícil disociar las actividades físicas de las que se desarrollan en nuestra mente. En trabajos anteriores incluidos en este blog he tratado sobre los efectos positivos del ejercicio físico sobre el cerebro ttp://nordicartagena.blogspot.com/search?q=cerebro. Sin embargo echaba en falta uno centrado sobre el doble sentido de esta relación.

Y la marcha nórdica, de nuevo, quizá sea el deporte en el que la interactuación entre cuerpo y mente se pone de manifiesto en más y mejores formas, siempre en pos de una mejora mutua de los beneficios logrados en esta colaboración. Hoy vamos a reflexionar sobre este asunto centrándonos en los aspectos clave siguientes.

Actitud. La disposición de ánimo previa al comienzo de la actividad física es fundamental para que esta sea plenamente satisfactoria, tanto en su ejecución como en sus resultados. Un buen calentamiento nos prepara y predispone para todo ello. La correcta colocación y ajuste del equipo, también contribuirá, evitando molestias posteriores. Finalmente, la postura correcta, alejada de vicios adquiridos en nuestra vida cotidiana, va a ser la base de partida para una buena práctica, de la obtengamos máximos beneficios, y el vehículo sobre el que se desarrollará nuestra sesión de entrenamiento o mantenimiento. Casi siempre, los diez primeros pasos de cada día van a marcar la diferencia de una buena sintonía psicosomática durante nuestra práctica.

Mindfulness. Conciencia, concentración o atención plena en lo que estamos haciendo. Nos centramos en hacer una buena técnica: buena coordinación de miembros superiores e inferiores, trabajo activo del pie, amplia oscilación de brazos, sujetar fuerte para clavar, contra-rotación de hombros y caderas. Huir de distracciones: no competir con otros, no ir pendientes de pulsómetros o relojes. El control pausado de la respiración nos ayuda a centrarnos en nuestra actividad, al tiempo que nos relaja.

Monitorización. Los sentidos, pendientes de nuestro entorno, nos permiten disfrutar del mismo, y prevenir obstáculos, adaptando el paso al terreno y evitando el tráfico peligroso de personas y vehículos. La relajación nos permite observar y sentir nuestro cuerpo para poder reaccionar a cualquier aviso de molestia o cansancio, modificando ritmos o cargas para prevenir lesiones o agotamiento.

Disfrutar, diversificar, dulcificar. Esta triple “D”, que yo centro sobre la música que voy escuchando durante la práctica, me permite, gracias a los cambios de ritmo de cada nueva canción, la realización de un ejercicio variado en su intensidad, pero siempre susceptible de ser pausado, de acuerdo con las exigencias del terreno y el estado de mi cuerpo, para disfrutar del ejercicio y proporcionar al mismo tiempo una potente herramienta de entrenamiento orgánico, tanto aeróbico como anaeróbico (cardio).

La marcha nórdica es un vehículo inigualable para realizar un ejercicio completo, equilibrado y adaptable a cualquier momento y situación. Frecuentemente alabamos los beneficios físicos que se siguen de su práctica habitual, pero muchas veces olvidamos la conexión mental que activamos cuando la realizamos. En los párrafos anteriores nos hemos fijado en el sentido mente-cuerpo de esta conexión, pero esto funciona también en el sentido inverso, ya que nuestra práctica deportiva incrementa el riego y la actividad cerebral que, con los estiramientos tras el ejercicio, y la ducha/masaje relajante, cuadra una perfecta sesión que termina de convencernos de lo completo y perfecto que es este deporte. Sólo hay que sacar los bastones del paragüero para comprobarlo.


lunes, 11 de abril de 2022

NUEVO CURSO DE INICIACIÓN A LA MARCHA NÓRDICA EN CARTAGENA

 

El domingo, 24 de abril, de 09.00 a 13.00, tendremos un nuevo curso de iniciación a la marcha nórdica (el 4º de este año, 86º en total) en Cartagena, en el paseo de palmeras que hay junto al Parque de la Rosa, frente al EuroSpar de la prolongación de la calle Juan Fernández https://www.google.es/maps/@37.620062,-0.9925477,15.5z. Tras esta sesión, mejorarás tu forma de andar, estarás en condiciones de empezar a utilizar correcta y satisfactoriamente los bastones, y adquirirás los conocimientos teórico-prácticos necesarios para auto-perfeccionar la técnica y aumentar así sus beneficios. Si quieres asistir, lee, rellena, revisa y envía este FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN antes del 23 de abril.

El curso es gratuito y abierto a no socios; los niños son muy bienvenidos, acompañados de un adulto responsable; sólo necesitas traer ropa cómoda, zapatillas de deporte (aconsejable guantes finos, gorra y gafas para el sol) y dos bastones de senderismo o de marcha nórdica. Si no los tienes, el CExCartagena te los prestará para el curso. No se trata de una excursión sino de una actividad de aprendizaje práctico que, aún no siendo de gran intensidad física, no está exenta de riesgo de caídas y exige cierto esfuerzo. Si tienes alguna lesión cardíaca, o algún otro problema que pueda dificultar tu participación, consulta con tu médico antes de asistir.

Dada la situación actual, durante el curso SE RUEGA mantener en todo momento BOCA Y NARIZ CUBIERTAS, por medio de mascarillas, bragas o pañuelos de cuello.

No participes si presentas síntomas compatibles con el Covid-19 (tos, fiebre, sensación de falta de aire o dificultad para respirar, cansancio…) dentro de los 5 días previos a la actividad. Si dentro de los 5 días posteriores presentas alguno de los síntomas descritos, ponte en contacto con el teléfono habilitado para el coronavirus (900 12 12 12), y dímelo.

Para resolver cualquier duda, contacta directamente conmigo,

José Antonio Pérez González (Piri) - 659657981 (nordicartagena@outlook.com).