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viernes, 25 de septiembre de 2015

MARCHA ATLÉTICA Y MARCHA NÓRDICA COMPETITIVA

Se menciona con frecuencia, demasiada para mi gusto, la prohibición de hacer marcha atlética en las competiciones de marcha nórdica.  En los párrafos que siguen pretendo tratar de averiguar cuáles son las razones de esta prohibición, si es que las hay, exponer mi punto de vista sobre las mismas y analizar someramente la aplicación de la técnica de la marcha atlética a la marcha nórdica de competición.

Cuando me planteé iniciarme en el mundo de la marcha nórdica competitiva, desde mi tranquila práctica de ALFA, me pregunté qué técnica debería utilizar para aumentar mi velocidad, respetando las reglas generalmente admitidas de estas competiciones, a saber, tener siempre al menos un pie y un bastón en el suelo, y que codo y mano rebasen la vertical de la pelvis, adelante y atrás, en cada paso.

La respuesta, clara para mí, fue la técnica de la marcha atlética; hasta dónde yo sé, la que actualmente permite caminar a mayor velocidad.  En ella, los marchadores tienen que mantener siempre al menos un pie en contacto con el suelo (obviamente, lo del bastón lo tendría que adaptar yo). En la marcha atlética, también existe una regla que obliga a los marchadores a tener recta la pierna que avanza, (es decir, no doblada por la rodilla) desde el momento del primer contacto con el suelo hasta que se halle en posición vertical.  Entiendo que esta regla fue introducida para obligar a entrar de talón a los marchadores, con la intención de evitar una carrera difícil de detectar a simple vista por los jueces.

Así pues, si la técnica de la marcha atlética obliga a “marchar” en lugar de correr, y permite hacerlo a la mayor velocidad posible, ¿por qué no utilizarla para marchar con bastones en competiciones?

El Reglamento de Marcha Nórdica en Competición de la Federación Francesa de Atletismo, dice que “Correr y la técnica de la marcha atlética (extensión completa de la rodilla adelante) están prohibidos”, sin que se dé razón alguna para esta última  prohibición.  El reglamento italiano, aunque no menciona específicamente la marcha atlética, dice que “No se admite la evidente rotación de la pelvis”, probablemente en relación con la obvia rotación de caderas utilizada en la marcha atlética y, por cierto, en cualquier otra marcha en que se quiera conseguir una amplitud de paso medianamente aceptable, como explicaré más adelante.  Queda al avieso lector, sea juez o participante, la interpretación del término “evidente” o la conveniencia de escayolarse la cadera para participar en estas competiciones.

El Reglamento de Competiciones de Marcha Nórdica de la Federación Andaluza de Montaña dedica los capítulos 6 y 7 (copia literal traducida de los capítulos 8 y 9 del Reglamento de Marcha Nórdica Competitiva de la Federación Balear de Montañismo y Escalada) a explicar “La diferencia entre la marcha nórdica competitiva y la marcha atlética con bastones”.  El capítulo 6, sólo tiene dos líneas para presentar el capítulo 7 “¿Qué es la marcha nórdica competitiva?”.  En éste, el segundo párrafo dice que “En la Marcha Nórdica Competitiva se prohíbe: … y la marcha atlética, ya que esta última da mucha ventaja sobre los demás marchadores y además es considerada como una infracción.”  Creo que aquí está la clave del asunto que nos ocupa: un marchador que tenga una buena técnica de marcha atlética e incorpore los bastones a su marcha, dentro de los más estrictos preceptos de la marcha nórdica competitiva, tendría un potencial extraordinariamente superior a otros que escogiesen cualquier otra forma de marchar.  Pero, ¿es esa razón para vetar esa técnica?  Esto sería algo parecido a prohibir en las carreras de velocidad correr de metatarso, para evitar que los que corren talón-planta sean siempre derrotados, o no permitir que los saltadores de altura utilicen la técnica Fosbury, para no restar posibilidades a los saltadores que utilizan el rodillo ventral.  En cuanto a la última parte de la prohibición, en ningún momento se explica por qué esta técnica se considera una infracción. Esta fórmula se parece peligrosamente  a lo que dicen los que no tienen más recursos argumentativos:  “y además, lo digo yo, y punto”.


Una vez averiguadas las sesudas “razones” de la aversión de ciertos reglamentos de marcha nórdica competitiva hacia la marcha atlética, veamos en qué consiste esta técnica y cómo podemos aprovecharla para la marcha nórdica de competición. En la figura de la izquierda[M1]  se puede observar, descompuesto en tiempos, el movimiento de un paso completo de un marchador atlético, desde que su pierna derecha pasa de la vertical, hasta que vuelve a recuperarla.  Si nos fijamos en las dos últimas figuras de la segunda línea, las que muestran al marchador en el momento inmediatamente anterior a la toma de contacto del talón con el suelo y en el instante de dicha toma de contacto, observaremos una posición ideal para un competidor de marcha nórdica, con codo y mano izquierdos por delante de la perpendicular de la pelvis, mientras que los derechos superan esta línea por detrás de la misma.  Sin embargo, observamos que ambos brazos están demasiado doblados.  En esa posición, el bastón tendría que ser muy largo para que llegase al suelo y la mano no podría pasar de la cadera al completar la impulsión con ese brazo.  Sin embargo, si con el mismo movimiento de brazos, las manos se mantienen a la altura de la cadera y el antebrazo se extiende al frente, en lugar de hacia arriba, el bastón podrá ser de la altura reglamentaria y la mano retrasada podrá abrirse para rebasar la vertical de la pelvis al completar su impulsión, sin necesidad de modificar la técnica de la marcha atlética en ninguna otra manera; si nos fijamos, pocos defectos podemos achacar a las imágenes restantes, desde el punto de vista de la marcha nórdica; sólo le faltan los bastones.
 
En la figura de la derecha he modificado los antebrazos de los dos marchadores comentados en la figura anterior en los términos antes apuntados. Ahora tenemos al mismo marchador atlético, que ha adelantado un poco el braceo adelante (la actitud de chocar la mano con alguien que viene de frente, como se dice en la técnica ALFA), con lo que el bastón izquierdo entra en contacto con el suelo en el momento y lugar más conveniente y con la inclinación adecuada.  El codo y la mano derechos, completando la impulsión con el bastón del mismo lado y coincidiendo con la extensión completa de la pierna de izquierda, están por detrás de la vertical de la pelvis.  Naturalmente, semejante amplitud de paso no se puede lograr sin la necesaria (y saludable) rotación de la cintura pélvica (cadera), contrabalanceada por la correspondiente contra-rotación de la línea de la cintura escapular (hombros), lo que, aparte de permitir el máximo aprovechamiento y adaptación de los esfuerzos de los trenes superior e inferior, proporciona un agradable y saludable trabajo a nivel de todas las articulaciones de la columna.

Naturalmente, esta técnica exige un esfuerzo extraordinario para asimilar primero la técnica de la marcha atlética, algo que yo no había practicado más que de pasada en mi ya lejano curso de entrenador nacional de atletismo.  Asimismo, exige una buena técnica de marcha nórdica, antes de intentar conjugar las dos simultáneamente.  No digo que sea fácil, pero el resultado es extraordinario y garantiza al que lo consiga las mayores velocidades en competiciones de marcha nórdica, con una técnica perfecta y perfectamente reglamentaria, si obviamos prohibiciones irracionales y, por otro lado, poco comprobables: ¿quién o basándose en qué, sería capaz de juzgar que el marchador con bastones de la figura anterior está haciendo marcha atlética?

Curiosamente, los jueces podrían aducir que un marchador está utilizando la marcha atlética por la forma característica de su deambular, lanzando la pierna desde la cadera, cosa buena, como hemos visto, con un ritmo (que los profanos llaman despectivamente “saltitos”) conveniente para hacer coincidir el momento de la máxima extensión/impulsión de una pierna, con el aterrizaje del talón del pie contrario, en una zancada amplia que permita la mayor velocidad, siempre sin tiempo de suspensión, por supuesto, para no caer en la carrera.

La rotación de la cadera, que lanza la pierna, es necesaria para una amplitud de paso conveniente.  En una persona de altura media (1,70), un paso sin adelantar la cadera de la pierna que se lanza al frente no iría más allá de los 30 cm.  La rotación de la cadera permite a esa misma persona dar un paso de hasta 80 cm.  En una cadencia de 160 pasos por minuto (ppm), con esta amplitud un marchador haría entre 7,5 y 8 km/h, aceptable para empezar a competir en marcha nórdica.  El aumento de velocidad tendría que venir de la mano de una mayor amplitud en el paso, una mayor cadencia, o una combinación de ambas, dependiendo de capacidades, gustos y morfología de cada marchador.  El marchador nórdico dispone de un plus añadido sobre el atlético: sus bastones.  Su uso correcto, adaptado a la técnica descrita, puede ampliar la amplitud de la zancada, al tiempo que disminuye el esfuerzo requerido de las extremidades inferiores, ayudando al marchador a mantener el ritmo.  En un video lateral, la cabeza de este marchador sigue una línea recta, sin altibajos, que algunos describen como una sensación de deslizamiento.

A 160 ppm el marchador tiene que llevar un ritmo para acompasar la máxima impulsión de una pierna con el aterrizaje del talón de la otra, al tiempo que se apoya el bastón contrario.  La falta de ritmo, basado en una técnica bien ejecutada, lleva al tristemente frecuente espectáculo de los dos bastones en el aire (sólo tengo 13 fotos de la competición de Urnieta, pero 7 de ellas muestran a un competidor o competidora con los dos bastones en el aire).  Cuando no hay ritmo, el marchador que quiere ir rápido, tiende a bajar el centro de gravedad (pierna doblada, prohibida por la marcha atlética), lo que le lleva a apoyar los bastones a la altura o incluso por detrás del pie retrasado, lo cual, indefectiblemente, le llevará a una prematura falta de soporte en su impulso sobre ese bastón y lo tendrá que recuperar antes de apoyar el otro, encontrándose así con los dos bastones en el aire.

En fin, mi recomendación para los que quieran experimentar esto de la marcha nórdica competitiva es que adquieran una buena técnica diagonal (da igual de qué escuela), que asimilen la técnica de la marcha atlética y que la apoyen con sus bastones, sacándoles el máximo rendimiento.  Que ninguna escuela, ni ningún gurú nos impida hacer un uso racional de nuestros bastones y disfrutar de ellos.  Y esperemos que esta racionalidad llegue también a las mentes de los que hagan futuros reglamentos de marcha nórdica competitiva.






 [M1]Figuras de un artículo de Luis Alberto Berlanga de la Pascua  (España) sobre Marcha Atlética, publicado por EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 161, Octubre de 2011.

3 comentarios:

  1. Buen artículo!! Enhorabuena
    Ahora queda ponerlo en practica con mis muyyy modestos 6,5 km hora
    Un abrazo

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  2. Acabo de descubrir la Marcha Nórdica y dando los primeros pasos. Entrada interesante y completa para aclarar algunas cuestiones, aunque me quedan muchas jornadas de bastones, cadencia y ritmo.
    Enhorabuena y gracias por el entusiasmo e interes en dar a conocer la MN.

    Antonio Lois

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  3. Gracias por esta entrada, es difícil encontrar algo sobre MN competitiva. Súper interesante.

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